El panorama de las manifestaciones en la Ciudad de México adquirió tintes inesperados en octubre de este año; con dos protestas que captaron la atención mediática: una el 22 de octubre, frente a una reunión privada de Global Businesses Inc., y el 31 en plena Expo Negocios Inmobiliarios (EXNI) en Polanco. Lo que parecía un enfrentamiento entre una desarrolladora y un grupo de compradores insatisfechos, pronto reveló una compleja trama de intereses corporativos.
Un conflicto que no cuadra con las cifras
A simple vista, las protestas parecían motivadas por el incumplimiento en la entrega de viviendas en los desarrollos Skyhaus Rise, Grand y Luxe, con un reclamo que ronda los mil millones de pesos. Sin embargo, los números cuentan otra historia. Si esa cantidad fuera cierta, cada vivienda tendría un valor promedio de 10 millones de pesos, algo que no coincide con la realidad de los proyectos, que solo cuentan con 39 unidades de ese calibre.
Además, las inconsistencias no se limitan al ámbito financiero. Durante las manifestaciones, varios asistentes no supieron identificar el desarrollo del que supuestamente eran compradores, ni detallaron las unidades en disputa. A esto se suma la falta de denuncias legales en tribunales, un elemento que oscurece aún más el panorama.
Emmanuel Silva: “Estamos frente a una estrategia de presión”
Emmanuel Silva, vocero y abogado de Global Businesses Inc., ha señalado que las protestas parecen tener una intención distinta a la que se muestra públicamente. “Este no es un reclamo espontáneo de familias afectadas. Se trata de una estrategia calculada para ejercer presión en una disputa entre socios”, afirmó.
Silva también denunció la falta de aportaciones de capital por parte del fondo canadiense ICM Asset Management, señalando conflictos de interés y una resistencia constante a colaborar para cumplir los objetivos del fideicomiso. “Estamos comprometidos con los verdaderos compradores, pero no vamos a ceder ante presiones externas que buscan desestabilizar el proyecto”, enfatizó.
La crisis del sector inmobiliario: un trasfondo clave
El contexto de esta disputa no puede entenderse sin considerar la situación crítica que vive la industria inmobiliaria en la Ciudad de México. Desde 2018, los permisos de construcción se han desplomado, y la pandemia profundizó la crisis, llevando al colapso a numerosas desarrolladoras. La producción de viviendas cayó de 20,421 unidades anuales en 2017 a apenas 2,110 en 2024, reflejando un sector en plena contracción.
En medio de este escenario, surgieron alianzas como las de Global Businesses Inc., liderada por Federico Cerdas, y fondos canadienses extranjeros como ICM Asset Management, manejada por Scott Salazar Myers y Oscar Ricardo Portillo Rojano. Lo que inicialmente fue un esfuerzo conjunto para revitalizar el mercado, hoy es una disputa que enfrenta a ambos socios, con acusaciones cruzadas sobre incumplimientos y conflictos de interés.
¿Protesta ilegitima disfrazada de causa social?
La verdadera naturaleza de las manifestaciones sigue siendo objeto de debate. Más allá de las pancartas y los discursos, los hechos sugieren que podrían ser parte de una estrategia de presión dentro de una disputa corporativa más amplia.
El caso plantea preguntas fundamentales: ¿Estamos presenciando un reclamo legítimo o una jugada estratégica en un conflicto de alto nivel? En una ciudad marcada por una aguda crisis de vivienda, hasta las tensiones entre gigantes del sector pueden disfrazarse de causas sociales.
Por ahora, el desenlace de esta historia permanece incierto, pero lo que está claro es que la industria inmobiliaria de la CDMX sigue enfrentando desafíos monumentales en su camino hacia la recuperación.