“La independencia judicial no es un privilegio de los jueces, es el principio que garantiza una adecuada impartición de justicia para hacer efectiva las libertades y la igualdad de las y los mexicanos. La independencia judicial es la principal garantía de imparcialidad.”
NORMA LUCÍA PIÑA
“Lucha de gigantes
Convierte
El aire en gas natural
Un duelo salvaje
Advierte
Lo cerca que ando de entrar
En un mundo descomunal
Siento mi fragilidad.”
NACHA POP
“¡Qué indignidad! ¡Los perdidos, los tunantes, los mentirosos y falsarios quieren reformar el mundo!...”
BENITO PÉREZ GALDÓS
Fin de semana de preseas para destacadas mujeres mexicanas. El sábado, la Selección Nacional de nado sincronizado obtuvo en dicha especialidad la medalla de oro en la justa mundial. El domingo, la ministra presidenta de la SCJN, Norma Piña, fue galardonada con el premio de “Derechos Humanos 2023″, otorgado por la Asociación Internacional de Mujeres Juezas. El premio de la IAWJ (por sus siglas en inglés) aglutina a juezas de 143 países y cuenta con el voto de más de 10 mil 400 magistradas de todo el orbe.
Por su parte, hay que mencionar, López Obrador fue nombrado “tirano del año 2022″ / revistaIndex On Censorship, por sus políticas de gestión, violencia contra periodistas, ambientalistas y ONGs, superando a Xi Jinping (China), Putin (Rusia), Ortega (Nicaragua) o Kim Jong-Un (Corea del Norte).
Pero el asunto es que, mientras a la ministra la premiaban a nivel internacional —haciendo que los ojos del mundo voltearan a ver a nuestro país por razones que no le agradan al inquilino de Palacio—, obviamente el mandatario procuraba hacerla menos.
Y es que para él es de vital importancia ningunear el premio, el significado de la Constitución. Una nueva “oportunidad” del mandatario para medir fuerzas, para enfrentar popularidad versus constitucionalismo.
Mientras AMLO y su equipo presumen ser de los presidentes “más queridos del mundo” (ojo, no de los mejores), Piña participa de un premio que es de y para México; que habla de fortalecer su sentido constitucional.
Sí, Norma Piña fue premiada “por el compromiso asumido para asegurar la implementación de principios de derechos humanos y otros referentes significantes para avanzar en la justicia para mujeres, niñas, niños y familias”; lo que era evidente no iba a agradar al obradorismo. Y la razón es simple: la 4t se ha dedicado a minar los derechos de mujeres, niñas, niños y familias al quitar las guarderías, al permitir el incremento de la violencia por cuestiones de género, al disminuir los presupuestos para salud y educación. Etcétera.
Pero los contrastes van de esto que es sustantivo o cuestiones casi de forma. Entonces, resulta que mientras la ministra presidenta pagó de su propio peculio los emolumentos del viaje para ir a recoger su premio, la 4t no puede cubrir el pasaje de la selección de nado sincronizado… Eso sí, el mandar a Bolivia un jet por Evo Morales no se discute…
El premio de la IAWJ funda sus principios en la democracia, en la libertad y en la justicia, pero la 4t lo que proclama es al presidente cubano, cuyo régimen brilla por la ausencia ¡de libertad y de democracia!
El presidente López Obrador defiende a la ministra Yasmín Esquivel, plagiaria por partida doble (su tesis de licenciatura y de doctorado) y al mismo tiempo, en plan de burla, sugiere que el premio otorgado a la constitucionalista Piña se elaboró de forma apócrifa en la Plaza de Santo Domingo. La verdad: la ministra presidenta recibió uno de los premios más reconocidos a nivel internacional en el ámbito jurídico.
El inquilino de Palacio actúa de eterna víctima y de todo se queja (ya cansa). La ministra Norma Piña, en cambio, al recibir el reconocimiento, niega presiones a su función jurisdiccional.
Uno hace de todo por no cumplir con la normatividad (de ahí su frase “no me vengan con el cuento de que la ley es la ley”); la otra subraya que su “única presión debe ser cumplir y hacer cumplir las leyes fundamentales”.
En su discurso y su actuar en pro de los derechos humanos, ella aboga por la defensa de la independencia y de la autonomía judicial. En los dichos y en los hechos, López Obrador se ha olvidado de la independencia y autonomía de los poderes... Y la 4t vulnera los derechos humanos todos los días ante la falta de un acceso correcto a la salud, a la educación y a la seguridad.
Mientras ella habla de ser garantía de imparcialidad; en la práctica, basta que cualquier corrupto se encuentre en la 4t para que la parcialidad sea evidente.
Mientras Norma aboga —literalmente— por la división de poderes, López Obrador no permite que le cambien “ni una coma” a las iniciativas que él envía al Congreso.
Mientras la ministra solicita “hacer efectivas las libertades”, el secretario de Gobernación nos comunica que, para López Obrador “el mundo ideal es donde no hay transparencia”.
Mientras la ministra presidenta defiende la Constitución y los límites que la misma impone, López Obrador hace todo por minarla y no acatar lo que de ella emana.
Norma Piña llamó a sus pares a “mantenerse unidas en la defensa de los derechos humanos” y ante “la zozobra por la fragilidad de lo ganado”. López Obrador hace todo por dividir al país y por romper la fragilidad de las instituciones.
Ambas figuras son polos opuestos: ella aspira a la constitucionalidad, él aspira a ser popular (y lo es, populista cuál más).
Quien se ha conducido conforme a derecho y ha honrado su juramento de “hacer cumplir la Constitución” es ella; él es un autócrata.
A él le llaman “mesías tropical”, ella es Norma Lucía Piña, la constitucionalista.