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La sorpresiva decisión de hace unos días de la empresa estadounidense Talos Energy de suspender temporalmente la búsqueda de un arbitraje contra México, en medio de las conversaciones de alto nivel sobre la asignación del campo petrolero Zama a Petróleos Mexicanos (Pemex), nos habla de un posible acuerdo entre las partes que favorece a la paraestatal mexicana.
El pasado mes de septiembre, la firma petrolera Talos presentó al gobierno mexicano notificaciones de disputa con base en el acuerdo del tratado comercial signado por México, Estados Unidos y Canadá conocido como T-MEC, previo a la inducción de un reclamo de arbitraje, luego de que el país azteca seleccionara a Pemex como operador del mega yacimiento Zama, en el Golfo de México.
El suspender temporalmente la solicitud de un arbitraje internacional por parte del corporativo estadounidense para reclamar la titularidad del complejo petrolero contra la hoy empresa productiva del Estado mexicano, se puede deber a una reunión clave que se celebró el pasado mes de abril encabezada por el presidente López Obrador y el embajador de Estados Unidos en México, Ken Salazar, que dio inicio a las conversaciones de alto nivel para llegar acuerdos.
¿Qué es el campo petrolero de Zama?
El campo petrolero de Zama es uno de los principales hallazgos hechos por una empresa privada en México desde que la reforma energética de 2013 de Enrique Peña Nieto permitiera a la iniciativa de particulares participar en el desarrollo de campos petroleros. Como el yacimiento se extendía más allá de la asignación del consorcio de Talos y entraba en un bloque operado por Pemex, era necesario “unificar” Zama. En julio de 2020, la Secretaría de Energía dio a las partes 120 días para llegar a un acuerdo, un prerrequisito para empezar a desarrollar el campo. Transcurrido el plazo sin que se llegara a un acuerdo, la decisión de quién sería el operador de Zama recayó en la dependencia federal.
La Secretaria de Energía que encabeza Roció Nahle dio el pasado mes de junio la titularidad del campo petrolero de aguas someras del Golfo de México a Pemex. En el oficio, el Gobierno mexicano valora la capacidad financiera y técnica de la paraestatal e ignora las pretensiones del consorcio liderado por la estadounidense Talos Energy.
De acuerdo con documentación, la Comisión Nacional de Hidrocarburos (CNH) dio en un análisis de su visto bueno para que Petróleos Mexicanos se hiciera de la titularidad de Zama al acreditarle a la empresa estatal tres rubros que difícilmente podía cumplir el consorcio privado, en el que también participan las empresas Premier Oil y Wintershall Dea: contar con una producción de al menos 10 mil barriles de petróleo en el país, tener capacidad de transporte y comercialización instalada y, por último, proyectos de desarrollo nacionales.
Pemex acreditó más criterios que Talos Energy
El análisis en el que la Secretaría de Energía basó su decisión para favorecer a la estatal tomó como base 20 criterios, 17 de los cuales fueron cumplidos por Talos, mientras que Pemex acreditó la totalidad.
Ambas compañías debían acreditar una producción en México de al menos 10 mil barriles de petróleo. El consorcio privado liderado por Talos, que llegó al país en 2015, sólo posee dos activos en el país –el bloque 2 y el bloque 7, ganados en la ronda 1.1–, ambos aún en fase de exploración. En Zama, su primer descubrimiento y que tiene un potencial de producción de 670 millones de barriles, no ha podido lograr operación comercial debido a la serie de procesos que ha protagonizado con Pemex para intentar llegar a un acuerdo para la operación del campo.
La decisión de México de seleccionar a la empresa que actualmente dirige Octavio Romero como operador del campo Zama, con unos 850 millones de barriles de petróleo equivalentes, que comparten las empresas es un reto para la paraestatal tanto jurídico como técnico ya que este yacimiento que podría producir 160 mil barriles diarios de crudo y gas por día está en aguas someras a una profundidad de 165 metros.
La empresa estadounidense Talos y sus socios han continuado las conversaciones con Pemex sobre los aspectos técnicos de un plan de desarrollo conjunto que debe presentarse al regulador petrolero de México el próximo mes de junio.
La pausa temporal en su reclamo del corporativo petrolero estadounidense abre la puerta para que Petróleos Mexicanos explote el mega yacimiento de Zama y aumente la producción de crudo de la paraestatal.