IRREVERENTE
Les platico:
No solo se van a tener que tragar sus palabras; se van a atragantar de sus análisis fallidos, escondidos tras sus “doctas” apariciones por ellos mismos promovidas y con honorarios de “cooperaciones voluntarias” que les ayuden a pagar las rentas y a los otros acreedores.
Otros, tendrán que comerse sus supuestas encuestas y falsas experiencias que los llevaron a la osadía de pedirle al ganador que “por favor, no ande usando usted el nombre de mi encuestadora para promoverse”, siendo que esa misma noche que soltaron su alardeaba, el candidato por ellos señalado ya había ganado y ni cuenta se habían dado.
En esta última campaña hubo no solo harta y saturante exposición de panorámicos por los candidatos; también la hubo de parte de los “analistas” que querían llenar el hueco que según ellos está dejando su “Alma Máter”.
Sí, esa de cuya mano comieron hasta hartarse y que luego -mal agradecidos- mordieron queriendo ocupar y quedarse con su lugar. Los análisis se vuelven estorbosos cuando pretenden ocupar los lugares reservados para la única realidad que existe en nuestros pandémicos dias: la mercadotecnia política, que hoy como nunca reclama su lugar -y se afianza- por encima de las “logísticas” de los que, aún después de llevar a su cliente del primero al cuarto lugar, siguen auto nombrándose los “reyes del internet” o “los mejores estrategas digitales en México”. Mamones.
Ahora queda no solo que los que ganaron cumplan lo que tanto prometieron.
Ahora queda también que los que convirtieron un “war room” en “water room” -vulgo letrinas políticas- les expliquen a sus clientes qué pasó.Y que no vayan a salir éstos con que el candidato no les hizo caso o que no vayan querer que nos chupemos la paleta de que “lo que dijo no fue consultado y nadie lo sabía”.Que se la chupen ellos y por ende,que dejen de hacer lo que los recién nacidos hacen día y noche.En todo México no solo hay hoy perdedores entre los candidatos.También los hay entre quienes los asesoraron y entre los que supuestamente “analizaron”.Unos cobraron y otros con las ganas se quedaron.
CAJÓN DE SASTRE
”Bolas, don Cuco”, exclama la irreverente de mi Gaby.