Bienvenidos amantes de la gastronomía. Aprovecho que el 9 de febrero se celebra el “Día Mundial de la Pizza”, para comentarles que aunque en la actualidad creemos que la pizza viene de Italia, en realidad se remonta a tiempos más ancestrales y lejanos.
Estamos hablando que civilizaciones como la griega, la egipcia y por supuesto la romana, preparaban un tipo de pan “plano”, elaborado con granos de trigo. Además, hay registro de su existencia desde la época de “Darío I el Grande”, tercer rey de la dinastía persa “aqueménida” (entre los años 521 al 486, antes de Cristo). Cuenta la leyenda que les daba de comer a sus soldados un pan plano, al cual se le agregaba queso fundido, se le colocaban encima dátiles, y se espolvoreaba de hierbas secas de olor.
Sin duda alguna, lo que ha hecho grandiosa a la pizza, es un ingrediente que no proviene de dichas tierras, sino del continente americano. Gracias al xitomatl, jitomate o tomate rojo en español, este platillo da totalmente un vuelco.
Y es que a pesar de haber sido introducida a Europa desde el siglo XVI, no fue sino hasta el siglo XVII que dejó de considerarse una planta “de ornato”, para convertirse en una revolución gastronómica.
Un dato curioso: el botánico italiano Piero Andrea Mattioli le llamó “pomo d´oro”, esto es: manzana dorada; de igual forma en el siglo XVIII en Francia le llamaban “pomme d´amour”, la manzana del amor, por el color rojo.
Y es que precisamente la salsa que se elabora a base de jitomates es lo que vuelve a la pizza en una delicia. En Italia la “Associazione Verace Pizza Napoletana” (en Nápoles) sólo reconoce dos tipos de pizzas: la margarita y la marinara.
Pero en otras regiones del país podemos encontrar otras variedades de pizza, como la de Palermo, que tiene anchoas, entre otras cosas; la “quattro formaggi” o sea de 4 quesos o la “quattro stagioni” cuatro estaciones, hecha con una base de salsa de tomate, queso mozzarella, aceitunas negras, champiñones, jamón y corazones de alcachofa, todo dispuesto de manera que los ingredientes se vean por separado, no mezclados.
Gracias a la migración que hubo en los siglos XVIII y sobre todo el XIX, miles de migrantes italianos acabaron en tierras norteamericanas, y la pizza tuvo otra vez una gran transformación.
Mientras que en Italia podemos calificar a las pizzas de “minimalistas”, en Estados Unidos es todo lo contrario; la abundancia de ingredientes es lo que sobresale, así como los variados estilos. Desde la “New York Pizza” que se caracteriza por su gran tamaño, y con una sola rebanada basta y sobra, hasta versiones como la “Deep dish Chicago”, que más que pizza, me atrevo a decir que es un pastel lleno de salsa de jitomate, carne y queso.
Muchos creen que es originaria de Hawái, y voy a tener que desilusionarlos. La pizza más controvertida para los italianos, es sin duda la famosísima pizza “hawaiana”, que lleva además de la salsa base de jitomate, jamón de york y piña en trocitos acompañados de queso mozzarella por encima. Se dice que quien la inventó fue un chef procedente de Grecia, afincado en Canadá, aunque por ahí también anda un alemán alegando que fue su idea.
Para pizzas estrambóticas, México se lleva las palmas, y es que les pregunto, ¿han probado la pizza de carne al pastor? Una variante de la hawaiana pero más local. Y ya encarrerados les pregunto: ¿han probado la de arrachera y frijoles?, sí así como lo leen, en lugar de la consabida salsa de jitomate, se le pone a la masa una cama de frijoles en crema sobre los cuales descansarán deliciosos trozos de arrachera, en lugar de aceitunas, unas rebanadas de chiles serranos y queso… Mucho queso.
La maravilla de la pizza es que puede ser muy sencilla como la de queso, albaca, bañada ligeramente con aceite de oliva, o muy gourmet, como una de peras con queso gorgonzola, jamón serrano, miel de abeja y nueces de la India.
Sin duda alguna es un excelente platillo para disfrutar este domingo, mientras vemos el Super Bowl LVIII; ya sea artesanal, gourmet, clásica, o de algún estilo como la “New York” o “Chicago”, o de plano de cadena, ustedes eligen cuál prefieren.
Por supuesto, para cualquiera de sus versiones deben saber que marida a la perfección con un buen vino tinto si es de carnes rojas o sabores más fuertes; si es de mariscos un vinito blanco o incluso uno rosé. Y la cerveza, sea clara, oscura, artesanal o no, hace un match increíble con la pizza. Bon appétit!
Cat Soumeillera en X: @CSoumeillera