A pesar de que ha incurrido en exceso de torpezas en su intento de defenderse de la severa acusación que pesa sobre ella, la Ministra, Yasmín Esquivel Mossa, cuenta con elementos, ciertamente no legales, para salir bien librada de ese vergonzante asunto que la envuelve desde la semana pasada, cuando a través de Latinus el académico Guillermo Sheridan, mostró pruebas contundentes para evidenciar que la funcionaria plagió su tesis de licenciatura.
Tiene a su favor el apoyo irrestricto del presidente Andrés Manuel López Obrador, -quien con no menos torpezas ha argumentado en su defensa-, así como el contexto festivo en que se presenta esta polémica siendo que aun cuando se han presentado severos posicionamientos de la oposición, la exigencia de que renuncie por parte de asociaciones, barras y organismos, peticiones de la sociedad civil para que se le retire el título, y hasta una denuncia ante la SCJN, pareciere que una vez más triunfará el mal, y el próximo lunes será nombrada presidenta de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), en detrimento del Poder Judicial y de nuestro país.
La Ministra, quien primero con actitud soberbia mostró cartas de apoyo y luego publicó un comunicado a través del cual negaba -sin pruebas- haber copiado su trabajo, fue llamada a declarar este jueves 29 de diciembre ante la Facultad de Estudios Superiores (FES) Aragón, y hasta el tiempo en que se escribe este texto no se conocía mayor noticia al respecto. De manera que se desconocen las pruebas y argumentos que habría presentado para convencerlos de que no existió plagio de su parte, así como lo alegatos de su asesora y el jurado de su examen profesional que también fueron citados a declarar sobre el caso.
Y es que, cada vez se torna más complicado demostrar su inocencia, siendo que comparte una tesis prácticamente idéntica con al menos una persona y todo apunta a que habría sido ella quien plagió dicho trabajo.
Además, ya fue presentada una denuncia por Miguel Alonso Meza, consultor en litigio estratégico y derecho anticorrupción, quien aseguró que es necesario resolver sobre las acusaciones de plagio de la ministra a su trabajo de titulación.
Esta denuncia fue presentada en el órgano judicial de responsabilidades administrativas y, de acuerdo con el denunciante, el primero que debe resolver la procedencia de la denuncia es Arturo Zaldívar, presidente de la SCJN.
Así que este juicio podría ser el último que deberá resolver Zaldívar antes de retirarse de la presidencia de la más alta tribuna judicial en este país, y el cual podría marcar no solo su adiós en la SCJN sino la forma en que delibere este proceso marcará toda su trayectoria. Así de importante el juicio.
De tal suerte que esta inesperada denuncia y cómo se resuelva, será fundamental para las definiciones tanto de la permanencia de Esquivel como Ministra, su posibilidad de contender por la presidencia, y la impartición de justicia en nuestro país.
Aunado a lo anterior, “circulan en redes sociales dos peticiones lanzadas en la plataforma Change.org sobre el caso del presunto plagio de tesis de la ministra Yasmín Esquivel Mossa y ya acumulan decenas de miles de firmas a cuatro días de haber sido lanzadas.
La primera, titulada “Renuncia Yasmín Esquivel”, fue hecha por el analista José Antonio Crespo, quien la publicó con el nombre de José Crespo, y suma casi 20 mil firmas.
Además, el usuario José Juárez lanzó otra petición a la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) para que anule el examen profesional de Esquivel Mossa.
La petición, titulada “La UNAM debe anular el examen profesional de Yasmín Esquivel, el plagio no se debe tolerar”, tenía hasta la tarde del miércoles más de 42 mil firmas.
“El plagio no se debe tolerar”, afirmó en su solicitud, en la que involucró a la asesora de tesis de la maestra, la académica de la FES Aragón, Martha Rodríguez Ortiz”.
Y como ya mencionaba al principio, la ministra ha incurrido en torpeza tras torpeza; pues basta recordar que el pasado domingo, cinco días después de que Latinus y particularmente el académico Guillermo Sheridan exhibieran pruebas contundentes del plagio en que habría incurrido, Esquivel Mossa, publicó a través de redes sociales un comunicado en un desesperado intento de negar su infame acción.
En dicho posicionamiento afirmaba que los señalamientos de un supuesto plagio de su tesis de licenciatura forman parte de una campaña emprendida en su contra para influir en la próxima elección del presidente o presidenta de la SCJN. Ahí negaba “categórica y terminantemente” haber plagiado su tesis y afirmaba que fue al contrario: su tesis fue plagiada, por lo que presentó una denuncia.
Todo ello enmarcado en un total surrealismo, siendo que Esquivel se tituló en septiembre de 1987 utilizando una tesis prácticamente idéntica en contenido que se aprobó en julio de 1986. Pero alega que su trabajo fue plagiado y no al revés, aunque todo apunte lo contrario.
Está pues por verse cómo resolverá este caso la Facultad de Estudios Superiores (FES) Aragón, tras la comparecencia de Esquivel, su Asesora de tesis y el Jurado de su examen profesional. Y de igual forma, será interesante conocer cómo responderá el presidente de la SCJN, Arturo Zaldívar, la denuncia interpuesta en contra de la Ministra.
Ante ello, el próximo lunes 2 de enero será un día trascendente en la vida de México pues se va a renovar la presidencia del alto tribunal y los 11 ministros que conforman la Suprema Corte de Justicia de La Nación se habrán de reunir para votar por uno de ellos para que presida el alto tribunal por un periodo de 4 años.
Para nadie es un secreto, -porque ya las formas tampoco se guardan-, que la Ministra espuria goza del apoyo del Ejecutivo de la nación y su candidatura está prácticamente licitada, y mandatada hacia los ministros que conforman el pleno de la corte, quienes por diversas razones que se desconocen están siendo presionados a empujar a la esposa de uno de los mejores amigos del presidente.
López Obrador ha sido descarado y cínico al decir que es su candidata y que es una mujer que apoya a la 4T, es decir, es una candidatura abiertamente presidencial, es abiertamente ligada a un partido político porque el presidente de la República es la cabeza de su propio partido “es su propio esquema” y quiere una presidenta a modo.
El caso es de pronóstico reservado y vamos a ver cómo se resuelve este penoso caso que como ya dijimos antes, lleva de por medio el buen nombre de la Máxima Casa de Estudios del país; el de la SCJN; el del Poder Judicial; y el de la Justicia en México. Eso es lo que está en juego.
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