Ebrard, el alacrán y el sapo

En Milenio, el articulista Ricardo Raphael calificó, erróneamente, como una democrática y legítima petición de “pluralidad política” lo que dijo Marcelo Ebrard cuando anunció que se queda en Morena: que a él y a los suyos se les reconozca como la segunda fuerza del partido de izquierda, lo que necesariamente implica que se les den numerosos cargos políticos.

Solo el señor Ricardo Raphael entendió de esa manera la exigencia de Ebrard. La mayoría de la comentocracia interpretó otra cosa: que Ebrard desea tener en Morena su propia tribu —como la de los chuchos que destruyó al PRD—, lo que de concedérsele significaría que el partido fundado por López Obrador le entregara al excanciller suficientes recursos políticos, humanos y económicos para crear su propio partido, algo que no ocurrirá.

Hace un par de días, en El Financiero, Raymundo Riva Palacio se preguntaba qué iba a hacer Claudia Sheinbaum frente a la arrogantes de Marcelo Ebrard. El propio Riva Palacio dio pistas acerca de lo que Claudia haría: “Sheinbaum es inteligente y tiene el carácter muy duro”.

En efecto, Claudia recurrió, con inteligencia y firmeza, al clásico estate quieto, que es la mejor fórmula para poner en su lugar a un buleador. El fregadazo lo recibió Ebrard entre ceja, oreja, nariz y papada cuando la morenista dijo en un video: “No puede ser la segunda fuerza, ni la tercera, ni la cuarta fuerza, porque Morena es una sola fuerza”.

Para Ricardo Raphael el hecho de que Claudia Sheinbaum le diera el estate quieto a Marcelo Ebrard demuestra que “bajo su liderazgo (el de Claudia) no habrá cabida para la pluralidad política”. Está equivocado el señor Raphael. Lo que no habrá en el gobierno de la presidenta Sheinbaum será más bien otra cosa: espacio para el gandallismo político, oficio que don Marcelo domina como nadie.

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En lo que sí tiene razón Ricardo Raphael es que “en la 4T aunque el ex canciller quiera quedarse, el ebrardismo, como expresión ideológica, política, o bien orgánica, no tendrá futuro”.

Marcelo Ebrard tiene suficiente experiencia como para comprender que en el juego de las sucesiones presidenciales el ganador —en este caso la ganadora— se lleva todo y los perdedores reciben lo que desee darles quien despachará en Palacio Nacional.

Pregunta: ¿Por qué Ebrard, consciente de la esencia de las sucesiones presidenciales, cometió el infantil error de pensar que podía imponerle a Sheinbaum condiciones ridículas, que si se le aceptaran equivaldrían a una especie de cogobierno?

Respuesta: Por el síndrome del alacrán, tal como lo plantea hoy en Milenio el embajador Agustín Gutiérrez Canet:

  • “Ebrard nunca será leal ni a la candidata de Morena ni a la presidenta de México, pues padece el síndrome del escorpión”, en los términos de Esposo o de alguien con capacidad para crear esta clase de historias.
  • El escorpión pidió a la rana que lo cargara para cruzar el río.
  • La rana dijo: “¿Cómo sé que no me picarás?”
  • El alacrán respondió: “Porque ambos nos ahogaríamos”.
  • La rana accedió y al cruzar el río el escorpión la picó.
  • La rana: “¿Por qué me picaste si los dos vamos a morir?
  • El escorpión: “Es mi naturaleza”.

Es la naturaleza de Ebrard, una de las dos que tiene: la otra es la del sapo envidioso del cuento infantil.

Marcelo Ebrard ha dedicado mucho tiempo, años ya, a cuestionar duramente a “esa señora”, Claudia Sheinbaum. Sin duda, el síndrome del sapo:

  • La luciérnaga resplandecía en el bosque.
  • El sapo veía envidioso aquel brillo.
  • Enloquecido, Ebrard escupió a Sheinbaum.
  • Claudia preguntó: “¿Por qué me escupes?
  • Marcelo respondió: “Porque brillas”.

CDMX y Jalisco

“La alianza opositora, en riesgo en CDMX y a nivel nacional”, decía ayer Mario Maldonado en El Universal. Es verdad lo que ha dicho el columnista, ya que el PRI está llevando las cosas al extremo de la ruptura.

Existía un “preacuerdo” en el Frente Amplio por México para que el PAN eligiera al candidato en la capital del país, dado que el PRI nominó a la candidata en Edomex.

El panismo tomó en serio el acuerdo y seleccionó como su abanderado al alcalde de Benito Juárez, Santiago Taboada.

La decencia política exigía que el priismo apoyara a Taboada , pero no ocurrió así: el PRI tendrá su propio precandidato, probablemente Adrián Rubalcava, lo que podría romper a la alianza opositora en la Ciudad de México.

En Jalisco el frente PRI, PAN, PRD también en problemas

Hace un par de días una militante del PRI, Idolina Cosío, acudió al PAN local a registrar su candidatura al gobierno jalisciense.

La priista se registró ante panistas porque según el convenio de coalición será el PAN el partido que elegirá candidata —debe ser mujer—.

El PAN jalisciense lanzó su convocatoria en con tres condiciones bastante razonables:

  • 1. Dirigida solo a mujeres militantes de cualquiera de los tres partidos del FAM —PRI, PAN y PRD— o de la llamada sociedad civil.
  • 2. El método se basará en una valoración en la que las encuestas serán importantes.
  • 3. La designación de la candidata que hará el CEN panista ocurrirá tras el periodo de precampaña que ha iniciado ya y se prolongará hasta el 3 de enero.

El problema es que, como en la Ciudad de México, el PRI no ha respetado al PAN de Jalisco.

  • Cuatro o cinco días después de la convocatoria panista, el PRI lanzó su propia convocatoria, lo que por supuesto no era necesario —o solo se necesitaba para provocar enojo en el PAN—.
  • La convocatoria del PRI obliga a obtener apoyos de los “sectores, organizaciones, consejeros” que deben manifestar su respaldo a cualquier candidatura en formatos específicos elaborados por el CEN priista, que no los ha publicado.
  • Solo con esos apoyos —imposibles de demostrar porque los formatos para hacerlo no se conocen— los y las aspirantes deberán registrarse el próximo sábado de 10 a 13 horas.
  • Obviamente solo recibirá los apoyos de “sectores, organizaciones, consejeros” la persona que Alito Moreno decida.
  • La maniobra priista perjudica a Idolina Cosío, quien cumpliendo con los acuerdos del frente PRI, PAN, PRD se registró ante el panismo porque así debía ser.
  • Como se registró ante el PAN, el PRI podría descalificarla, a pesar de ser la priista más competitiva.
  • El dedazo que el PRI prepara en Jalisco no solo perjudicará a Idolina, sino a otras mujeres que hayan decidido buscar la candidatura a gobernadora registrándose en el PAN.
  • A Alejandro Alito Moreno, como en la CDMX, no le importa romper la alianza con tal de imponer por dedazo a uno de sus dos favoritas en Jalisco, la dirigente del PRI local Laura Haro y la regidora Sofía García, que por falta de trayectoria tienen cero posibilidades en la elección estatal.

¿Amenaza López Dóriga?

Me pregunto si se puede interpretar de otra manera la frase “solo para saber” del siguiente párrafo de la columna de hoy de Joaquín López Dóriga en Milenio:

“Cuando Claudia Sheinbaum designó a Gerardo Fernández Noroña como su vocero, asumió como suyos a su cauda de enemigos y adversarios y le dio a su campaña ese tono rijoso. Solo preguntarte, Claudia, ¿todo lo que dice tu vocero es a tu nombre? Solo para saber”.