El proceso interno de Morena para elegir candidatos a las ocho gubernaturas y la jefatura de gobierno de la CDMX fue todo un desastre. El regreso a la antidemocracia, el dedazo, la complicidad, la corrupción, las amenazas y los pleitos.

Pero en la oposición, particularmente en la CDMX pareciera que trabajan en contra de esta oportunidad y coyuntura y, cómo si fuese a propósito, insisten en disimular e imponer al amigo y el dedazo de la cúpula panista, que simplemente no conecta en la ciudad.

¿Están jugando a favor de Palacio Nacional y sus estrategias?

La experiencia en la CDMX dibuja al presidente López Obrador tal como es, con las mismas mañas y fechorías del viejo PRI, él revisa las listas de los precandidatos y decide quién y cómo será candidato.

Se confirmó lo dicho por Batres

No puede dejarse de lado la grabación del jefe de gobierno de la CDMX, Martí Batres, donde mencionó que para bajar a Omar García Harfuch se publicarían encuestas donde Clara apareciera en empate o arriba. La instrucción ejecutada por Batres se cumplió al pie de la letra.

Pero todos los errores del sistema la oposición quiere duplicarlos.

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Aparte de la elección presidencial, entre las nueve gubernaturas que se disputarán, quizá la de mayor impacto es la de CDMX; Clara es poco competitiva y carga con enormes negativos.

Por otro lado, más allá de las encuestas, sobre las que pesan muchísimas dudas, la realidad es que en 2021 en la CDMX la oposición tuvo más votos que Morena y sus aliados.

Es una ventaja para la oposición, más frente al hartazgo de la población y por el fuerte impulso que está dando Xóchitl Gálvez a las elecciones locales.

El riesgo está en que el frente opositor caiga en la misma brutalidad que Morena y sus aliados, e impongan al peor de los candidatos para enfrentar a la pésima candidata que es Clara Brugada. La diferencia estará en que el candidato del FAM saldrá del acuerdo y la unidad, no de doblar machistamente candidatas e imponer amigos y cómplices.

No al madruguete

Por lo pronto la dirigencia del PAN ya decidió cerrar filas con el alcalde en Benito Juárez, Santiago Taboada, y si bien es cierto que tanto Lía Limón, Kenia López y Margarita Zavala, “declinaron” participar, también se debe destacar que los motivos de sus declinaciones dejan más dudas que certezas.

En el PRI no vieron con buenos ojos que el PAN anunciara, sin consensarlo con los demás aspirantes, que “había ya un candidato único”, y en un comunicado aclararon que, hasta el momento, la coalición “Va por la CDMX” no ha designado oficialmente a su candidato o candidata para la jefatura de gobierno de la Ciudad de México.

La realidad es que, si bien Taboada quiere dar madruguete, aun puede ganar cualquiera y que la ambición de algunos no puede estar por encima de la racionalidad democrática. El FAM está obligado a democratizar y transparentar sus procesos de selección de candidatos.

Es irresponsable usar la misma táctica de Morena y de AMLO del “Arroz Cocido”, el cronograma establecido para este proceso contempla el registro de aspirantes el 15 de noviembre y la anunciación de los registros procedentes para participar en las siguientes etapas el 17.

En las etapas posteriores se llevarán a cabo debates y encuestas de opinión como parte del proceso de selección.

En la oposición hay buenos cuadros como los del PAN que ya mencionamos, y en el PRI también aparecen excelentes personajes y mucho mejores candidatos como Adrián Rubalcaba o Luis Chazaro.

Al final, no puedo más que coincidir con el comentario de Joaquín López Dóriga: “El PRI se desmarca del destape panista de Santiago Taboada. Y dice que el candidato a la CDMX será un priista. Estos del Frente Opositor son unos pendejos. En lugar de aprovechar la crisis en el destape de Morena, crean la suya propia. No tienen remedio. Así van a perder”.

Al final vemos la antidemocracia como reflejo de la crisis política que vive el país.

¿Querrán embajadas a cambio de derrotas también los panistas?

X: @diaz_manuel