La presentación de Peso Pluma en el Festival de Viña del Mar, está generando un debate en Chile que va más allá de la música. Mientras hay quienes se oponen rotundamente a que el grupo mexicano se presente, argumentando que no es correcto que el dinero público se utilice para respaldar a artistas que alaban la vida criminal de la delincuencia organizada, otros lo defienden señalando que tienen más de 50 millones de oyentes de forma mensual en Spotify y su impacto a nivel mundial.

Puede ser justificable que las autoridades chilenas estén preocupadas por la presentación de Peso Pluma, en el escenario de la quinta Vergara, pero no es responsabilidad del artista mexicano que la inseguridad del país del sur este en aumento, ni que los homicidios y delitos relacionados al narcotráfico y carteles mexicanos vayan a la alza.

Censurar o prohibir a los artistas no cambia la realidad de los jóvenes que se identifican con la delincuencia organizada. Este tipo de canciones, describen excesos, consumo de drogas y el deseo de vivir al máximo, sin importar el mañana, reflejando una realidad de muchos.

Además es de suma importancia tener en cuenta que el narcotráfico es una realidad compleja que va más allá de la música. La trasnacional mexicana más grande está presente en decenas de países y según la DEA, tiene más de 44 mil miembros, incluyendo asociados, facilitadores y más. En el caso de México, el narcotráfico es el quinto empleador, lo que implica que cientos de miles de familias viven de esta industria. lo mismo debe suceder en otros países. Por este y otros motivos, no debería ser una sorpresa que como cualquier transnacional que busca la venta de sus productos, el narco también busque promover su imagen y presencia por medio de la música.

La relación entre la música y la sociedad es bidireccional. La letra de las canciones, es un reflejo de las preocupaciones, cultura, eventos, valores y tendencias sociales. Los artistas musicales se convierten en los representantes y voceros de grupos específicos que por medio de sus letras expresan experiencias, relatan historias y necesidades. A medida que cambia el contexto y las normas sociales, la música también lo hace.

Se puede decir que: la música de moda se convierte en el narrador de la experiencia colectiva de la vida- describe las necesidades, carencias y experiencias colectivas-. La presentación de Peso Pluma en Viña del Mar es un reflejo de estas complejas interacciones entre la música y la sociedad.