La ruta de posicionamiento que solicitó el presidente López Obrador, a través del dirigente nacional, Mario Delgado, abre una nueva parada en una entidad gobernada por Morena, en el estado de Veracruz. En ese sentido, los cuatro aspirantes a suceder al mandatario federal visitarán aquel territorio a través distintos eventos que ya están agendados. Dentro de ese marco, está previsto que tanto Marcelo Ebrard, Claudia Sheinbaum, Adán Augusto y Ricardo Monreal, generen una percepción desde distintas difusiones que atenderán entre viernes y sábado.

Más allá de que cada uno de los eventos tiene la importancia de los rubros que se expondrán, el punto es que, el gobierno que encabeza Cuitláhuac García, garantice un piso parejo para cada uno de los presidenciables de Morena.

Esto significa, primero, que cada uno de los ambientes tenga las condiciones para que fluya la participación de militantes y simpatizantes de Morena, lo mismo que de diversos sectores que tienen afinidad por algún aspirante a la silla presidencial. Dicho en otras palabras, la apertura será la que marque la pauta o el punto de inflexión, sí predomina otro tipo de acciones de cargada o favoritismo.

Ojalá que no porque hay grandes expectativas de que -el gobernador de Veracruz- actúe con mesura y flexibilidad. Sabemos que, en ese sentido, el mismo mandatario ha dicho que hará un esfuerzo por estar con cada uno de los presidenciables de Morena. Lo correcto sería que asistiera al evento de Marcelo Ebrard, Claudia Sheinbaum, Adán Augusto y Ricardo Monreal. Es decir, que hiciera pública su participación con cada uno como un gesto democrático que, en estos tiempos, es lo que más necesita el proceso previo para encontrar un punto de unidad.

Entonces, para efectos de equidad, va a ser muy importante el comportamiento del gobierno de Veracruz en esta visita que harán los cuatro aspirantes oficiales de Morena. Dada esa necesidad de mostrar cohesión, tanto los mecanismos de participación, como el trato tiene que tener un equilibrio en todo lo que rodea el entorno. Es decir, que sí los militantes han sido convocados estén presentes con todos los actores que han levantado la mano para participar porque, al final de cuentas, ellos son los que tomarán decisiones.

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De eso se trata cada una de las visitas que ha solicitado el presidente López Obrador a través de Mario Delgado. Hasta ahora, son muy pocos los gobernadores que han atendido el llamado de apertura y que han mostrado, de acuerdo a los testimonios, piso parejo.

Lo hizo Alfredo Ramírez en Michoacán, Salomón Jara en Oaxaca; ahora, Cuitláhuac García tiene esa posibilidad de abrir la puerta de la democracia interna cuando garantice un piso parejo a Marcelo Ebrard, Claudia Sheinbaum, Adán Augusto y Ricardo Monreal.

Eso es una cuestión que demandan y claman las bases del partido. Saben que, del todo, no hay piso parejo a estas alturas, especialmente con Ricardo Monreal que a lo largo de veinte meses ha luchado contra la adversidad de la exclusión. De igual manera, el coordinador de los senadores de Morena ha sido el único que ha vivido en carne propia la guerra sucia a la que se han sumado estrategas de redes sociales que promueven una coordinada estrategia para intentar desprestigiar. Aun así, el zacatecano ha salido ileso y ha esquivado la metralla mostrando firmeza.

Todo ello porque Monreal es el único que ha levantado con justa razón la voz ante la situación que se vive de inequidad. Tiene razón Ricardo: la contienda sigue viviendo claros signos de exclusión ya que no hay, hasta ahora, reglas de participación democráticas que frenen el uso excesivo de recursos para promoción como lo hacen algunas de las corcholatas por todo el país con espectaculares costosos. Algo que es preocupante a estas alturas; por ello es importante que la dirigencia nacional de Morena lance la convocatoria interna del partido con el fin de tener mayor certeza de que habrá democracia y transparencia para que todos los aspirantes respeten y hagan valer los mecanismos para tomar decisiones.

En Veracruz, Cuitláhuac García debe dar una muestra de pluralidad para todos por igual y sin ninguna excepción, comprometiéndose a garantizar piso parejo. Eso lo podremos notar y atestiguar en cada acto donde se presente Adán Augusto, Marcelo Ebrard, Claudia Sheinbaum y Ricardo Monreal que, por cierto, es un serio aspirante a suceder a López Obrador.

Si existe voluntad y democracia todos los aspirantes deben acaparar la misma atención, trato y respeto, sin que se llegue a dar una situación fuera de lo común. Es decir, tendrá mucho sentido el medio y el entorno que, en definitiva, tiene que ser equitativo.

Piso parejo.