Una vez más el presidente Andrés Manuel López Obrador volvió a tocar el tema de Mexicana de Aviación, y quiero desde este espacio de opinión aclararle nuevamente, y solicitarle de la manera más encarecida y respetuosa, se refiera de manera correcta al estatus que hasta el día de hoy guardan los trabajadores de Compañía Mexicana de Aviación, y es que estamos “activos”, no despedidos, ni rescindidos, ni corridos; la precisión es importante, porque no podemos olvidar que la empresa dejó de operar por órdenes del Gobierno Federal.
Desde hace 12 años, los trabajadores de la línea aérea nos encontramos en un limbo jurídico terrible, pues aunque carecemos de una “carta de baja del IMSS”, la realidad es que no tenemos derecho a la Seguridad Social. Muchos compañeros ni siquiera se han podido colocar en trabajos formales porque no estamos dados de baja ante nuestro actual patrón, que sigue siendo Mexicana de Aviación.
Por eso todos los pelos se me erizan cuando, de manera falaz y desinformada, el Presidente de la Nación nos dice que estamos “despedidos”. En la mañanera del 25 de octubre Andrés Manuel, haciendo uso de la palabra volvió a tocar el tema de Mexicana de Aviación referente a la posibilidad de adquirir la marca que se encuentra embargada por los trabajadores, diciendo que ya se hizo un avalúo y que se podría “ayudar en algo” pagándonos la marca comercial.
Andrés, te hablo directamente porque como trabajadora de Mexicana no quiero que “me ayudes”. Disculpa, tengo una seria alergia a la condescendencia. Lo que yo y muchos compañeros llevamos años pidiendo es que hagas tu trabajo, resarciendo a los trabajadores lo que nos corresponde; no con el dinero del erario, pero sí con el dinero del dueño de la aerolínea. El Estado no puede dar por válida una compra-venta hecha al margen de la autoridad, pues en el propio convenio firmado entre “LA SECRETARÍA” y el “CONCESIONARIO”, están obligados a responder.
O sea en palabras claras: “no me defiendas, compadre”; adquiriendo la marca comercial, lejos de acercarnos a la justicia, estarás convalidando una compraventa fraudulenta que quitó su fuente de trabajo a más de 8,500 trabajadores. Peor aún, estarás dejando sin resolver el problema de Grupo Mexicana de Aviación. ¿Cuántos años más los trabajadores seguiremos en el limbo al que nos ha condenado el Gobierno Federal, ya sea panista, priísta o morenista? Mi petición es seria: dejen de lavarse las manos ante esta responsabilidad.
A mí, para nada me desconcierta tu negativa a incluir a los trabajadores de Mexicana de Aviación en la aerolínea que tienes en mente. Estoy consciente de que a nosotros “el destino ya nos alcanzó” -haciendo alusión a la película estelarizada por Charlton Heston-, y que el grueso de los trabajadores de Mexicana en su mayoría ya sobrepasan el medio siglo de edad, o sea ya no somos veinteañeros, ni por equivocación.
Pero esa es precisamente una de las muchas razones por las que en reiteradas ocasiones, he insistido en la importancia de tener más aerolíneas nacionales.
Hagamos el siguiente ejercicio comparativo: Holanda, o los Países Bajos, tienen 41,500 Km2 de territorio (sin incluir los 500 Km2 que tienen en el continente americano), y cuenta con cinco aerolíneas importantes, entre ellas, su aerolínea bandera KLM, que recientemente festejó sus 103 años volando. La flota comercial de ese pequeño país es de 252 aeronaves. En cambio México, con un territorio de 1,964,375 millones de Km2 (47 veces más grande) cuenta con una aviación comercial -que incluye charteras y aviación regional- de 342 aeronaves.
¿Soy clara con el ejemplo? Incluso Andrés Manuel dice: “…porque se han perdido (líneas aéreas) tenemos menos”. La pregunta obligada es ¿Y por qué tenemos menos líneas aéreas, señor presidente? Una que era emblemática se perdió en el gobierno de Calderón, sí… pero ya llevamos una pérdida más y que fue durante su administración, y me refiero a Interjet . Y no podemos dejar de mencionar a otra que está a punto de sumarse a esa trágica lista, si el Estado no hace nada al respecto. No es algo en que deba operar su buena voluntad, es obligación del Gobierno Federal, en tanto que es una concesión sobre el espacio aéreo.
Ni modo, hay que decirlo, el Presidente no aguantó las ganas de contar una vez más la historia de Mexicana y Aeroméxico, y de su desincorporación de Cintra y por consiguiente su venta a particulares. Y después, cuando aborda el tema de Aeromar, enfatiza que desde la iniciativa privada ojalá quieran rescatarla, y que incluso el Gobierno Federal estaría dispuesto a ayudar.
Pero cuando llega al punto de “abrir los cielos”, es cuando uno se percata que quien aconseja al presidente en materia de aviación, no tiene peregrina idea del despropósito que es. No solo es permitir la llegada de más aerolíneas extranjeras, para que depreden las rutas y slots, llevándose el dinero a sus países de origen, sino que también realicen vuelos de cabotaje al interior del país.
Andrés Manuel, de frente y sin cortapisas te lo digo, tu propuesta es la reina del neoliberalismo y del capitalismo más rapaz y despiadado que pueda existir, es vulnerar la soberanía de nuestros cielos, y entregar el espacio aéreo a intereses extranjeros. En un sofisma sobre la “competencia”, ese discurso ya lo hizo Peña Nieto, por allá del 2015, hablando de las bondades de abrir los cielos. Y el discurso del actual presidente termina en una falacia total al esgrimir que habría mejores precios en los boletos de avión.
Y uno se enoja más cuando sueltas, con una sonrisa en tu rostro: “¿qué es lo que a un gobierno le debe de importar?” Y te respondes a ti mismo: “la economía del pueblo”. Yo te pregunto Andrés Manuel, ¿Cómo se logra eso, vulnerando la soberanía aeroespacial? Si bien es cierto que defiendes la soberanía alimentaria y energética ¿Qué conflicto tienes con el espacio aéreo? Es un bien de la nación, ¿Qué te hizo la industria aérea para que nos odies tanto?
El ejemplo que pones tal vez sirva para quienes no saben cómo funciona la industria aérea y sus costos, por eso puedes “inventar” precios, pero no, para empezar jamás en la vida real encontrarás un vuelo Ciudad de México-Lisboa, no existe ni la ruta, ni el slot, y menos aún que cueste 9 mil pesos. Yo sé que era en alusión al costo del boleto que el reportero hizo mención en la mañanera, 9 mil pesos de Hermosillo a México, viaje redondo.
Pero lo dijiste en La Mañanera, y hay quienes toman lo que ahí se menciona como si fuera palabra de dios. Me siento obligada a aclarar que ese vuelo solo se puede realizar vía Iberia, con escala en Madrid; el costo más barato que encontré para salir en noviembre fue de casi $36,000.00 pesos. No alimentemos noticias falsas, por más buena voluntad que haya en tu comentario. Es imposible que un vuelo salga “más barato”; la aviación es cara por todo lo que incluye, desde la renta de los equipos, el pago de la turbosina -que se traduce en el 40% del gasto operativo-, entre otros rubros. Volar es caro, si quieren que sea seguro.
La aviación de bajo costo es una “verdad a medias”, pues en los hechos el total sale igual que una aerolínea tradicional; la diferencia es que todo te lo cobran por separado. Es parte del marketing para que la gente crea que paga menos, cuando en realidad pagan casi lo mismo.
Insisto y seré cansina, la aviación es un asunto serio y no de ocurrencias, porque eso es lo que es, una ocurrencia la idea de “comprar” la marca Mexicana en lugar de darle una solución al conflicto, y sobre todo hacer que paguen los responsables. El protagonista es ese del que te llenas la boca nombrándolo cada que puedes: Gastón Azcárraga, pero quien seguramente solo se ríe de ti cuando le avisan que lo volviste a mencionar. Él sigue libre viviendo en Manhattan, sin rendir cuentas a nadie del fraude cometido al cobijo del poder de dos gobiernos panistas, uno priísta y … ¿Uno morenista?
Dices que hay que “abrir la competencia”, pero no podemos, y menos de manera irresponsable como lo planteaste desde la Conferencia mañanera, escudándote que “eso es la democracia”, otra mentira más, y de plano burda. La aviación, la industria y las líneas aéreas no son un partido político, y a ti como gobernante te toca fortalecer la aviación nacional. Con el nivel que tenemos actualmente en la aviación, definitivamente no podemos competir con ninguna aerolínea extranjera, y menos con las de nuestro vecino del norte.
Ya en otra columna hablaré de la recuperación de la Categoría 1, del hackeo en la Agencia Federal de Aviación Civil, y de la pausa a los trámites en dicha dependencia. Reconozco que la actual administración no me ha censurado, a pesar de que tal vez mis palabras puedan “no encantarles” a muchos. No pretendo ofender a nadie, solo hablo con la verdad, porque solo ella nos hará libres, como dice una parte del libro más veces impreso en la historia.