Eso sí, hay que reconocer la honestidad y franqueza del dirigente Nacional del PAN, Marko Cortés, cuando acepta lo inevitable. Asimismo, debemos igualmente identificar la pobreza y lo incongruente de aquellos que decidieron una vez más su reelección tomando en cuenta que, en el fondo, hubo un desaseo interno en las reglas de operación donde el michoacano aprovechó su posición y con un partido resquebrajado, funge nuevamente como presidente de Acción Nacional.
A pesar de que no ha producido efectos positivos en su paso en el primer periodo, sigue insistiendo en su “capacidad” y nuevamente ha tropezado.
De escándalo lo que pasó con un audio que se filtró en los medios de comunicación donde reconoce, con sus “colaboradores y líderes del PAN”, que no hay posibilidad de triunfo más que en Aguascalientes. Imaginen usted la dimensión de esa postura; no solo le han perdido el respeto como referente del partido, sino que no hay ni siquiera confianza o, más bien, eso habla de la nula eficiencia para abordar temas sensibles dentro del seno blanquiazul.
O una de dos: Marko Cortés en muy ingenuo y desnudó su nula eficiencia para llevar al frente las riendas de su partido o, hay una conspiración para, en lo inmediato, pedir su renuncia ante la ignominia que sufrió su estructura y su militancia.
El audio filtrado no es cualquier cosa. A la brevedad, el Consejo Nacional del PAN debe llamar a rendir cuentas de este hecho; asimismo, esto preocupa y prende las alarmas en la alianza opositora porque, involuntariamente, demuestra que políticamente son incapaces de vencer a Morena, incluso hasta juntos.
Los dirigentes podrán decir lo que quieran o, tal vez, maquillar o recomponer el asunto, sin embargo, es obvio que ellos mismos están conscientes del tema. No solo han perdido la brújula, sino la motivación; están desinflados y flanqueados por la sacudida que, en los últimos años, han recibido de manos de López Obrador y de la inmensa mayoría de la población que siente animadversión por la derecha.
Por ello, las declaraciones de Marko, deben tener en lo inmediato un costo político. Lo menos que pueden pedir con el saldo de esa afrenta es, por supuesto, su renuncia. Es lamentable que un líder Nacional de un partido se rinda a mitad del camino; eso muestra la incapacidad y las decisiones precipitadas del Consejo Nacional del PAN que avaló su reelección con una lista de elementos contaminados que, en gran medida, fueron denunciados.
Es una pena que un líder Nacional hable a futuro así. Además de minimizar a sus posibles candidatos, les adelantó que será imposible una contienda en aras de su participación. Imaginen con qué motivación se inscribirán en el proceso interno si su máximo líder ya los dio por derrotados.
Era un hecho que perderán, pero, de algún modo, eso no se habla, al menos que sea con gente de mucha confianza que no cuestione esos hechos o, en su defecto, que exista una fe ciega en las propias filas del seno blanquiazul.
Pero eso es lo que merece el PAN. La pobreza política que manifiestan es la misma que lidera sus estructuras a nivel nacional. Si Marko Cortés tiene un poco de dignidad, tiene que presentar su renuncia inmediatamente no solo porque no ha conseguido nada, sino que a futuro menos lo logrará.
Javier Lozano en Twitter: @JavierLozanoMor