Bastaría una intensa columna de humo para desbaratar ese enjambre; saldrían todos los zánganos que descansan en las celdillas y también los que revolotean desesperados dentro de las cámaras; detención e investigación necesaria de los que llevan décadas libando sin sacio todas las mieles que posee el país.
Las cámaras son su nido, constituido por elegantes sillas revestidas con suave piel que son las celdas de una colonia de malandros cuyos nombres son y han sido conocidos. Las celdas están revestidas por capas de grasa, cerilla añeja que se formó con lo que exudaron los primeros y que es absorbida por los nuevos y se adhiere a ellos en sus vellos erizados y calientes, convirtiéndose en gotas y después en vapor que absorben muchos. Los zánganos nuevos deambulan de un lado para otro; se reúnen en pequeños grupos, luego se separan para esparcir los acuerdos y conspiraciones sabidas y secretas; el sacudir de finos sacos son las alas que diseminan todo para que crezca y se reproduzca pero quieren que jamás muera.
El principal objetivo de los zánganos es asegurar la supervivencia de la comunidad. En estos recintos hay de diferentes especies y colores; los viejos han perdido fuerza; fueron víctimas de un enemigo marrón con aguijones de pueblo, los despojaron de fuerza y ahora caen panza arriba, giran desesperados sobre sus espaldas a velocidades vertiginosas, se resisten a sucumbir, hacen todo lo posible por emprender el vuelo después de dar cientos de vueltas como rehiletes, pero quedan ahí exhaustos, solo se perciben los colores azulados, tricolor y los marrones que la luz permite percibir.
Algunos esperan apoltronados en sus celdas de respaldo alto, descansando su cabeza sobre sus abultados vientres, a cada movimiento el órgano que los cubre se va descascarando, las escamas comienzan a elevarse y a revolotear en el ambiente viciado para mantenerse.
Desde lejos se sabe quienes son los más viejos; ojos grandes pero ya miopes, sus antenas han perdido sensilias, están casi calvas, aun así detectan los movimientos y vibraciones que producen a los que identifican como sus enemigos de tono marrón a los que acusan de haberlos despojado de todo.
Simple humo arrasaría con todos los zánganos, sin importar la especie que cada color los caracteriza. La emanación habrá de doblegar sus antenas, despojarlas del “escapo”, la parte rígida y del “flagelo” que es lo que les permite diseminar las escamas que se desprendieron de los transas y corruptores.
No se requiere de mucho tiempo, ni de operaciones de profunda inteligencia para desbaratar el enjambre que existe en las dos cámaras… Saldrán muchos zánganos y las que se creen reinas y solo zumban.
Un enjambre humano y corrupto pulula en las cámaras. Hay quienes quisieron camuflar su origen tiñéndose…
En el “Operativo Enjambre” que se llevó a cabo en el Estado de México y fue coordinado por el secretario de seguridad y protección ciudadana, en el que participaron distintas dependencias, se concretó el aseguramiento de 14 “zánganos” públicos. Esta operación busca desmantelar redes del crimen organizado. Los detenidos fueron señalados por estar presuntamente involucrados con grupos delictivos; poderosos cárteles del narcotráfico.
La “Operación Enjambre” debería realizarse en todo el territorio mexicano. Si se iniciara en el Congreso de la Unión, se detendrían a varios de los que han sido acusados de estar presuntamente involucrados con el crimen.
Fueron detenidos “servidores” públicos de niveles y de todos los partidos incluido funcionarios de Morena. La cosa va pareja… Así debió haber sido siempre.
Los funcionarios que tienen acusaciones en su contra están como si nada en el Congreso, todos protegidos por el fuero. Este escudo debería ser eliminado para que todos los que tienen cargos sean detenidos y juzgados.
La presidenta Claudia Sheinbaum no tiene fuero, ¿por qué no quitárselo al enjambre de funcionarios que están en el Congreso?
-Margarita Zavala Gómez del Campo quien tiene larga cola que le pisen, guarda secretos impensables, la esposa del expresidente Felipe Calderón, aquel zángano que se presume fue socio del Cártel de Sinaloa.
-Miguel Ángel Mancera fue inhabilitado por un año por haber incurrido en proselitismo del entonces candidato presidencial Ricardo Anaya Cortés. En 2021 la Fiscalía General de la República de la Ciudad de México anunció que investigaba a Mancera por un presunto desfalco de hasta 1,588 mil millones de pesos que habrían sido desviados del erario público. Zángano que ganó con alta aprobación y dejó el puesto como el peor jefe de gobierno de la capital. Ahí anda, zumbando, libre en el recinto.
-Eruviel Ávila, uno de los zánganos camuflados; exgobernador del Estado de México, durante su gestión se perdieron más de 2 mil millones de pesos.
-Alejandro Moreno exgobernador de Campeche, quien es acusado de corrupción y lavado de dinero; desvío de recursos públicos por casi 4 mil millones de pesos. Posee una lujosa mansión valuada en 300 millones de pesos.
-Miguel Ángel Yunes Linares exgobernador de Veracruz acusado por presunto enriquecimiento ilícito; posee propiedades en México y en el extranjero. Un condominio de lujo ubicado en Alvarado, Veracruz, una casa en el Pedregal en la Ciudad de México y otra en Coatepec Morelos. Además de un departamento en Miami, pero esta de su hijo Miguel Ángel Yunes Márquez. Se presume que son dueños de varias gasolineras en Veracruz. Largo expediente delictivo; ambos libres.
-Alejandro Murat, exgobernador de Oaxaca y senador de Morena. Durante su administración se detectaron irregularidades en la Cuenta Pública 2021 por un monto de mil 169 millones de pesos. La ASF determinó que el gobierno de Murat Hinojosa causó daños a la hacienda pública federal y que involucró a los servicios de salud de Oaxaca.
Es imperante que el “Operativo Enjambre” se lleve a cabo en todo el país, y ojalá que filtren humo en el Congreso para que salgan todos los zánganos, todo ese enjambre humano que sumió al país en la pobreza y en la violencia. Los zánganos que ahí laboran tienen fuero que los protege de cualquier humo, de cualquier operación de inteligencia. A éstos deben arrancárseles las alas para que dejen de diseminar las escamas de corrupción, se debe fumigar para que ya no se reproduzcan.