“¿Y Pedro Vargas no te gusta?”, me preguntó un respetado profesor. La verdad no me agrada mucho, respondí, me parece que su canto es pasivo, anticlimático, no me produce un ánimo motivante. Pero no quise negar del todo al tenor: bueno, algunos duetos sí, me parece que los hizo bastante bien. Pensé en particular en la canción “La negra noche”, que canta a dúo con Pedro Infante en la película También de dolor se canta (1950; René Cardona, director). Ya después tuve la calma de escuchar poco a poco el buen número de duetos que Vargas interpretó con cantantes mujeres y hombres ya sea en el disco, el cine o la televisión, medios en que alcanzó el estrellato incluso más como personalidad que como cantante. Es decir, sí fue reconocido como cantante pero también ganó respeto como personalidad y personaje: “El tenor continental”, “El samurái de la canción”, “¡Muy agradecido, muy agradecido!”, “Gentiles amigos”,… Se creó un lenguaje en torno a su persona.

|”Aquel amor”, Vargas de borracho con Agustín Lara y Luis Aguilar|:

Y la lista de compañeros y compañeras de duetos es de consideración, la mayoría de ellos de la canción ranchera y popular:

José Mojica

Agustín Lara

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|”Canción mixteca” a dúo con Miguel Aceves Mejía|:

Pedro Vargas nació en San Miguel de Allende, Guanajuato el 29 de abril de 1906 y falleció en la Ciudad de México el 30 de octubre de 1989 (como en las anteriores ocasiones en que he abordado a otros cantantes de los 30′s a 60′s del siglo XX, las fuentes biográficas, artísticas y anecdóticas las tomo de Carlos Díaz Du-Pond, Octavio Sosa, Gabriel Pareyón, algunas páginas personales de los artistas y cotejos con Wikipedia, entre algunas otras). Desde niño cantó en coros y aprendió música y algunos instrumentos (tuvo entre 1914 y 1920 como profesor a Antonio Licea). Ya en la Ciudad de México intentó estudiar medicina -como Hugo Avendaño y Alfonso Ortiz Tirado; este sí logró ser médico- pero pronto declinó e inició estudios de canto con el afamado maestro José Eduardo Pierson, del que ya hemos hablado aquí.

|”Huapango torero”, de Tomás Méndez, con Lola Beltrán y Rafael Bertrand|:

Sosa registra que Vargas realizó una sola actuación operística como Turiddu en la ópera Cavallería rusticana, de Pietro Mascagni, en 1928 en el Teatro Iris (Ópera en Bellas Artes; Conaculta, 1999). A Díaz Du-Pond, que hace un recuento detallado por año de las óperas que vio o dirigió desde 1924, se le pasó mencionar esa función en el apartado correspondiente a 1928 y lo hace en el de 1929. La razón: “Se me olvidó contar que un domingo en que la policía nos encontró oyendo misa -era el tiempo de la persecución religiosa- no pude asistir al teatro Iris por dicho motivo, no escuchando el debut del tenor Pedro Vargas que cantó… Con María Romero” (La ópera en México de 1924 a 1984; UNAM, 1984). Nadie comenta la razón por la que, incluso con el impulso del maestro Pierson, Vargas no volviera a cantar ópera nunca más (sí participó escénicamente en algunas revistas musicales).

|“Tiempo”, entre Vargas y José José|:

|Y con Marco Antonio Muñiz, “Parece que fue ayer”, de Armando Manzanero|:

Desde ese tiempo comenzó giras internacionales por Estados Unidos, Canadá y Latinoamérica. Pronto debutó en la radio y en el cine; con la aparición de la televisión tuvo programas en ella, grabó infinidad de canciones de un sinnúmero compositores. Pero como sucedió con otros cantantes (lo vimos con Ana María González), durante un tiempo se convirtió en cantante favorito de Agustín Lara. El propio cantante da su testimonio:

“Conocí a Agustín en el concurso de valses del Teatro Colón. Al final del cual me preguntó: ‘¿quieres ser mi intérprete a partir de mañana?’. Yo acepté, y trabajamos en aquella época en los cines Monumental y Rialto. Me pagaban veinte pesos por cada actuación… La primera canción que él compuso para mí (y que yo estrené naturalmente) fue ‘Romance’. Fui tal vez el intérprete que más canciones de Lara estrenó”; (en Agustín. Reencuentro con lo sentimental; Editorial Domés, 1980). Realizaron giras nacionales e internacionales, cantaron juntos, se hicieron amigos entrañables aunque hubo un punto en que no continuó la relación artística, “Después nos encontramos de tarde en tarde. La vida nos separó, pero la música nos unía siempre”.

|Un trío más, Vargas con Estela Núñez y Juan Gabriel; la canción de este, “Será mañana”, de la cual existe versión completa a dueto entre el compositor y el tenor|:

Tomando como fuente la Historia de la música popular en México, de Juan S. Garrido, Pareyón complementa la información biográfica para nosotros:

“Ese mismo año |1928| emprendió una gira por Estados Unidos y Canadá como solista de la Orquesta Típica de Lerdo de Tejada, y grabó en Chicago su primer disco, con la canción Primer amor, del mismo Lerdo. En 1930 ganó el concurso Ann Harding por su interpretación del vals homónimo de Espinosa de los Monteros; de inmediato fue contratado para formar parte del elenco de la radiodifusora XEW, donde cobró fama como intérprete de las canciones de Agustín Lara. Desde entonces se le conoció como ‘El Samurai de la Canción’ o ‘El Tenor Continental’. En 1936 realizó su primera gira por Centro y Sudamérica, como solista. En 1942 cantó en la Casa Blanca, invitado por el presidente Franklin D. Roosvelt; más tarde hizo actuaciones privadas ante Getulio Vargas y Augusto Pinochet. Cantó para los presidentes mexicanos Lázaro Cárdenas, Manuel Ávila Camacho, Adolfo Ruiz Cortines, Adolfo López Mateos, Gustavo Díaz Ordaz, Luis Echeverría, José López Portillo y Miguel de la Madrid. Formó parte de la programación inaugural del canal 4 de televisión (el primero en México), y apareció en más de 40 películas. Estrenó numerosas canciones, dedicadas a él, de compositores como Gonzalo Curiel, Esparza Oteo, Fernández Esperón, María Grever, Agustín Lara y Mario Talavera. Él mismo compuso algunas canciones, de las cuales sobresalen ‘Me fui’, ‘Porteñita mía’ y ‘Tú me haces falta’. Fue nombrado Mister Amigo y Ciudadano Honorario de Texas (1975) y recibió la Orden de Caballero de la Cruz del Sur, por parte del gobierno de Chile; así como la medalla Reina Isabel la Católica (1988), entregada por el gobierno español. En 2007 el Senado de la República votó por unanimidad una solicitud al poder ejecutivo, para trasladar sus restos a la Rotonda Nacional de los Hombres Ilustres”.

|”La negra noche”, de Lauro Donato Uranga; Vargas con Pedro Infante; célebre dúo cinematográfico|:

Hay una agradable sutileza en el canto de Pedro Vargas, suavidad, continuidad (por no decir “legato”), inalterabilidad al grado de producir ese efecto pasivo, anticlimático del que hablé al principio, pero en realidad esa expresividad se convirtió en su estilo. Un estilo “gentil” que difícilmente pudo haber prosperado en la ópera, pero que sí triunfó en la canción. En lo particular, destaco la generosidad y camaradería para realizar innumerables y gratos duetos (y algunos tríos) que sobresalen, me parece, sobre el canto en solitario de las canciones. Por ello, a sus motes y características podríamos agregar este: Pedro Vargas, la generosa voz de los buenos duetos.

Para concluir y no quedarnos sólo con los duetos (y tríos), aquí va esta linda pieza acompañado por la Sonora Matancera: “Por dos caminos”, del autor yucateco Álvaro Ruiz del Hoyo Benítez (1915-1992):

Pero no nos resistamos a escuchar como despedida la misma canción cantando y bailando con Celia Cruz:

X: @NietzscheAristo