Hoy en día, los jóvenes que llaman millennial (una generación que nace 1982 y 2002 y que crecen con la tecnología) no conocieron a fondo lo que algún día fueron los Ferrocarriles Mexicanos. Este estereotipo de vagones de pasajeros, era importante para muchas personas de un sector vulnerable hasta zonas de 1 clase y camarotes.

Claro, habló más o menos 1977 a 1988. En ese tiempo estos trenes no tenían la tecnología avanzada que hoy nacerá con el Tren Maya que realiza el presidente Andrés Manuel López Obrador.

Eran vagones simples. Algunos hasta grotescos y sucios por el movimiento de personas que transportaban desde gallinas hasta cabras y cochinitos. Tal vez no me crean, les aseguro que lo vi con mis ojos, obviamente era en tercera clase y hablo de animalitos nacientes hasta un mes de edad. Esa era una forma de transporte, que mucha gente puede decir o reír. (¡¿Cómo puede ser?!... ¿Y la policía?... ¿Los vigilantes?) Aclaro eran otros tiempos y no existían las redes sociales, celulares, equipos de cómputo... Raramente había conflictos en estos vagones; lo natural: “¡Quítate de mi asiento!... ¡Mueve a tu perro o gallina!..” etc.

Me tocó viajar en ellos a muchos lugares. Mi familia era asidua a subirse al tren. No teníamos muchos recursos. Mi padre y mi madre trabajaban. Nos tocaba viajar al pueblo de la familia en Oaxaca... Teníamos que salir de la ciudad de Orizaba o Córdoba, Veracruz, a medias aguas... Así era en esos tiempos.

¿Por qué comento lo anterior? Por mi vivencia. Muchos piensan que hoy en día los trenes son iguales a los 80. ¡Claro que no! Hay algunos países que por la cantidad de movilidad no pueden actualizar, como en India que son más de mil millones de habitantes. Existen trenes que viajan de una ciudad a otra, es importante aclarar que solo algunos.

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En el metro es diferente: Tienen una tecnología muy avanzada; eso pasa con algunos vagones que empiezan a cambiarlos por otros con tecnología moderna.

Pienso que de no vender Ferrocarriles Mexicanos, seguramente tendríamos algunos más actualizados. Aunque con la corrupción que existía dudo que lo hicieran estilo europeo. México de regresarlos seguramente tendremos vagones vanguardistas, rápidos, con wifi, señal de celular y con clases de primera y segunda muy diferentes. Ahora, sí dudaría que puedan aceptar cochinitos o cabras.

Los tiempos cambian y el tren es muy seguro, si en tiempos pasados no eran inseguros, imaginemos con tanta tecnología serán diferentes y cómodos.

¿Por qué vender los trenes este exmandatario nacional Ernesto Zedillo? Por complicidades, seguramente. Sin preocuparle cuánta gente quedó sin trabajo. Lo mismo con Felipe Calderón, que cerro Luz y Fuerza, y al traer Iberdrola pensó en su interés futuro para irse a trabajar con ellos. Igual que Ponce De León, que vende Ferrocarriles Mexicanos y se va con la empresa que cedió las vías de México.

Esta es la historia de esta nación en tiempos memorables, que mucha gente que ya no está recordaba con gran amor este tipo de movilidad. Tal vez si eres joven pregunta a tus abuelos o padres si conocieron este tipo de vagones de pasajeros. Seguramente algunos recordarán con nostalgia estas anécdotas que dejan huella en este país y la época dorada que toda película del cine de oro salían en su mayoría las paradas o viajes entre camiones o vagones de tren.

Tal vez algunos se mofen de esto y a otros les camine una lágrima. Al final, los políticos deciden quitarnos algo que para mucha gente era necesario, pero tal vez para ellos no. Viajaban en aviones privados o vehículos de creciente tecnología. No todos tenían la oportunidad, a pesar de que el dinero que lograron era de los mexicanos, se lo llevaron y hasta el día de hoy raramente siguen viajando con sus familiares; tienen propiedades, ranchos y casas en muchas partes del mundo.

Seis años les bastaron para vivir una vida desahogada y dejar herencias que seguramente sus hijos se acabarán solo en caso de no ser políticos. Si aceptan qué hijos de quienes lastimaron este país llegan a gobernar, lo harán para hacer lo mismo que sus padres, no saben hacer otra cosa que robar y vivir del erario, de tus impuestos y de México... fue lo único que conocieron en toda su vida.