En mi entrega de ayer no mencioné como fuegos amigos o enemigos a León Krauze ni a la ex embajadora de México en Washington, Martha Bárcena, esperando la reacción del presidente López Obrador sobre la entrevista que el periodista le hizo a la diplomática.
Y la verdad no me falló el cálculo acerca de la reacción presidencial sobre la antimexicana entrevista de Krauze a Bárcena.
Ayer en la mañanera, AMLO descalificó la entrevista de una manera por demás categórica. Dijo:
“No tiene ningún fundamento, (lo dicho por Bárcena a León Krauze) es el derecho a manifestarse, la libertad de expresarse, pero no es más que una conjetura y quien la entrevista, como tú mismo lo están señalando, Leon Krauze, es enemigo de nosotros, es adversario, para no exagerar, son de los que están molestos porque eran los predilectos del régimen anterior, del antiguo régimen.
Entonces todo lo que reportan, todas sus entrevistas, como sucede en México en la mayoría de los medios es en contra de nosotros”
Varios diarios, como El Sol de Morelia, publicaron las siguientes respuestas de Ebrard a Bárcena:
“Este martes, durante la conferencia matutina del presidente Andrés Manuel López Obrador, el canciller Marcelo Ebrard explotó en contra de la exembajadora de México en Estados Unidos, Martha Bárcena, quien afirmó que el titular de la SRE aceptó en secreto el programa migratorio ‘Quédate en México’, como aseguró el exsecretario estadounidense, Mike Pompeo, en su nuevo libro.
“La ex embajadora (Bárcena) se ha dedicado, desde que dejó su cargo, a calumniarme en todos lados donde ha podido, es un rencor obsesivo diría yo, pero su gran objetivo es ver cómo me hace daño, todos los días”, declaró.
“En un programa con el periodista León Krauze, Martha Bárcena acusó a Ebrard y al Gobierno de México de aceptar las condiciones de la Casa Blanca en materia de política migratoria, a lo que el canciller respondió este martes:
“Lo que sostiene en la entrevista con León Krauze es falso, el objetivo estratégico lo fue durante el periodo cuando ella fue embajadora, fue imponernos el tercer país seguro, es un tratado. Imponérnoslo, ese era propósito fundamental. Para lograr ese objetivo pues nos querían poner aranceles, no sé si lo recuerdan”.
Sin embargo, aseguró Ebrard que Bárcena “ya les había dicho —y nunca le tuve confianza ella por eso— y qué bueno que no se la tuve, porque todo lo que está diciendo ahorita y la ingratitud con el gobierno que la nombró embajadora en Washington, que es la embajada más importante de México: ya les había dicho ella que si ha tratado de tercer país seguro, siempre y cuando fuera como en Turquía. Turquía es un acuerdo con la Unión Europea y que pagan a cambio de ello. Cuando la instrucción estratégica de su servidor era jamás aceptarlo”, subrayó el canciller.
Más claro ni el agua.
Tanto Pompeo, como Krauze y Bárcenas tienen una inocultable sangre antimexicana.
Así lo calificaron implícitamente tanto el presidente López Obrador como el canciller Marcelo Ebrard.