En el mundo del petróleo, las negociaciones y adquisiciones son moneda corriente. Sin embargo, cuando estas transacciones involucran a una empresa estatal como Petróleos Mexicanos (Pemex) y una terminal de combustible defectuosa como Servitux, la situación se torna preocupante.

Desde su creación en 2018, la Terminal Internacional de Fluidos de Tuxpan (TIFT) ha sido objeto de debate y preocupación. Gestionada por Servicios y Terminales de Tuxpan S.A. de C.V., esta instalación ha estado bajo escrutinio debido a deficiencias estructurales y presuntos conflictos de interés entre sus gestores y funcionarios gubernamentales.

La presencia de figuras como Luis Manuel Enrique Téllez Kuenzler y Santiago Sepúlveda Yturbe entre los apoderados de la empresa gestora de la terminal plantea interrogantes sobre posibles tráficos de influencias y favores políticos. La relación entre estos individuos y la firma Monterra Energy, involucrada en la operación de la terminal, añade capas de complejidad a este entramado.

Las imágenes que circulan en torno a los tanques de almacenamiento de la terminal Servitux, de la multinacional KKR, revelan una realidad alarmante: instalaciones mal niveladas, modificaciones no autorizadas y riesgos evidentes para la seguridad y el medio ambiente. Estos hallazgos ponen en entredicho la capacidad de supervisión y regulación de las autoridades correspondientes.

La reciente propuesta de Pemex para adquirir la terminal Servitux plantea serias interrogantes sobre la prudencia y transparencia en la gestión de recursos públicos. La firma de un contrato para esta adquisición, liderada por Octavio Romero Oropeza, sugiere un cambio de manos que podría tener consecuencias significativas para la industria energética mexicana.

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Si bien la compra de la terminal por parte de Pemex podría representar una oportunidad para corregir las deficiencias y mejorar la gestión, también plantea riesgos inherentes. La historia de Servitux es un recordatorio de los peligros de la opacidad y los intereses particulares en el sector energético, con consecuencias potencialmente devastadoras para el país y que, más allá de esto, nos generaría un déficit de, por lo menos, 6 mil millones de pesos, según la cotización del dólar.

Desde las administraciones de Felipe Calderón, pasando por Enrique Peña Nieto y, ahora, con Andrés Manuel López Obrador, los recursos energéticos del país son explotados por el interés ajeno y no el de los mexicanos; esta vez, la supremacía de un órgano altamente endeudado, como lo es Pemex, pone en riesgo inminente, no sólo el medio ambiente, si no la economía y el bienestar de todos.

Punto Cero

La declinación de Dante Delgado para que Sandra Cuevas se convirtiera en candidata de Movimiento Ciudadano para una reelección en la alcaldía Cuauhtémoc, puso en severa crisis a la abogada de profesión. Viendo terminar su ciclo, Cuevas Nieves ha cometido más errores en este su último tramo de gobernanza. Impulsa una organización civil que podría darle un impulso político en un futuro próximo; sin embargo, lo hace con recursos públicos de la propia alcaldía capitalina; esta situación la podría poner bajo una responsabilidad penal o administrativa una vez que concluya con su encargo.

X: @JoseVictor_Rdz | Premio Nacional de Derechos Humanos 2017