Para diseñar su programa de gobierno Claudia Sheinbaum invitó a un grupo de personas especialistas en distintos temas. Destaco dos nombres: Arturo Zaldívar Lelo de Larrea y David Kershenobich Stalnikowitz. El primero es abogado y coordina la mesa de seguridad y justicia de la campaña de Morena; el segundo, médico, ha elaborado el programa de salud de la candidata presidencial de izquierda.
Kershenobich ha presentado un muy convincente proyecto de 10 puntos. Es tan serio el trabajo coordinado por el exdirector del Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán que ha generado esperanza. No es poca cosa en el sector, el de la salud, que más se utilizó desde el arranque del sexenio de AMLO para golpear al gobierno de izquierda.
Todos hemos escuchado historias terribles acerca de los niños con cáncer, el desabasto de medicamentos, el desastre de la vacunación, etcétera. Problemas ha habido, sin duda, pero en mi opinión se han exagerado bastante porque la 4T tocó intereses de gente que se había enriquecido con el comercio de medicinas o equipos médicos, como la familia propietaria del sitio de internet desde el que Carlos Loret de Mola ha lanzado toda clase de ataques contra el presidente y su familia, normalmente con grabaciones o videos que no son trabajos de investigación periodística, sino producto del espionaje.
El plan de salud de David Kershenobich ha hecho el milagro de generar esperanza. Este médico eminente solo ha aparecido en público cuando Sheinbaum lo nombró para participar en su equipo y, recientemente, cuando presentó el realmente muy bien hecho documento República sana. Sintetizo lo más relevante del mismo.
- La Secretaría de Salud será responsable de las actividades normativas y regulatorias, en concordancia con el Consejo de Salubridad General.
- La vacunación será una prioridad.
- Se promoverá la producción nacional de vacunas y el uso de la cartilla digital de vacunación. Habrá una extensa campaña nacional para promover la aplicación de vacunas.
- Se apoyará a los excelentes institutos nacionales de salud para que no cesen, sino se incrementen sus trabajos de investigación y la atención de alta especialidad que ofrecen.
- El IMSS continuará con la atención de la población con seguridad social.
- El IMSS Bienestar se encargará de la atención médica de quienes no cuentan con seguridad social.
- La receta electrónica migrará a la plataforma SIMF (Sistema de Información de Medicina Familiar) del IMSS.
- Se implementará un sistema de información nacional de medicamentos.
- Se la dará énfasis al concepto de salud digital.
- A través de la tecnología “se evitará el viacrucis de la tramitología”.
- Los consultorios familiares tendrán un equipo médico básico: (i) Esfingomanómetro. (ii) Estetoscopio biauricular. (iii) Estuche de diagnóstico. (iv) Lámpara de haz direccionable. (v) Megatoscopio. (vi) Botiquín de urgencias. (vii) Fonodetector de latidos fetales. (viii) Electrocardiografo digital portátil. (ix) Esterilizador. (x) Glucómetro. (xi) Oxímetro de pulso. (xii) Termómetro digital.
- Mobiliario de los consultorios familiares: (i) Sillas para consultorio. (ii) Escritorio. (iii) Mesa de exploración. (iv) Báscula con estadímetro. (v) Báscula neonatal. (vi) Guarda de medicamentos. (vii) Mesa pasteur. (viii) Lavabo.
- Habrá farmacias del bienestar. La Secretaría de Salud establecerá convenios con farmacias que se adhieran al programa para dispensar gratuitamente medicamentos genéricos a pacientes del IMSS Bienestar con hipertensión arterial, diabetes, así como medicamentos antidiarreicos, antieméticos, ácido fólico y hierro y anticonceptivos.
- Se fomentará una cultura de la prevención y la salud, lo que implica promover cambios en el estilo de vida (dieta, ejercicio, sueño reparador, abordaje efectivo de adicciones, salud mental, etc).
- Se fortalecerá la red de frío de las unidades médicas.
- Todo el programa descansa en la gratuidad de los servicios médicos y de los medicamentos.
- Se complementará la atención en el sistema hospitalario con la atención médica en casa (“Salud Casa por Casa”).
- Habrá incentivos para integrantes de la familia en el cuidado de enfermos crónicos, terminales, o con problemas de salud mental.
- Se mejorarán los sueldos de médicos y médicas.
- La política industrial del sector salud aprovechará la relocalización comercial en el mundo para que México potencie sus recursos académicos, científicos y productivos aplicados a las industrias farmacéutica y de dispositivos médicos.
- Se alentará un plan de estudios médicos alternativos enfocado en la medicina preventiva y en la atención comunitaria.
- Se incentivará la formación de enfermeras y enfermeros.
- Se procurará la seguridad alimentaria y adecuada nutrición de niños, adolescentes, adultos y adultos mayores.
Si en el debate presidencial la candidata de la alianza PRI, PAN, PRD atacara a Claudia Sheinbaum con las historias tan contadas de los niños con cáncer, el desabasto de medicamentos, la crisis de las vacunas, etcétera, la aspirante de izquierda apabullaría fácilmente a Xóchitl Gálvez con el proyecto realizado por David Kershenobich Stalnikowitz, ya que se trata de un plan sensato, creíble, aterrizado, viable, realista y, por lo mismo, esperanzador.
El doctor Kershenobich con una sola aparición en público —además, discreta— está demostrando que la eficacia de quienes se dedican al servicio tanto en el gobierno como el sector privado casi siempre está reñida con la estridencia. El exdirector de Nutrición seguramente convocó a gente con conocimiento de la situación médica en México, trabajaron lejos de los reflectores y elaboraron el antídoto contra el veneno que más ha perjudicado a la 4T: un plan para que todo lo que se ha hecho en el sector salud, tan complicado por la existencia de mafias poderosas, alcance al fin el nivel de calidad mínimo que exige una sociedad que nunca —nunca, menos todavía en los numerosos sexenios del PRI y del PAN— ha estado bien atendida.
Quizá el jurista Arturo Zaldívar debería seguir el ejemplo del médico David Kershenobich
El ministro en retiro debe mostrar mucho más prudencia en sus apariciones públicas y presentar ya una propuesta de reforma al sistema de justicia que al menos sea aceptada por la comunidad dedicada a la práctica o al estudio del derecho. Porque lo único que hay, el proyecto de elegir mediante voto directo a las personas juzgadoras, no convence a nadie, lo que se agrava porque el coordinador del proyecto de reforma judicial en la campaña de izquierda, cada semana va a la radio no a analizar lo que sí conoce, las leyes, sino a pelear con quien se le ponga enfrente.
Por ejemplo, hace unos días en el programa de radio de Ciro Gómez Leyva, Arturo Zaldívar le dio duro al moderador del debate del próximo domingo 7 de abril y también, lo que ya fue el colmo, agredió a Ana Paula Ordorica, la moderadora del ¡¡¡debate del año pasado!!! en las elecciones de gobernadora del Estado de México. Para esos pleitos Morena tiene voceros más efectivos, muchísimo más ruidosos y con la piel más gruesa para resistir los golpes en contra, que invariablemente llegan.
De un jurista que presidió la SCJN se esperaría más ecuanimidad y más ideas, y desde luego ningún ataque a nadie, menos aún si no viene al caso. Como no venía al caso la crítica que Zaldivar hizo a Ana Paula Ordorica, esta mujer aprovechó el regalo para darle una lección de derecho al experto. Lo hizo en El Universal en el artículo “Zaldívar no deja de sorprender”. Pero qué necesidad, diría el filosofo.
Ojalá el ministro en retiro deje la estridencia mediática y se concentre en buscar hacer creíble el proyecto de reforma judicial de la 4T en el que nadie cree, y que todavía menos creíble será con el responsable de diseñar tal reforma permanentemente lanzando golpes arriba del cuadrilátero.