“Hay muertos que hay que dejarlos ir, antes de que nos maten.”

“Para la muerte no hay puerta cerrada ni casa fuerte.”

“Contra la muerte no hay remedio; mas la muerte es un remedio.”

REFRANES

No existe soberanía energética; olvídenlo, en México no hay tal cosa. La producción de Pemex es la menor en toda la era moderna de nuestra nación. A menos que por producción se entienda la generación en cantidades ingentes del muy contaminante combustóleo… Al mismo tiempo, la deuda de Pemex —particularmente hacia sus proveedores/acreedores— es escandalosa; la inyección que se requeriría para mantener a la compañía en terapia intensiva mientras se dilucida la manera de hacerla transitar hacia las energías limpias, es inviable por lo descomunal.

Sin embargo, la visión del académico Víctor Rodríguez Padilla (físico con maestría en ingeniería energética y doctorado en economía energética), próximo titular de Petróleos Mexicanos, no es esa. Él dice que hay Pemex para rato. Que la empresa del Estado no está muerta y que ni siquiera está tan mal como marcan las cifras que da a conocer… la petrolera misma.

Yo pienso, en cambio, que desde el 2019 Petróleos Mexicanos es un muerto viviente. Que el funcionario que está por estrenarse sabe que hereda un zombie, pero que no puede decir que eso es culpa del pasado reciente. Un pasado llamado 4t que es el que llevó a Pemex hasta el borde de la tumba.

Un ente en desgracia cuya misión ulterior es hacer de todo México un cementerio o, para ponerlo de forma más amable, cuya intención —la del primer mandatario ciertamente— es forzar a que el país pierda cualquier calificación aprobatoria en el sistema financiero internacional.

Las preguntas que debemos hacernos es por qué y para qué. Ya llegaré a eso…

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Vuelvo al hilo argumentativo: el Dr. Rodríguez dijo que Pemex pagará su deuda. El asunto es que, encima de que no dijo cómo, cuándo y con qué, las calificadoras internacionales esperan resultados en el muy corto plazo. Un acto imposible de lograr no solo por la fuerte inyección de capital necesaria que ya mencioné, o porque el académico se deberá desdoblar en financiero, administrador, gestor y técnico, o debido a que hay que ponerle un alto al sindicato petrolero, o por las restricciones ideológicas que la Cuarta Transformación ha impuesto sobre la petrolera, sino también por la corrupción que ha crecido en cada uno de los escalones jamás barridos.

Adicionalmente, Rodríguez Padilla sostuvo ayer que Pemex mantendrá la ¿estrategia? de producir energía a través de combustibles fósiles en un 88.8%. Dicha proporción para la producción de energía descerraja al T-MEC, a la participación de México en los compromisos de disminución del CO2 e impacta negativamente a empresas que piensen venir a instalarse a nuestro país.

El que el régimen siga sin admitir los problemas fundamentales de la petrolera anuncia que no hay objetividad en su diagnóstico y que lo que haga la administración no pinta para bien. Lo que el equipo de Claudia Sheinbaum parece estar cuidando son los pretextos para continuar inyectándole recursos a algo sin vida, pero nada más. Pero eso es ella; vamos a Andrés Manuel ahora.

¿Será acaso que el objetivo oculto de López Obrador es utilizar a Pemex como ariete en contra del T-MEC?; ¿de los acuerdos de París? ¿Para adrede poner en jaque la estabilidad de las finanzas públicas?

Me pregunto si es descabellado pensar que lo anteriormente expuesto, sumado a eliminar a órganos constitucionales autónomos como la CRE y la COFECE, aprobar una reforma judicial, es para forzar la salida de México de su tratado comercial con Estados Unidos y del sistema de pagos internacional. ¿Es ese el fin y no la consecuencia de sus acciones?

¿Qué sentido tendría para AMLO convertir a México en un Estado paria política y financieramente hablando en el concierto de naciones? ¿Destruir todo antes de irse, para sorpresa incluso de Claudia Sheinbaum?

Considero es momento de plantearse esas preguntas con seriedad. Después de todo, no sería la primera vez que un régimen, para perpetuarse, se desligue por completo de las reglas de Occidente.

Giro de la Perinola

El 2 de septiembre, Claudia Sheinbaum se va de luna de miel. En mal momento… ¿O será tal vez para dejar de pensar en la calamidad que se le viene encima? ¿Para no contemplar que será traicionada como nadie y como nunca por el “mejor presidente” de la historia?