Los cómputos distritales han finalizado para la elección presidencial. Para sorpresa de la oposición, Claudia Sheinbaum aumentó su porcentaje de acuerdo con el PREP. Con esa participación, hay cálculos muy sólidos para contabilizar la representación de las listas plurinominales para integrar ambas cámaras legislativas. Es un hecho que, en San Lázaro, Morena tendrá mayoría calificada, lo que abre el compás para votar a favor de las iniciativas de modificación al marco constitucional. En pocas palabras, será una coalición dominante la que integran Morena, PT y PVEM. Que enfrentará el gran reto de trabajar con la mayor responsabilidad, desde las comisiones correspondientes, con apertura y la flexibilidad al debatir cada punto.

Hace unos días, Ignacio Mier, diputado y senador electo por el voto popular, deslizó un mensaje que, para muchos, fue interpretado como el paso de una aplanadora por el Congreso para aprobar en septiembre, 18 iniciativas de reforma. Eso generó una corriente de opinión tanto en la propia oposición, como en algunos analistas que ahondaron en el tema. Recordemos que, antes de que finalice el presidente su encomienda en el ejecutivo, los nuevos integrantes del Congreso tomarán protesta. Eso significa que, desde ese momento, pueden proponer, discutir y votarse las iniciativas que han trascendido. Entre ellas, por supuesto, la reforma al poder judicial, la energética y la electoral.

Evidentemente, eso generó un espiral de reacciones en la opinión pública. De hecho, fue muy importante saber el posicionamiento de Claudia Sheinbaum, presidenta electa. Eso, entre muchos aspectos, nos indica que habrá diálogo y pluralidad en cada uno de los puntos que se pusieron sobre la mesa. El propósito, claro está, es que exista la participación de grandes sectores de la población, al hablar de un parlamento abierto para tomar en cuenta la postura y, desde luego, exista transparencia y claridad en la importancia que tiene cada uno de los componentes que integran esta larga lista de modificaciones. Entonces, contar con ese tipo de mecanismos calma las tensiones.

Y, por si eso fuese poco, Ricardo Monreal, coordinador de los senadores de Morena, calmó las sensaciones en el momento más oportuno, cuando la avalancha de comentarios y posicionamientos no faltaron. Fue, evidentemente, la manifestación más clara del hombre más experimentado en rubros legislativos del país. Lo que hizo Monreal, en definitiva, fue aminorar la presión y, con ello, manifestar que brindarán todas las condiciones para que los temas tengan su curso natural. Es decir, cada punto llegará a las comisiones correspondientes para ser analizado antes de que pase al pleno. No habrá fast-track ni muchos menos agandalle. Conviene recordar que, todo apunta a Monreal será el líder de los diputados en San Lázaro, considerando la capacidad conciliadora y de negociación, lo mismo que su paso trascendental en el Senado de la República.

Entonces, optar por la vía del diálogo y el consenso es la mejor alternativa, tal y como sucedió en el curso de este sexenio en el Senado. En ese sentido, Monreal supo superar las diferencias políticas con la oposición y, con ello, alcanzó acuerdos para sacar temas fundamentales que, desde luego, siempre fueron prioridad del presidente López Obrador. Y hablamos de una agenda que, por momentos, provocó encono y hasta posturas que elevaron un tono de agresiones de parte de la oposición. Aun así, el zacatecano hizo posible lo imposible. Eso, en consecuencia, dejó buenos resultados al legislar con ese nivel de pluralidad y apertura, incluyendo a las minorías a las que, por cierto, tuvieron voz y voto en la toma de decisiones.

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Por eso digo que Ricardo Monreal, en el momento más oportuno, sacó el oficio y le metió calma a los temas que propusieron. Desde luego, la mayoría de ellos saldrán adelante, porque son rubros relevantes que hacen falta para fortalecer no solamente la democracia, sino el desarrollo del país. Es muy conveniente, por ejemplo, reformar las extralimitaciones que ha tenido el poder judicial al pretender injerir en asuntos que no le corresponden. El poder legislativo, en ese sentido, tiene su propia autonomía y la capacidad jurídica para tratar las temáticas que le competen. Se tienen que corregir muchos aspectos que, en definitiva, coadyuvarán en el equilibrio entre los poderes del estado, sin tintes o injerencia política. Es decir, que cada uno se limite a las atribuciones y ejercicios que le correspondan para que exista respeto.

Desde luego, Morena hará valer su condición de mayoría calificada pero con responsabilidad. Está muy claro: Ricardo Monreal será el coordinador de los diputados en San Lázaro y tendrá, nada más y nada menos, que apuntalar los trabajos en conjunto con una fracción fuerte y vigorosa. Lo hará —así lo esbozó— con mucha prudencia y respeto a la naturaleza de una legislación. Hablamos de diálogo, tolerancia, pluralidad y consenso para sacar adelante los temas que, en definitiva, son fundamentales para fortalecer las políticas públicas. De hecho, ya planteó comunicación y flexibilidad para discutir cada uno de los puntos que se pondrán sobre la mesa en el mes de septiembre. Expuso, de igual forma, que habrá moderación y voz en cada uno de los espacios donde fluya una corriente de opinión para evitar conflictos en esta etapa de transición.

En pocas palabras, Ricardo Monreal le metió todo el oficio y la experiencia para calmar las tensiones y, de paso, dejó claro que habrá pluralidad. Eso, ni más ni menos, se llama capacidad política para mantener un clima de mucha confianza.