Hay un acercamiento que se ha convertido, hasta este momento, en una realidad innegable en torno a la elección donde se renovarán seis entidades. Al contar con una enorme inclinación hacia el partido de Morena, Oaxaca, como cuatro estados más, muestran grandes posibilidades para afirmar que, el próximo año, la expresión lopezobradorista tendrá en sus manos más territorios.
Oaxaca no será la excepción. De acuerdo con los sondeos previos la mayoría de la población concentraría su voto a favor de Morena. Tras revisar esas metodologías hay gran interés de la ciudadanía porque haya alternancia, al menos, eso lo manifiestan en la eficiencia de casas encuestadoras de prestigio y de mucha confianza.
Y si a eso le sumamos que la oposición no está ofreciendo, al menos en estos últimos años, un verdadero contrapeso; la opinión de la sociedad sigue siendo, hasta este instante, muy negativa hacia los partidos tradicionales que, en esta ocasión, han reducido potencialmente sus posibilidades.
Una por su ineficiencia y, otra, viven el peor momento desde que asumieron el papel de oposición. Ese es uno de los problemas que enfrenta la coalición Va por México considerando que, en un año, irán en alianza para tratar de contrarrestar el enorme efecto que posé Morena.
Buena parte de ese arrastre que ha canalizado Morena se debe, en gran medida, a la popularidad del presidente. Aunque, en los nuevos retos a futuro hay grandes liderazgos que tienen una identificación que han ganado posiciones y espacios en el lopezobradorismo y, en esta coyuntura, se asoman en el inmerso proceso interno que evaluará Morena luego del respaldo que tuvieron del Consejo Nacional.
Hablo de Susana Harp y Salomón Jara. Ambos, senadores de la República y grandes aliados del presidente. A pesar de que serán cuatro perfiles evaluados, no hay duda que, entre los legisladores de la cámara alta, saldrá el candidato (a) de Morena. Ellos son los únicos punteros; uno y el otro tienen gran estructura territorial.
Por ello, la imagen o la radiografía han mostrado, hasta este instante, un escenario cerrado de acuerdo a los estudios de opinión pública. Ante esa situación, un criterio que será fundamental es, por mucho, el nivel de conocimiento y confianza para medir, además, un porcentaje que pueda incidir en un resultado holgado a la hora de encarar la campaña.
Con esta premisa, la Comisión Nacional de Encuestas tendrá, por obligación, blindar una metodología donde favorezca al perfil más dominante políticamente hablando.
Mientras eso pasa, hay competitividad entre dos senadores de la República. Por ello, se podrá decir que, una vez más, la cámara alta vive su mejor etapa.
Precisamente entre Susana Harp y Salomón Jara hay opiniones positivas tratándose de dos perfiles cercanos al presidente López Obrador. Cualquiera puede ser el abanderado de Morena; ambos son propensos a tener, llegado el momento, una votación mayúscula de acuerdo con el grado de evaluación que ha influido antes de medir el único mecanismo definitivo.
Así, Oaxaca se prepara para ganar una elección donde es ampliamente favorito. Sin más preámbulo, la balanza se inclinará a favor de Susana Harp o Salomón Jara, no hay más. Todos los pronósticos concluyen en la misma hipótesis; si así pasa, en unos días cualquiera de los dos senadores será el candidato de Morena y gobernador de Oaxaca el próximo año.
Primero, Morena debe resolver el reto mayúsculo de la encuesta; después, legitimar al abanderado hacia adentro de las bases del partido para que, de manera favorable, se fortalezca la unidad, al menos, tomando una determinación acertada conforme a la lógica que no necesita ir más allá de una realidad. Tanto Susana Harp, como Salomón Jara, son los únicos aspirantes con posibilidad de ganar la elección interna.
La moneda está en el aire.
La carrera por Oaxaca tiene sus matices importantes derivado de dos grandes prospectos para gobernar un estado que necesita, de manera urgente, una atención especial en temas de progreso, educación, salud y desarrollo social.
Javier Lozano en Twitter: @JavierLozanoMor