En abril de 2015, los legisladores en la Cámara de Diputados aprobaron un cambio en la legislación federal. Esta reforma puso en la mesa un propósito fundamental: permitir una alarma o señal de emergencia a través de mensajes de texto (SMS) en teléfonos celulares. La idea es advertir de eventos de emergencia, como sismos o huracanes, para que la población reciba información crucial de manera rápida y efectiva, independientemente de la gama de su dispositivo y la disponibilidad de saldo o conexión a internet.
Este cambio legal, que data de casi una década atrás, tiene el potencial de marcar la diferencia en situaciones de emergencia como el reciente huracán “Otis”, que devastó la costa de Acapulco y sus alrededores. Lamentablemente, a pesar de que la reforma fue aprobada en 2015, no se ha implementado, dejando a la población vulnerable por la falta de información crucial durante eventos perturbadores de gran impacto.
Imaginemos un escenario en el que esta alerta hubiera estado activa en el momento en que “Otis” cambió de tormenta tropical a huracán de categoría 5 en tan solo unas horas. La población habría tenido al menos un margen de 5 horas para prepararse y refugiarse antes de que la comunicación colapsara debido a la caída de antenas de telefonía celular y las condiciones climáticas extremas.
Los beneficios de una alerta temprana y efectiva van más allá de la preparación individual. Permitiría a las autoridades evacuar a las personas, organizar refugios y brindar ayuda humanitaria de manera más pronta y eficiente. Sin embargo, lamentablemente, esta disposición legal que tenía el potencial de salvar vidas ha quedado en el olvido.
El caso de “Otis” no es el único ejemplo. También debemos considerar el sistema de alerta sísmica en México, que se basa en tecnología obsoleta que data de hace 30 años. En comparación con países como Estados Unidos y algunas naciones de Asia, donde se utilizan tecnologías más avanzadas y la inteligencia artificial para emitir alertas tempranas de fenómenos perturbadores, México se queda rezagado.
La población tiene derecho a estar informada antes, durante y después de eventos de emergencia. El acceso a información oportuna y precisa es un derecho humano reconocido por las Naciones Unidas. Durante el paso de “Otis,” este derecho se vio gravemente comprometido debido a la falta de comunicación, previa, pronta y efectiva.
En medio de una situación de crisis, la gente necesita saber qué están haciendo las autoridades para proteger sus vidas y sus comunidades. Desafortunadamente, esto se ha vuelto un desafío debido a la interrupción de los servicios de comunicación y la falta de coordinación en la respuesta de emergencia.
Este caso nos obliga a reflexionar sobre dos derechos fundamentales: el derecho a la vida, a través de la protección civil, y el derecho a la información. Ambos derechos están intrínsecamente relacionados y son fundamentales para garantizar la seguridad y el bienestar de la población.
Por este motivo, urge que el gobierno federal active los mecanismos establecidos por ley para proporcionar alertas tempranas y efectivas en situaciones de emergencia. Además, es fundamental que se modernice y actualice el sistema de alerta sísmica para adaptarlo a las necesidades y desafíos actuales.
No podemos postergar más la implementación de estas medidas. La vida y la seguridad de la población dependen de ello. La tecnología puede marcar la diferencia al prevenir las consecuencias devastadoras en fenómenos perturbadores y, lo más importante, la protección de vidas. Además, Otis, la tormenta perfecta, nos deja la siguiente pregunta: ¿dónde están las autoridades del Centro Nacional de Prevención de Desastres (Cenapred)?
Punto cero
La competencia política en la Ciudad de México se ha vuelto un escenario cada vez más complejo y atractivo. Dos nombres resaltan en esta contienda interna de Morena, y sus propuestas y estrategias los han convertido en protagonistas de un juego que, aunque ha tenido giros sorprendentes, está lejos de haber llegado a su desenlace.
Clara Brugada, a pesar de un comienzo que podría describirse como lento, ha logrado consolidar su posición en las encuestas y atraer el respaldo de destacados miembros de su partido. Legisladores federales y locales se han unido a su causa, lo que le ha proporcionado un impulso adicional. Pero ¿cuál es su carta de presentación? El proyecto de las Utopías, el desarrollo económico y la disminución de la inseguridad en Iztapalapa se han convertido en las banderas que mejor la han posicionado.
Por otro lado, Miguel Torruco Garza, un actor sorpresa en esta contienda, ha logrado un crecimiento rápido en las preferencias electorales. Su entrada de último momento en el proceso interno de Morena ha causado un revuelo, desplazando a figuras como Omar García Harfuch. Torruco, de apenas 35 años, no es un recién llegado a la política. Como diputado federal con licencia, fue líder en el movimiento Jóvenes y Estudiantes con AMLO, asesor digital de la campaña presidencial y fundador del movimiento digital “Millennials con AMLO”. Su historial sugiere un fuerte respaldo de las clases medias de la Ciudad de México.
A pesar de los obstáculos y giros inesperados en la carrera de la 4T, estas dos figuras se mantienen en la contienda, ofreciendo propuestas y trayectorias políticas que resuenan en distintos sectores de la población. A medida que se desarrolla esta competencia, el electorado de la Ciudad de México se encuentra ante una decisión crucial, que podría influir en el futuro político de la capital del país y, por ende, en el rumbo de Morena en uno de sus bastiones más importantes.
Periodista | X: @JoseVictor_Rdz | Premio Nacional de Derechos Humanos 2017