La ozonoterapia es la aplicación de una mezcla ozono-oxigeno por médicos certificados en esta área.
Sin ozono no existiríamos debido a que este gas es el encargado de frenar los rayos ultravioletas del sol a la superficie terrestre y esto posibilita que las reacciones químicas de la fotosíntesis se realicen y con ello la obtención de oxígeno, agua y energía para los demás seres vivos. La luz estimula y promueve efectos bilógicos en todos los seres vivos; un exceso de rayos ultravioleta condiciona desde una quemadura intensa de la epidermis hasta cáncer de piel en exposiciones crónicas.
Es muy interesante que un gas sumamente tóxico a altas concentraciones sea el que condiciona la existencia de la tierra, lo que nos lleva a pensar acerca de los pequeños cambios que se necesitan para alterar la vida en nuestro por demás maltratado planeta.
El ozono es medible y cuando éste desciende de la estratosfera y se combina con el aire que respiramos lo convierte en tóxico, de ahí que los programas de mantener un aire puro y de mantener la capa de ozono sean de primordial urgencia.
El ozono cubre toda la atmósfera terrestre y mide tan solo unos milímetros. ¡Con solo unos milímetros puede preservar la vida!
Si este ozono se respira es perjudicial para la salud y de ahí los controles que tenemos en el aparente odioso programa del hoy no circula o de la calidad del aire en la ciudad de México.
Entonces, ¿cómo es posible que este gas tóxico se esté usando en el cuerpo humano y se obtengan resultados positivos al ser correctamente aplicados?
La respuesta es muy sencilla, si solo se necesitan mm de ozono para proteger la tierra, se necesitan solo unos cuantos microgramos para mantener un estado de salud adecuado. Este gas condiciona un preacondicionamiento oxidativo en el cuerpo para que todos los sistemas de defensa antioxidante del cuerpo se pongan en marcha y conlleven a una disminución de la inflamación no controlada, un mejoramiento en la oxigenación de los tejidos y con ello un mejoramiento en las secuencias de señalización de nuestra célula para dividir su ADN de manera más eficiente. Es decir, estimula el equilibrio REDOX, (reducción-oxidación) y con ello preserva la salud y combate las irregularidades de ésta.
Las bacterias no tienen un sistema antioxidante adecuado y esto conlleva a su destrucción y a una potencialización de los antibióticos que actúan destruyendo la membrana de estas, sin producir alergias o efectos secundarios indeseables. Es decir, la sinergia más adecuada en bacterias resistentes y de difícil control.
Los alemanes fueron los primeros en conocer la existencia de este gas gracias a Schönbein y a Von Marum en el siglo XIX.
Fue utilizado exitosamente por el ejército alemán en la Primera Guerra Mundial, tratando el pie de Trinchera con resultados hasta antes de su uso terribles, que llevaron a la muerte a cientos de miles de soldados por infecciones, como pasó durante las guerras franco-prusianas.
Su uso se popularizó en las empresas textiles para aclaramiento de telas y observaron que estas resistían más la humedad y la aparición de hongos de mejor manera que las que no se había aplicado ozono.
En EU se elaboraron los primeros libros de ozonoterapia y Tesla. El gran inventor fue el primero en desarrollar un equipo de ozono.
La empresa Siemens hizo los grandes ozonificadores de agua potable que ahora se encuentran en toda Europa y que permitieron tener en su población un estado de salud libre de infecciones secundarias a la ingesta de agua contaminada con bacterias y parásitos.
Los resultados fueron maravillosos e incluso hubo un aumento en la estatura de sus poblaciones debido al mejor aprovechamiento de los alimentos al mantener un intestino saludable libre de gérmenes patógenos. (No tuvieron la venganza de Moctezuma.)
Hansler inició las dosificaciones adecuadas para que pudieran ser utilizadas en diferentes enfermedades en el ser humano, no solo la acción bactericida, fungicida.
Los rusos al invadir Alemania conocieron los efectos benéficos de esta terapia y la adoptaron como propia estableciendo la escuela de ozonoterapia rusa que posteriormente migro a América a través de Cuba, debido a que es una terapia muy económica y que se puede aplicar a diferentes patologías, como infecciosas, metabólicas, inmunológicas y además detoxificante.
Durante el Covid se empleó en Rusia y España con éxitos sorprendentes en pacientes que se consideraban terminales.
De ahí que, con el conocimiento de las vías de señalización, la biología molecular, la sinergia energética de la membrana mitocondrial y la formación de un eritrocito más flexible y capaz de oxigenar mejor a los tejidos, que el científico Italiano Bocci lo llego a bautizar como un “súper eritrocito”. Lo que llevó a la conclusión que el ozono no solo tenía un efecto funcional, sin que éste también ejercía un efecto estructural mediante la peroxidación de los lípidos de membrana, confiriendo ésta en una membrana celular y de sus organelos más eficiente.
Las vías de aplicación de ozono son variadas y van desde la vía intravenosa mediante una solución salina ozonizada hasta aceites tópicos. Se puede aplicar por michas vías de acuerdo con las necesidades y preferencias del paciente, a las dosis indicadas, lo que la convierte en una terapia personalizada pero estandarizada en cuanto a las dosis a utilizar.
Rusia, Alemania, Italia son los pioneros en Europa, EU en América del norte y ahora Cuba y México lo son en América Latina, uniéndosenos Brasil y próximamente esperamos muchos más.
La CDMX ha aprobado su uso como uno de los avances médicos más importantes de esta década. De la misma forma el estado progresista de Nuevo León aprobó su uso
Debido a los grandes beneficios de esta terapia estamos seguros de que los demás estados de la República valorarán su uso como ya lo hizo nuestra querida CDMX esperando que de la misma forma parición en el uso de la ozonoterapia para beneficio de los pacientes al ser una medicina COMPLEMENTARIA, económica, de bajo riesgo, sin presentación de alergias y con pocas contraindicaciones.