La sabiduría popular tiene entre sus refranes uno que cita que, “para tener la lengua larga hay que tener la cola corta”, refiriéndose básicamente a la calidad moral de quien critica, por aquello de “no tener cola que le pisen”. El tema viene al caso por la aparente incongruencia en que cae el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) al defender a un periodista extranjero como Julián Assange, al grado de establecer una especie de provocación -una más- frente al gobierno de la Casa Blanca, y por otro lado, no hacer lo suficiente en su propio país para brindar seguridad y protección a sus periodistas, que parecieren estar a merced de cualquiera que desee cobrar algún tipo de venganza en razón de sus publicaciones o expresiones relacionadas con su labor profesional.
El asunto es que, en pleno festejo estadounidense por el Día de la Independencia, el pasado lunes 4 de julio, el presidente mexicano dijo que Estados Unidos dejaría de ser símbolo de la libertad si, en caso de que Julián Assange sea extraditado, lo condenan a pena máxima.
AMLO contra la Estatua de la Libertad
El presidente AMLO, que una y otra vez ha manifestado su rechazo al intervencionismo, que se ha liado con los congresistas del Parlamento Europeo a quienes dirigió contundentes vituperios por expresar su preocupación ante la falta de garantías de los comunicadores en nuestro país, es el mismo que ha amagado con iniciar una campaña para que sea removida la Estatua de La Libertad, el monumento estadounidense mas emblemático, por el caso Assange.
“Si lo llevan a Estados Unidos y lo condenan a pena máxima y a morir en prisión, hay que empezar la campaña de que se desmonte la Estatua de la Libertad”, sugirió el mandatario federal al defender al fundador de Wikileaks, a quien ha calificado como “el periodista más valiente, profesional”.
Pero, el Parlamento Europeo, que en marzo pasado ya había hecho manifiesta su preocupación por la situación que viven los comunicadores en México, condenando las amenazas, el acoso y el asesinato de periodistas y defensores de los derechos humanos e instando a que estos crímenes se investiguen de manera “rápida, exhaustiva, independiente e imparcial”, esta semana reiteró su desasosiego por el grado de violencia e intimidación que enfrentan los comunicadores en México, al tiempo que condenó el homicidio del periodista Antonio de la Cruz, en Tamaulipas, ocurrido a finales de junio pasado, quien se convirtió en el periodista asesinado número 12 en lo que va del presente año, sin menoscabo que también su hija falleció días después luego de haber resultado herida en el mismo atentado en que su padre perdió la vida.
Antes que Antonio de la Cruz, fueron asesinados este año en México: Yessenia Mollinedo Falconi, Sheila Johana García Olivera, Luis Enrique Ramírez, Lourdes Maldonado, Margarito Martínez, Heber López Cruz, Juan Carlos Muñiz, Jorge Camero Zazueta, Roberto Toledo, José Luis Gamboa y Armando Linares.
Ello, sin olvidar que la destacada y férrea periodista Susana Carreño, Directora de Radio Universidad en Puerto Vallarta, fue víctima de un atentado el pasado viernes, habiendo logrado salvar la vida gracias a su gran fortaleza tras haber sido atacada con arma blanca en el abdomen y la yugular.
Señalan violencia “inédita” contra la prensa en México
La asociación Reporteros Sin Fronteras ha denunciado una violencia “inédita” contra la prensa en México, que se mantiene como uno de los países más peligrosos para ejercer el periodismo en el mundo.
Queda claro que el presidente López Obrador se ha convertido en un defensor del activista, al considerar que la revelación de documentos fue un ejemplo de libertad de expresión. López Obrador mencionó que tratará el tema con el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, con quien se reunirá en la Casa Blanca el 12 de junio.
“Sí, lo voy a tratar con él (tema de Assange con Biden). Lo traté con el presidente Trump, le mandé un escrito. No puede haber silencio, a nosotros nos consta, los cables que dio a conocer hablan del fraude de 2006, de cómo fueron distintos personajes a la Embajada de Estados Unidos en México a confesarse”.
Pero esta no es la primera vez que AMLO interviene, pues antes pidió a Donald Trump, en sus últimos días como presidente de Estados Unidos, que otorgara el indulto a Julian Assange, en tanto México le daría asilo con la garantía de que esto no implicara una amenaza a Estados Unidos.
La petición la hizo mediante una carta, fechada el 23 de diciembre de 2020.
“En su reclusión en Londres, la salud del señor Assange se ha deteriorado severamente y se encuentra en riesgo real de morir en prisión. Si logra salir con vida de esa situación, enfrenta una posible condena de cárcel por muchos años en Estados Unidos. En mi opinión, aunque haya actuado de manera equivocada, es una persona movida por ideales y principios, y pienso que por ese hecho debiera ser merecedor de compasión”.
AMLO
Dicha carta nunca fue respondida.
La interrogante es ¿por qué AMLO defiende a un periodista extranjero y a los mexicanos los deja a su suerte, les regatea sus derechos, los señala, los ofende, los echa a los leones, los crucifica, los expone, los mancha, los persigue, se burla de ellos?
Y una interrogante más; ¿qué opinaría si Estados Unidos o algún otro país u organismo internacional en defensa de Carlos Loret de Mola o algún otro periodista incómodo al actual régimen, comenzara una campaña para remover el monumento al emblemático Ángel de la Independencia ubicado en la Avenida principal de Paseo de la Reforma o a la Diana Cazadora, que se localiza en la misma avenida de la capital del país?.
Bien dice el refrán, “para tener la lengua larga, hay que tener la cola corta”.
Salvador Cosío Gaona en Twitter: @salvadorcosio1
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