“Deja de quejarte sin descanso
Es aburrido
Y, ¿de qué sirve?
Piensa que el futuro sigue en blanco
Que nada está escrito
Que todo es posible
He conseguido borrar de un plumazo las fobias y manías
Ha sido fácil
Son tonterías
No quiero más dramas en mi vida
Sólo comedias entretenidas
Así que no me vengas con historias de celos
Llantos y tragedias, no.”
Fangoria, ‘Dramas y comedias’
¿Cuántos más? ¿Cuántos “incidentes” se necesitan para que se le dé un adecuado —vasto, necesario, atinado, suficiente— mantenimiento al Metro en la Ciudad de México? ¿Para que se transparenten dichos gastos y acciones ante la opinión pública?
Percances grandes y pequeños han plagado la actual administración. Mientras esta presume se ha incrementado el presupuesto para el Sistema de Transporte Colectivo, fallas y víctimas muestran lo contrario.
Dado que la memoria es corta y muy largo el olvido, hagamos un breve recuento de una pequeña parte de lo reportado en los últimos dos años:
11 de marzo de 2020, 23:30 horas, dos trenes chocaron en la estación de Tacubaya de la Línea 1. Saldo: un muerto, 41 lesionados, dos detenidos (el conductor y la reguladora del STC).
9 de enero de 2021, 5:40 horas, incendio en el Puesto Central de Control del Metro (calle Delicias, alcaldía Cuauhtémoc). Saldo: un muerto, 29 intoxicados por humo, 60 personas atrapadas que se refugiaban en el 5º piso. Millón y medio de pasajeros que padecieron la suspensión del servicio en seis líneas. La Fiscalía capitalina señaló que el incendió se debió a un corto circuito.
3 de mayo de 2021, 19:45 horas, estructura de la parte elevada de la L12 colapsó, dos vagones cayeron entre Olivos y Tezonco. Saldo: 26 muertos, más de 100 heridos. La Fiscalía indicó la falta de un perno. No se señalaron posibles responsables.
4 de julio de 2022, 6:40-7:50 horas, explosión en la Línea 2 (azul). Saldo: 1,300 evacuados y más de 200,000 pasajeros afectados. La Fiscalía de la CDMX indagará los hechos…
Luego de los dos primeros percances, Claudia Sheinbaum dijo que no se había reducido el presupuesto para mantenimiento del Metro de la capital. Pero con el desplome de la L12, se vio que el presupuesto era de hecho igual al que había en 2015 y, además, existía subejercicio en los rubros relacionados con el mantenimiento.
La responsable directa, la directora del Metro en ese momento, Florencia Serranía, hizo mutis; meses después renunció sin que mediata averiguación alguna y ahora ostenta un puesto honorífico en el CONACYT.
A un año y meses de la tragedia, un juez de control ordenó que la ex funcionaria comparezca ante las autoridades. Mas cabe aclarar que esto no es resultado de una auditoría interna o con un afán del gobierno de la CDMX de demostrar que son diferentes y no permiten la corrupción. No. Quienes abogaron por esto son algunas de las víctimas de aquella tragedia.
Ahora falta ver si gobierno y ex funcionaria atienden la orden judicial. Apuesto que no.
Evidencias hay de sobra de inundaciones, averías, demoras y una larga letanía conocida por todos los que requieren al Metro como medio de transporte. La del viernes pasado, por ejemplo, en la Línea 9 (café). Se habla de un corto circuito provocado por un paraguas, el cual nunca se encontró…
Los habitantes de la Ciudad de México y área conurbada sufren con cada una de las paradas, retrasos y diversas condiciones adversas que presenta el Metro. Es, después de todo, el segundo modo de transporte más utilizado en la zona metropolitana; el primero son microbuses y combis, transporte concesionado…
Siendo una ventaja que el Metro es menos contaminante y más rápido (cuando funciona), millones de personas son trasladadas diariamente a través de él. No sorprende, entonces, la magnitud del impacto cuando este no tiene el mantenimiento adecuado y suceden averías (o tragedias).
Sobre el “incidente” de ayer, Claudia Sheinbaum solicitó a la Fiscalía capitalina “haga una investigación a fondo” y declaró que no podía descartarse un “sabotaje”... Quizá lo que no debe descartarse es la ineptitud, la negligencia, el cinismo y el vale madrismo de las autoridades.
Escucharemos que todo está en los planes de remodelación, igual que como está por iniciar el mantenimiento de la Línea 1, la cual, después de 52 años, recibirá un servicio especial.
El gobierno de la Ciudad de México puede culpar a las administraciones pasadas de que tampoco dieron el suficiente mantenimiento. Sería correcto. Solo no se olvide que los últimos 25 años la capital del país ha sido gobernada —y abandonada— por las fuerzas que hoy conforman la 4T.
Para este año, el presupuesto para el Metro tuvo un incremento sobre el del 2021. Sin embargo, de los 19 mil millones de pesos otorgados, se desconoce lo que se ha invertido en mantenimiento. Aún suponiendo que esa cifra sea destinada en su totalidad a ello, esta es menor a los 20 mil millones de pesos que de acuerdo a estimaciones se requieren para mantener al Metro en perfecto estado.
Sabemos de la austeridad mal interpretada y peor distribuida del obradorismo. Ciertamente el Metro NO debe sufrir la misma.
Se requieren inversiones en mantenimiento, refacciones, salas de control y también en todo el personal que labora en el Sistema. El Metro necesita un proyecto de mantenimiento general, global y de presupuesto para todas las líneas. La ciudadanía tiene derecho a una comisión investigadora de la Línea 12, la cual Morena se ha negado a conformar. Que la impunidad de estos hechos desaparezca y los culpables sean llevados ante la justicia.
Urge que la negligencia e ineptitud de la administración local paren, pues ponen en riesgo la seguridad de millones de usuarios. De otra forma sucederá como con la promesa de López Obrador de hace un año de que la línea 12 ya estaría funcionando a estas alturas: nada; esta sigue colapsada.
Mientras Claudia Sheinbaum se niegue a llamar a rendir cuentas a los responsables, a dar el mantenimiento adecuado y urgente a las líneas y prefiera figurarse un sabotaje, la seguridad de los usuarios del Metro no existirá. Lo de menos debiera ser el costo político que le signifique a ella.