La reciente renuncia de Tatiana Clouthier a la Secretaría de Economía nos ha recordado que los funcionarios moderados (entiéndase, los que no son radicales y que aún no sucumben a la tentación del extremismo ideológico) terminan, tarde o temprano, renunciando al gobierno tras supuestas diferencias encontradas con el presidente.
Todo empezó con Carlos Urzúa, quien tras haber sido una pieza clave durante el gobierno de AMLO en el periodo de transición y en los primeros meses de la administración, presentó su renuncia ante las políticas puestas en marcha que no se sostenían en la evidencia. Y además, como el resultado de las diferencias de opinión entre el secretario de Hacienda y el polémico Manuel Bartlett.
Urzúa, en su entrevista con Carlos Loret de Mola, evidenció la falta de profesionalismo de los funcionarios de AMLO, a la vez que señaló que su renuncia a la SH derivó también de su oposición a la cancelación del aeropuerto.
Ahora ha sucedido con Clouthier; una mujer cuyas credenciales son buenas, y que lleva un apellido que recuerda a Maquío, el hombre de su tiempo que supo inspirar a millones de panistas y que hizo que Acción Nacional, por primera vez en su historia, fuese competitivo en una elección presidencial.
En relación con la salida de Clouthier de la Secretaría de Economía, se especula en torno a un encontronazo de la ex Secretaria con el presidente sobre la aplicación del T-MEC en materia energética, misma que ha suscitado controversias con los gobiernos de Canadá y de Estados Unidos. AMLO, fiel a su narrativa populista, se enzarza en su defensa de la “soberanía nacional” frente a los extranjeros; discurso que se desvanece por sí mismo y que pone en peligro la viabilidad económica de México hacia los próximos años.
En este orden de ideas… ¿está Manuel Bartlett detrás de la salida de Clouthier? Al igual que con Carlos Urzúa en 2019, el director de la CFE habría aconsejado a AMLO de pedir la renuncia de Clouthier, pues la funcionaria, en medio de las negociaciones del T-MEC habría adoptado una postura contraria a los intereses del propio Bartlett.
Lo que sí es un hecho es que a apenas dos años del término del gobierno de AMLO, los funcionarios moderados van cayendo uno por uno. Para desgracia de nuestro país, los radicales, como el impresentable Manuel Bartlett, campean libremente en la administración lopezobradorista como si no cargasen sobre sus hombros múltiples acusaciones de corrupción, fraudes electorales y conflictos de interés, y como si sus políticas no hubiesen sido múltiples veces probadas como nefastas para el futuro de México.