Veamos, desde el punto de vista de los integrantes de la industria aeronáutica, ¿qué perspectivas tendremos con la llegada de Claudia? Analicemos: es cierto, la llegada de una mujer a la presidencia del país es un hecho histórico, tuvieron que pasar 200 años de ser una nación independiente, y tampoco podemos dejar a un lado que su llegada va de la mano con la decisión popular de darle continuidad al movimiento de la Cuarta Transformación.

Es un hecho -y no pretendo ocultarlo- que el tema aeronáutico resulta difícil de entender para nuestro actual mandatario, pues es una industria con una complejidad “sui géneris”, a la que los recortes de presupuesto le afectan y mucho; y quiero aprovechar lo dicho en el marco de la 80ava Asamblea General Anual de la IATA, donde se hizo hincapié en que la seguridad aérea “cuesta”.

Sin duda el ejemplo más reciente de esto es el melodrama completito que está viviendo la armadora norteamericana Boeing, que en aras de aumentar sus ganancias económicas, terminaron sacrificando la seguridad, y eso en aviación es literalmente mortal.

En este espacio informativo hemos machacado con el tema durante medio sexenio de Andrés Manuel. Por eso con la llegada de Claudia a la presidencia, urge replantearse cómo va a abordar el tema aeronáutico; la aviación es más que aeropuertos y líneas aéreas, es todo un mundo y su principal objetivo es la seguridad de pasajeros y trabajadores; por eso queremos saber cuál será la ruta que tomará la nueva administración.

Los retos son gigantescos, tenemos fuertes rezagos en la Agencia Federal de Aviación Civil (AFAC), precisamente en la oficina de expedición de licencias; no es posible que el trámite dure un mes (si bien te va), es demasiado tiempo, cuando en el pasado incluso se podía sacar la licencia en el mismo día que hacías tu examen médico.

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Urge quitar la pesada burocracia que hoy impera en esa oficina, y hacer más eficientes los procesos para que el personal obtenga la licencia que la ley les exige para poder trabajar. Muchas veces los retrasos en las entregas de licencia representan una pérdida económica para el trabajador.

La administración pública del país debe terminar de migrar a lo digital, y no soy ingenua, por supuesto que sé que eso cuesta, pero vale la pena. Se pueden tener digitalizados los expedientes médicos de los trabajadores y suficientemente protegidos y encriptados para protección de sus datos, incluso hoy es posible que entreguen los resultados del examen médico de forma digital, al igual que la licencia, como sucede en otras partes del mundo. Ese sería un gran avance para el país.

Otro punto que me parece muy importante es dejar las reglas claras a todos. El mercado aeronáutico en nuestra nación es enorme, así que no hay ninguna necesidad de “canibalizarse los unos a los otros”; se debe poner en orden a los aeropuertos subutilizados del país, y crear una verdadera política aeronáutica.

En materia de empleos, del año 2000 a la fecha los salarios se han pauperizado de una forma por demás escandalosa; se requiere voltear a ver a los trabajadores y retribuirles bien, no las migajas con las que ahora se tienen que conformar.

Ya lo sé, hubo una época en que los trabajadores de aviación eran “privilegiados”, pues además de buenos salarios, tenían a su vez prestaciones envidiables -a los ojos del resto de la población-. Hoy eso ya no sucede, hoy están precarizados y además muchos de ellos estresados y fatigados por las largas jornadas.

También dentro de la industria aérea es importante trabajar por las 40 horas a la semana. Se tiene que acabar con el charrismo sindical que aglutina decenas de contratos colectivos, pero que en los hechos sirven como sindicatos patronales, y en este punto seré muy enfática: la Reforma Laboral del 2019 deberá ser revisada con lupa una vez más y combatir las lagunas que se dejaron, que permiten el anquilosamiento de los liderazgos eternos.

Como ejemplo tenemos al famoso negocio familiar de Los Romo, el Sindicato de Trabajadores de la Industria Aeronáutica (STIA) cuyos líderes ni siquiera trabajan dentro de la industria y se comportan como un sindicato de empresa, en perjuicio de los trabajadores de Volaris, VivaAerobus, los sobrecargos y mecánicos de Aeroméxico Connect, por mencionar algunos.

Esperemos que la próxima presidenta del país sea sensible a estos temas y quiera colaborar para fortalecer a la aviación nacional, en aras de nuestra soberanía aérea.

Por lo pronto quedamos a la expectativa de que poco a poco vayamos sabiendo los planes que tiene en torno a la industria aeronáutica. Ya fueron décadas de olvido y de regazo, México tiene un potencial maravilloso para crecer y fortalecerse.

No lo quiero dejar pasar, y me parece relevante que la IATA haya felicitado a Claudia Sheinbaum por su triunfo, como reporta el portal de aviación A21:

“El director general de la Asociación de Transporte Aéreo Internacional (IATA), Willie Walsh, se congratuló por la llegada a la presidencia de la República Mexicana, a la primera mujer, Claudia Sheinbaum.

En rueda de prensa con medios de América Latina, en el marco de la finalización de la Cumbre Mundial del Transporte Aéreo, el directivo calificó de genial la llegada de una mujer a la presidencia de México.

El ejecutivo señaló que con la llegada Sheinbaum espera que se apoye a la industria de la aviación, así como al turismo en general, elementos importantes para la economía mexicana.”

A21

Coincido con Willie Walsh y yo creo que México tiene todo para despuntar e incluso ser potencia en materia de aviación, en relativamente poco tiempo. Estaremos atentos a lo que se informe durante este periodo de transición.