La escasez de fórmula alimentaria para bebés que afecta a buena parte de los estados norteamericanos, consecuencia de la falta de inversión en infraestructura pública y privada, es sólo una muestra más del colapso generalizado de los Estados Unidos.

No hay solución, no hay respuestas, no hay “innovación” ni cualquiera otra de las mentiras que los pregoneros del capitalismo señalan como virtudes de este sistema. Simplemente, la cruel y fría mano muerta del “mercado”. Que paguen los bebés e infantes que por algún motivo no pueden digerir leche materna, derivados de la leche de vaca con su vida. Serán, apenas, uno más de los múltiples sacrificios dedicados al altar del capitalismo.

Pete Buttigieg y sus declaraciones contra la fórmula para bebés

Prueba de lo nefasto de esta ideología son las declaraciones del nefasto e inútil Secretario de Transporte, Pete Buttigieg, presunto agente de la CIA quien embadurnado del “lavado rosa” que le proporciona su orientación sexual sale a declarar que el gobierno de Estados Unidos “no puede hacer nada” para evitar que los bebés terminen hospitalizados con sondas intravenosas ante la falta de fórmula alimenticia.

”Este es un país capitalista (sic). El gobierno no manufactura fórmula para bebés, ni debería hacerlo (sic). Las compañías hacen la fórmula (sic)”, señaló el mamarracho norteamericano en entrevista con la cadena CBS.

Por supuesto que a las personas blancas privilegiadas como este sociópata y su esposo, quienes son padres gracias a los vientres en alquiler proporcionados por mujeres en muchas ocasiones en situaciones de vulnerabilidad, jamás les faltará la fórmula en caso de necesitarla. ¿Es mucho pedir algo de empatía para estos lunáticos ultracapitalistas? Por supuesto.