Me tomó por muchísima sorpresa la renuncia de Tatiana Clouthier, por muchos motivos.
Empezaré esta columna contándoles que recién empezaba este sexenio, tuve el conocimiento de un caso de un pequeño de siete años con Síndrome de Down, quien había sido violado en su escuela, por sus profesores. El caso fue mediáticamente muy sonado. Y hasta a mi llegó la terrible noticia, puesto que soy especialista en personas con Síndrome de Down, por lo que la mamá del pequeño contactó conmigo para brindarle asesoría para el proceso judicial que enfrentaban los violadores, ya que un juez no quería dictarles sentencia.
En fin que, todo este tema lo empecé a mover en Twitter que es mi red favorita, para solicitar apoyo y ayuda para crear una red emocional y judicial para apoyar este caso y apoyar al pequeño por supuesto.
En una de mis tantas peticiones, apareció de pronto Tatiana Clouthier (aún no era secretaria de Economía) ofreciéndose a apoyar; nos dimos nuestros teléfonos y me pidió que la mamá del pequeño la contactara.
Esto me habló del gran corazón que tenía (o tiene aún) Tatiana Clouthier, me sorprendió su disposición para ayudar/me y que hubiera puesto su atención en alguien como yo, que a todas luces no comulgaba con el presidente Obrador ni con su manera de gobernar, así que Tatiana digamos ha sido hasta ahora la primera persona de Morena en apoyarme en alguna causa. Nadie más de Morena, más que ella lo ha hecho en estos años en que he tratado de apoyar diferentes causas.
Fue tal mi sorpresa por el gran corazón de Tatiana que se lo comenté y le dije que me impresionaba mucho que fuera tan buena persona en un mal partido con un presidente que no quería a nadie que no lo quisiera a él…
Tatiana solo me dijo: “¡Ay!, lo qué pasa es que eres muy negativa y todo lo ves mal”. Después, ya nunca más supe de ella.
Constantemente me intrigaba saber si acaso me habría bloqueado de su cuenta de Twitter por ser yo abiertamente opositora a este gobierno pero no… ahí estaba.
De su papel como secretaria de Economía nada puedo decir. En cada viaje que hacía a Estados Unidos, en las fotos al menos, se le veía incómoda e insegura, y no tendría nada que juzgarle por el resto de su desempeño: Estoy segura que hizo lo más que pudo para hacer bien las cosas, pero el que tenía por jefe la obstaculizaba a cada rato. Esa es mi percepción. No estoy diciendo que así fuera, pues no tengo pruebas (pero tampoco dudas).
Estoy segura que Tatiana no hubiera querido despedirse en público, pero el presidente la sometió a esta última humillación, de frente y en cadena nacional tenía que decir que se iba. Obrador dijo que “conminó” a Tatiana a despedirse en la mañanera porque “no se podía ir por la puerta de atrás”. Más bien me da la impresión de que quiso exponerla.
Tatiana solo expresó con palabras tan claras que yo creo a todo el gabinete representa y dijo: “Mi oportunidad de sumar está agotada”.
Incluso yo me identifiqué con esa frase cuando de pronto por más esfuerzos qué haces nadie te hace caso y nada da resultado.
Y ahí estaba una Tatiana desencajada, triste, nerviosa y apenada despidiéndose del ex jefe que, como siempre, apostado detrás del qué pasa a hablar al atril , ni siquiera la miraba.
Genuinamente, Tatiana al despedirse quiso abrazarlo, pero AMLO no la abrazo. Jamás ha abrazado a alguna mujer a menos que sea a cambio de un voto.
El presidente no quiso abrazarla y simulaba que le aplaudía, pero las manos simulando ese aplauso le sirvieron de pretexto para no abrazarla.
El presidente no abraza a quien no lo quiere, a quien le renuncia, al que piensa diferente, al que le señala, le aconseja.
El presidente no abraza a las mujeres que marchan para pedir que las dejen de violentar.
El presidente no abraza ni perdona. Porque la cara y el discurso de Tatiana más que de renuncia, era como un especie de solicitud de perdón.
El presidente no perdonó.
Y deja muy claro si alguien más osa hacer lo que hizo Clouthier: Ni abrazos, ni perdón.
Ahora entiendo porqué seguramente muchos que trabajan con y para él habrán querido renunciarle y el pánico los paralizó.
Tatiana fue valiente. Quizá le abre la puerta a otros más que quieran decir “Hasta aquí”.
Mientras tanto, no tenemos secretario o secretaria de Gobierno: Tendrá que ser uno extremadamente leal aunque sea incapaz . El problema es que los que Obrador creía que eran leales le están dando la espalda.
Ni se diga lo que en Canadá y EU pensarán de esto, caerán en cuenta que sí… que el presidente está fallando en el camino y nos pone ante una situación muy compleja con el tema del T-MEC.
México tambalea.
Pero los mexicanos soportamos mucho. Incluso me atrevo a decir que ahora somos los mexicanos los que están sosteniendo a Obrador y no al revés.
Yo deseo que todo esto sea para bien.
México lo merece y tú también.
Es cuanto.