Hay una frase bellísima y absolutamente sabia atribuida tanto a Plinio el Viejo como a don Quijote. Hombre culto, el ministro Luis María Aguilar Morales debe haber leído muchas veces: “No hay libro tan malo que no tenga algo bueno”.

Pienso que un jurista tan erudito olvidó tal expresión cuando decidió suspender la distribución de los libros de texto gratuitos en el estado de Chihuahua.

Hace meses vez tuve el privilegio de platicar durante un par de horas con el mencionado integrante de la Suprema Corte de Justicia de la Nación; quedé convencido de la erudición jurídica de don Luis María, de la solidez de sus principios y de la rectitud con la que actúa.

Apelo a tales valores para rogarle que se desista de la referida suspensión, ya que considero terrible que se niegue a muchos niños y a muchas niñas chihuahuenses el acceso a los únicos libros que podrían conocer durante su educación básica.

El sueño de José Vasconcelos que hicieron una realidad Jaime Torres Bodet y Martín Luis Guzman tiene que inspirar al ministro Aguilar Morales para admitir un error y corregirlo.

Es de sabios cambiar de opinión.