La “crap” de la vocera

Desconozco si a Donald Trump y a Elon Musk les gusta la ópera, lo cierto es que no les agradan nada las “óperas transexuales” como As One (Como uno, o Como uno solo), que se produjo en Colombia en 2022. Al margen del tenor amigo de Trump (bastante malón) que ha cantado por años para él y que participó en la reciente investidura presidencial, se colige el desprecio a ese perfil de obras en las palabras de la vocera de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, al anunciar el término de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional, USAID, a partir del viernes 7 de febrero de 2025, cuando 10 mil empleados esparcidos por el mundo fueron cesados y liquidados. Leavitt leyó a los reporteros “algunas de las prioridades insanas” de la Agencia y las cantidades gastadas o invertidas:

A. 1.5 millones de dólares, en un programa musical DEI (Diversidad, Equidad e Inclusión) para trabajadores en Serbia.

B. 75 mil dólares para la producción de un musical DEI, en Irlanda.

C. 47 mil dólares para la producción de una ópera transgénero en Colombia (en realidad fueron 25 mil, aclaró la cantante y productora colombiana Juana Monsalve); se aclaró después que el fondo fue dado por el Departamento de Estado, no la USAID.

D. 32 mil dólares para un libro de historietas (“comic book”) transgénero en Perú.

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E. Han salido otros datos posteriormente, como los 2 millones de dólares para operaciones de cambio de sexo en Guatemala, etcétera.

Y se ha hablado de “inversiones” en el mundo en tareas de naturaleza distinta a la artística relacionada con la agenda LGTB, más no se ha dicho nada de los casi 100 millones de dólares entregados a “Mexicanos Unidos contra la Corrupción” (la famosa agrupación mejor conocida como “Mexicanos en Favor de la Corrupción”, de Claudio X.) para realizar trabajo político encubierto de investigación periodística. Hay que recordar que la USAID ha sido un ente enmascarado de asistencia al desarrollo y la ayuda humanitaria que promueve el crecimiento económico, la democracia, la salud y la educación y que, como han establecido historiadores, politólogos y críticos, por lo general ha funcionado en alto grado como mecanismo de intervención de Estados Unidos. Es curioso que Musk, en su ignorancia, perversidad y/o cinismo acuse a la Agencia como “una bola de gusanos y un nido de víboras marxistas radicales de izquierda que odian Estados Unidos”.

En fin, la vocera concluyó, no sin sorna, que como pagadora de impuestos estadounidense no quiere ver sus dólares “going to this crap”, y que eso es lo que Trump encomendó a Musk, “eliminar el fraude, el despilfarro y el abuso del gasto en nuestro gobierno”.

Se puede traducir crap como basura tontería, estupidez, porquería, pendejada, caca o mierda; por el tono y la mueca de la vocera al decir la palabra y conociendo el estilo tanto de Trump como de Musk, sin duda se refirió a las dos últimas opciones; incluso se pudo oler el significado en su voz.

Como perspicazmente respondió Claudia Sheinbaum en la conferencia matutina a pregunta expresa, el propósito central del cierre de la USAID no es la parte política de intervención de Estados Unidos en otros países, ya emplearán otras opciones. En realidad, se trata de impulsar la agenda anti LGTB+ de Trump y sus cercanos, como se percibe en el listado que se hizo público, donde destacó la ópera sobre el fenómeno transexual o transgénero. Según los especialistas, es más incluyente usar la segunda opción que la primera, pero la prensa internacional en español destacó la nota como “ópera transexual”. Así que me di a la tarea de investigar sobre As One.

Como uno

Para empezar, una ópera es una ópera, no hay ni puede haber “transexual operas”, como dijo la vocera. Lo que As One hace es representar el fenómeno de la transexualidad, es decir, el caso de las personas que no se identifican con el sexo que se les ha asignado al nacer y que en algún momento deciden “transicionar” (es el verbo empleado por los usuarios). Algo semejante al personaje del filme Emilia Pérez, que se ha anunciado como “narco-ópera” o musical, mas por su evidente exposición habría que adscribirla al género de la revista musical, cuando mucho (musical y éticamente, es superior la parodia “homenaje” a Emilia Pérez, Johanne Sacreblue, que en pocas semanas ha llegado a casi 3 millones de vistas en youtube; ya hablaremos del punto).

Con música de Laura Kaminsky y libreto de Mark Campbell y Kimberly Reed, As One expone la vida de Hannah y su proceso de tomar conciencia de una identidad distinta a la asignada por nacimiento, perturbada por su entorno incoherente, extralógico, confuso. La ópera está compuesta en dos partes para cuarteto de cuerdas y dos voces, dos personajes: Hannah Before y Hannah After, que son una misma, el personaje en transición interpretados por un barítono (el Antes) y una mezzoprano (el Después de la transición), voz masculina y femenina que son dos pero son uno (trae a la memoria el célebre discurso de Aristófanes en El Banquete, de Platón, sobre “lo machi-hembra”, o el dos en búsqueda del Uno universal del que han hablado filósofos y escritores).

|Un fragmento de As One|:

La ópera posee una música agradable en general, muy accesible podría decirse aunque tal vez demasiado incidental, como mero acompañamiento de la narración (como en el cine), en pocos momentos hay una profundidad musical imbricada con el canto, las palabras. Pero funciona bien para la interacción simultánea de los dos cantantes que son la misma persona, a través de sus diferentes estados mentales y emocionales a manera de episodios interconectados: la adolescencia, la escuela, el equipo de futbol americano (donde Hannah Antes fue “quarterback”, mariscal de campo; símbolo de lo macho gringo), la revelación, el viaje, la aceptación y la reconciliación familiar no obstante la develación del secreto y la decisión de haber “transicionado”.

Es una obra de cámara bien lograda que, desde su estreno, en septiembre de 2014 en la coproducción de American Opera Projects y la Academia de Música de Brooklyn, ha sido la ópera contemporánea más puesta en escena en Estados Unidos y se ha producido en numerosos países, de ahí que la producción de Colombia haya llamado la atención.

De los diversos registros de puestas en escena se observa la facilidad con que se monta, pues se recurre a un suerte de “Teatro Pobre”, digamos, a lo Jerzy Grotowski, con un mínimo de recursos, con movimiento y acción de los dos cantantes, y cierta interacción con el espacio ocupado por el público. Se percibe constantemente la intimidad en la narración de Hannah Antes y Hannah Después, apela tanto a la razón como a la empatía, quizá de allí derive su éxito. Denota la verdad, la honestidad de la protagonista cuya biografía, cuyo viaje se expone (al contrario de Emilia Pérez, una ficción que se sirve de lo transgénero). Y es que la ópera trata de la vida de uno de los dos libretistas: Kimberly Reed.

Si la recepción entre el público ha sido un éxito, mayormente lo ha tenido entre los comentaristas en Estados Unidos, entre los críticos musicales y de ópera. Salvo una que otra crítica, se ha destacado la problemática expuesta, se ha elogiado la concepción del libreto y la música, se ha aplaudido los valores humanos en el contexto de nuestro tiempo, etcétera.

A ese aplauso, a ese éxito es al que se oponen y enfrentan Trump, Musk, Leavitt y todo su mundo ultraconservador de sólo dos sexos, de buenos (ellos) y malos (los demás): Al simbolismo y significado de Kimberly Reed y de As One, al público, al respeto a los demás, a la diversidad, a la valoración de los críticos de arte, a la humanidad empática que no desea más que una vida en democracia.

Aquí va una vista a As One:

AS ONE, de Laura Kaminsky (2014). Kelly Markgraf y Sasha Cook.

Héctor Palacio en X: @NietzscheAristo