I. El concierto
El pasado domingo 19 de junio, la Orquesta Juvenil Universitaria Eduardo Mata (OJUEM), dirigida por Gustavo Rivera Weber, ofreció un excelente y equilibrado concierto en la Sala Nezahualcóyotl. Tuve la fortuna de ser invitado a realizar las notas al programa de mano de la ocasión.
Después de no visitarlo en casi dos lustros, confirmo sin duda que el Centro Cultural Universitario continúa siendo un espacio muy atractivo para el arte, la cultura y la simple recreación. Sobre todo, en una tarde noche después de la lluvia refrescante de domingo. Cierto, sería óptimo que las cafeterías o restaurantes del sitio estuvieran abiertos cuando menos hasta poco después del fin de los eventos; algo normal, deseable.
Más allá de esta falta, el público salió de donde se guarecía del agua y entró en muy buena cantidad a la sala. En orden progresivo, antes del inicio del concierto, el director Rivero Weber expresó unas palabras por el “Día del Padre”, celebrado ese día, y realizó la ejecución de “Las mañanitas”, recibidas con entusiasmo.
Este fue el programa formal de la tarde:
Programa 5
Arturo Martínez Zanabria (1993)
Samba
(Duración aproximada 9 minutos)
Estreno mundial. Obra compuesta bajo el auspicio de la
Cátedra Extraordinaria Arturo Márquez de Composición Musical
Johann Strauss II (1825-1899)
Aria “Mein Herr Marquis” (Querido señor Marqués) de
Die Fledermaus (El murciélago)
(Duración aproximada 4 minutos)
Leonard Bernstein (1918-1990)
Aria “Glitter and Be Gay” (Brillar y ser feliz) de Candide
(Duración aproximada 8 minutos)
Léo Delibes (1836-1891)
Air des clochettes (Aria de las campanas) de Lakmé
(Duración aproximada 8 minutos)
Alfonso de Elías (1902-1984)
Sinfonía núm. 3
I. Andante mosso
II. Scherzo
III. Andante doloroso
IV. Allegro animato
(Duración aproximada 23 minutos)
El estreno de Martínez Sanabria, Samba, evidencia la conciencia y madurez del autor. Reitera características de obras del pasado reciente como la facilidad melódica, vigor rítmico, uso de las diversas secciones de la orquesta hasta llegar a momentos climáticos y efectos sonoros atractivos en lo inmediato; la influencia de Arturo Márquez es definitiva.
Aquí un ejemplo de su música, Cumbia Chilanga:
En segunda instancia, vino la participación de la soprano Anabel de la Mora, quien ha ido estableciendo una trayectoria que le ha otorgado el reconocimiento del público y las instituciones musicales del país. Aparte de las tres arias del programa, cantó como “encore” (canción extra, pues, le explico a mi madre y sus amigas), “Júrame”, de María Grever. Considero que su interpretación más destacada de la noche fue el “Aria de las campanas”, de la ópera Lakmé, de Leo Delibes.
Aquí una versión de dicha aria con De la Mora y la Orquesta Filarmónica de Jalisco, en 2019, en el Teatro Degollado:
La última sección correspondió a la Tercera Sinfonía de Arturo de Elías. Una bella muestra de su lirismo, su vena melódica, la sutiliza de su musicalidad, la determinación individual íntima del autor de proseguir su inspiración neorromántica frente a un medio dominado por el nacionalismo musical. Rivero Weber, discípulo de De Elías, dio a conocer que continuará interpretando su obra y ratificó el compromiso con su maestro –”el último gran romántico mexicano”, dice- y su música; en particular, restan dos sinfonías más. Después de los cuatro movimientos muy gustados por el público, la orquesta ofreció como “encore” el lindo “Valse triste” (cuyo título hace recordar al conmovedor “Valse triste”, de Jean Sibelius), del cual el hijo del autor, Manuel de Elías, ha hecho el arreglo.
Aquí va ese vals en versión del violinista Adrián Justus acompañado al piano por Guadalupe Parrondo; pronto estará disponible la versión en vivo de la OJUEM del domingo 19 pasado:
Comparto ahora las notas al programa musical del 19 de junio en su versión original. Al final ofrezco el enlace PDF a la versión oficial completa; pues no hubo impresión en papel.
II. El programa y las notas
Programa 5 OJUEM; 19 de junio 2022
Con la ejecución de este programa, se da respuesta a dos de las demandas más reiteradas y sensibles entre músicos, cronistas y críticos musicales de la segunda mitad del siglo XX y el XXI: la interpretación de obras contemporáneas así como de autores mexicanos. Tendremos la fortuna de escuchar una de Alfonso de Elías y otra de Arturo Martínez Zanabria. Y entre ambas, el disfrute de tres arias que significan un reto técnico e interpretativo para las sopranos, en este caso, para Anabel de la Mora.
Arturo Martínez Zanabria / Samba
Samba es producto artístico de la Cátedra Extraordinaria Arturo Márquez de Composición Musical, de la UNAM, en la cual su autor fue becario en 2019. Y a considerar por el título y la obra conocida del también guitarrista, tiene directa y clara influencia del tutor de la cátedra, su estilo y obra, reconocido internacionalmente por su popular Danzón No. 2. Vena creativa que hunde su raíz en Manuel M. Ponce y continúa en Carlos Chávez, Blas Galindo y Pablo Moncayo (incluso se halla en De Elías). Consiste en elegir ritmos y melodías tradicionales y dotarlas de un sentido clásico y aun sinfónico. Ejemplos en Martínez Zanabria son Cumbia Chilanga y Paisaje Jarocho con fandango. Aunque se advierte también la característica rítmica y vigorosa de Silvestre Revueltas en Nahui Ollin, obra también nacida en la cátedra referida.
Johan Strauss / Viena, 1825-1899
“Mein Herr Marquis” / El murciélago (1884)
Obra de “equivocaciones” estimuladas por Dr. Falke, personaje que ha preparado una comedia, “La Venganza del Murciélago”, para entretener a un fastidiado Príncipe Alexander Orlofsky, a quien ya nada divierte. En el acto II, los personajes son convocados a una fiesta en la villa del príncipe. Entre ellos Adele, que será presentada como Olga, joven artista, cuando en realidad es la criada del matrimonio Einsenstein y Rosalinde, quienes también son invitados y también llegan disfrazados desconociendo la presencia uno del otro. Cuando Adele (Olga) es presentada al Marqués Renard (Einsenstein), ambos se reconocen pero simulan. El Marqués le dice a Olga, no obstante, que le recuerda a su criada. La artista se ofende reprochándole al cantar “Mein Herr Marquis, ein Mann wie Sie Sollt’ besser das verstehn… (”Mi señor Marqués, un hombre como usted debiera entender mejor...”), destacando sus cualidades frente a las características propias de una criada. Orlofsky ha comenzado a divertirse; y la noche comienza, lo mejor está por venir.
Leonard Bernstein / Massachusetts 1918 - Nueva York 1990
“Glitter and Be Gay” / Candide (1956)
Cándido, o el Optimismo, obra de Voltaire publicada en 1759 bajo el seudónimo de Mr. le Docteur Ralph, sirvió de base para la opereta musicalizada por Bernstein, cuyo protagonista expresa en su nombre carácter y temperamento. Cuando Candide está por casarse con Cunegonde, estalla la guerra entre Westfalia y Hesse y ella muere. Él se ve obligado a sobrevivir siguiendo las enseñanzas filosóficas de su mentor Pangloss, algo así como que todo está bien a pesar de todo. Candide duda, pero canta que no es la enseñanza del maestro sino él quien falla, “It Must Be Me”. Tras experimentar amarguras llega a París, donde resulta que Cunegonde está viva llevando un trajín mundano en compañía de un Marqués y un Sultán. Se da una fiesta y ella se adereza con joyas mientras canta “Glitter and Be Gay” (“Brilla y sé feliz”: “Y aquí estoy, mi corazón se rompe obligado a brillar, obligado a estar contento”), una divertida exposición de la contradicción entre la pureza perdida de la persona y la pureza de las joyas de alto valor que a la vez son muy lindas de portar; pese a todo. La versión “definitiva” de Bernstein es de 1989.
Léo Delibes / París, 1836-1891
Aria de las campanas / Lakmé (1883)
Estrenada en París, está basada en la novela Rarahu ou Le Mariage, de Pierre Loti (1880); autor también de Madame Chrysanthème, que contribuyó con algunas escenas a la obra de John Luther Long para concebir Madama Butterfly, de Giacomo Puccini.
El argumento de Loti pasa del exotismo japonés al hindú (la obra original se ubica en Tahití), e igual que Cio Cio San, Lakmé se enamora de un oficial británico, Gerald, mas cuando descubre que este ha dejado de amarla prefiere morir con honor que vivir sin amor y se suicida comiendo hoja de datura. Poco antes, para descubrir y asesinar al extranjero que ha profanado el templo donde es sacerdote, Nilakantha, padre de Lakmé, la obliga a cantar el aria de las campanas (o “campanillas”) “¿Dónde va la joven hindú/ Hija de los Parias/ Cuando la luna se esconde/ en las grandes mimosas?”.
Alfonso de Elías / Ciudad de México, 1902-1984
Tercera Sinfonía (1964)
El 9 de julio de 2002, cuando Alfonso de Elías estaba por cumplir su centenario de nacimiento, el periodista Fernando Díez de Urdanivia le rinde homenaje retando a las instituciones culturales a rescatarlo del silencio y el olvido. “Condenado como todo compositor a tener un intérprete, el maestro aguarda paciente a que llegue su tiempo” (“Alfonso de Elías, autor archivado”; El Universal). Este parece haber llegado. Gustavo Rivero Weber, discípulo del compositor, valora su obra y, además de la sinfonía de esta noche, ha interpretado en el pasado reciente El jardín encantado, Concertino para violín y orquesta, el poema sinfónico Cacahuamilpa y la Suite Tlalmanalco.
Sobre De Elías, Rivero Weber ha dicho, “era un ser increíblemente bondadoso, cálido y sencillo; un gran ser humano”. Es posible escuchar estas cualidades en su obra cadenciosa, de bello lirismo melódico, neo-romántica, ajena a la estridencia pues al “forte” y los contrastes llega a través de la expansión del fraseo orquestal como una prolongación orgánica y continua.
Aunque ejerció el profesorado, el hecho de no haber sido funcionario cultural alejó las posibilidades para una mayor presencia de su obra en un ámbito dominado por el llamado nacionalismo musical; aunque al menos una obra suya, el Concertino para violín, se expresa en ese sentido al usar melodías populares (“Las mañanitas” y “Cielito lindo”) en su gestación y desarrollo.
Las recientes interpretaciones de Alfonso de Elías podrían significar el inicio de una mayor difusión y conocimiento de su obra. Así, se habrá ganado un compositor diferente y magnífico en el catálogo musical del siglo XX mexicano para el presente.
Aquí encuentran la versión PDF del programa de mano completo.
Y para concluir esta velada periodística, el Concertino para violín y orquesta, referido en las notas al programa de mano, que les sonará familiar; una interpretación de la OJUEM:
Héctor Palacio en Twitter: @NietzscheAristo