¿Ustedes creen que la Universidad Panamericana tiene mejor nivel académico que la UNAM? Yo tampoco. Pero en el diario Reforma están convencidos de que, en efecto, la institución de enseñanza superior ligada al Opus Dei posee más calidad que la Universidad Nacional Autónoma de México.

Es el resultado de una encuesta aplicada a 742 empleadores —cualquier cosa que esto signifique— de empresas públicas y privadas de la capital de nuestro país, a quienes se pidió su opinión acerca de profesionales que egresaron de 17 carreras de distintas universidades. Pero es un resultado absurdo porque:

  • La Universidad Panamericana domina en cinco de las 17 carreras profesionales evaluadas en la encuesta de Reforma, a saber: administración, derecho, finanzas, medicina y psicología.
  • La UNAM no gana en ninguna categoría. ¡¡¡Ninguna!!!
  • El IPN tampoco gana nada.
  • Ni es ganadora la UAM.
  • El Tec de Monterrey lidera en tres carreras: comunicación, ingeniería industrial e ingeniería en mecatrónica.
  • El ITAM también lidera en tres carreras: economía, ingeniería en sistemas y contaduría.
  • La Universidad Iberoamericana encabeza dos categorías: arquitectura y mercadotecnia.
  • La Universidad La Salle igualmente está a la cabeza en dos: ingeniería en electrónica e ingeniería química.
  • La Universidad del Claustro de Sor Juana gana en gastronomía.
  • Y en diseño gráfico el liderato es del INBAL.

No creo que la encuesta esté cuchareada: eso dijeron los entrevistados y Reforma simple y sencillamente lo dio a conocer. Pero, la verdad sea dicha, lo que hizo el diario propiedad de Alejandro Junco de la Vega fue una olímpica pendejada.

Utilizo terminología olímpica porque Reforma así lo hizo: “Marcador olímpico. Las Mejores Universidades 2024″. Olímpica estupidez, de plano. Medalla de oro en hacer el ridículo, lo que sería bastante chistoso si no golpeara el prestigio de la UNAM y de las otras universidades públicas.

En las clasificaciones globales de universidades la metodología es otra. El ranking mundial de universidades de Times Higher Education evalúa distintos factores, uno de ellos, la relación de las instituciones de educación superior con el sector productivo.

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Por cierto, en ese ranking global las universidades mexicanas mejor valuadas son el Tecnológico de Monterrey y la UNAM.

Bastante más abajo en el ranking de Times Higher Education aparecen la Universidad Autónoma de Sinaloa y la UAM. ¿La Panamericana, la Ibero, la Anáhuac? Todavía más abajo en la clasificación.

Al calificar la relación de las universidades con las empresas Times Higher Education no pregunta a “empleadores” por el rendimiento en el trabajo de las personas egresadas de una carrera universitaria. Veamos lo que Times Higher Education analiza en términos de la relación entre la universidad y la industria:

  • ‘La capacidad de una universidad para ayudar a la industria con innovaciones, inventos y consultoría’, que es ‘una misión central de la academia global contemporánea’.
  • Eso se mide en dinero: ‘La cantidad de ingresos de investigación que una institución gana de la industria’.
  • Un indicador del nivel académico de una universidad radica en la cantidad de dinero que las empresas están dispuestas a pagar por la investigación.
  • Las patentes también son muy importantes para evaluar a una universidad. Esta métrica ‘se define como el número de patentes de cualquier fuente que cite la investigación realizada por la universidad’.
  • Tales patentes deben estar registradas en la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual, la Oficina Europea de Patentes y las oficinas de patentes de Estados Unidos, Reino Unido y Japón.

Pero tales indicadores del rendimiento universitario solo son algunos de los utilizados por Times Higher Education para sus rankings. Los agrupa en cinco áreas:

  • 1. Enseñanza.
  • 2. El entorno de la investigación (volumen, ingresos y reputación).
  • 3. La calidad de la investigación (impacto de la cita, fuerza de la investigación, excelencia de la investigación e influencia de la investigación).
  • 4. La perspectiva internacional (proporción de personal y de estudiantes internacionales).
  • 5. Lo que ya vimos, la relación con la industria.

En la evaluación de Times Higher Education la enseñanza tiene un peso de 29.5%, el entorno de investigación 29 %, la calidad de la investigación 30 %, la perspectiva internacional 7.5% y las relaciones con el sector productivo 4%.

La anterior descripción es solo una síntesis de una metodología de evaluación bastante compleja, que implica muchas horas de trabajo. No es lo que hace Reforma, cuyo procedimiento para medir es de plano rudimentario: solo preguntar a 742 empleadores. Valdría la pena saber:

  • ¿A cuántos directivos médicos de hospitales, y de qué áreas de especialidad, entrevistó Reforma para calificar correctamente a las carreras de medicina de varias universidades?
  • ¿A cuántos restauranteros para evaluar a quienes egresaron de las licenciaturas en cocina o en apreciación de vinos?
  • ¿A cuántos ejecutivos de áreas técnicas para determinar la calidad de ingenieros en sistemas, en química o en mecatrónica?
  • ¿Quién evaluó a los economistas? ¿Analistas del Banco de México, de Hacienda, del FMI?
  • ¿Y a los psicólogos quién los calificó? ¿Evaluaron solo a psicólogos que prestan sus servicios en empresas? ¿Ignoraron a quienes prestan servicios de terapia en consultorios?
  • ¿A los abogados? ¿A qué despachos recurrió Reforma? ¿A cuántas direcciones jurídicas del gobierno llevó su encuesta? ¿Se pidió a magistrados y magistradas evaluar a su personal?

Aplicar encuestas electorales tiene sentido. Como lo tiene encuestar para conocer la opinión de la gente sobre las canciones de Shakira o acerca de si se es feliz o amargado. Pero, ¿dejar la evaluación de las universidades en manos de 742 empleadores seleccionados al azar? Esta es una tontería.

La simpleza con la que Reforma evalúa universidades tiene que ver con su ideología: una institución de enseñanza e investigación tiene calidad solo si genera mano de obra calificada para las empresas, algo que desde luego evalúan las propias empresas. Pero la universidad es mucho más que eso.

El ranking del diario más identificado con la derecha solo sirve para alimentar estereotipos a favor de las escuelas privadas —muchas de ellas simples negocios— y para dañar la reputación de las universidades públicas. No es un comportamiento ético.