En alguna entrega anterior afirmé que lo que le convenía a Alejandro Moreno Cárdenas era un PRI debilitado, pequeño y reducido; porque así era más fácil adueñarse de él. Las estrepitosas derrotas electorales que ha tenido el tricolor con él de dirigente, nos han dado la razón también en que definitivamente Alito es el peor presidente en la historia del PRI. Y será tristemente recordado como el sepulturero de su partido.
Un partido fuerte y vivo jamás le habría permitido la reelección por no sé cuántos años más (sí sé) a Moreno Cárdenas. Alito encarna la persona con todos los antivalores que en su discurso ataca. Es autoritario, antidemócrata, mentiroso, corrupto, demagogo. Tanto, que está haciendo ver a Manlio Fabio Beltrones como ‘el bueno’ de la novela.
Beltrones ha sido un individuo cuestionable, pero no un mal político, en mi opinión. Es de esos personajes que ha sabido sortear las aguas de la vida pública a pesar de escándalos y señalamientos. Al mismo tiempo, intenta siempre ante el ojo popular, tener un discurso congruente y con cierta lucidez.
Alito le teme a Beltrones porque sabe que el sonorense mantiene una figura de liderazgo. Mientras Manlio es alguien al que el priismo podría seguir en horas bajas, Alito es el dirigente en el que no se puede confiar. Los priistas saben que Moreno Cárdenas en cualquier momento “los vende” o simplemente, paga mal. Manlio renunció inmediatamente a la dirigencia del PRI en el 2016 luego de la estrepitosa derrota electoral. Alito se aferra al poder hundiendo cada vez más al tricolor.
Creo que después de que el senador sonorense dijera que no se va del PRI la ruta ha quedado definida. Beltrones será senador y continuará en el tricolor salvo que le expulsen, como lo han hecho con muchos otros cuadros que han sido un ‘estorbo’ para Moreno Cárdenas.
Beltrones reclutará en sigilo compañeros para su causa, y en el momento adecuado, darán la espalda a Alito. Porque Manlio es hábil y tiempista. En la causa oficialista necesitarán algún par de votos. En consecuencia, el sonorense conoce de sobra el valor que tendrá, y también el de cada compañero que le reste al dirigente del PRI. Como agente libre, pasará a no ‘deberle nada a nadie’. Eso lo hace un jugador aislado, pero al mismo tiempo interesante.
El PRI de Alito está destinado a perder el registro. El tricolor ha perdido a su base social y se han quedado únicamente con la clase política que actualmente ha sido beneficiada. El partido de las causas sociales, ha dejado de ofertar esperanza al pueblo y a una militancia que ha sido pisoteada una y otra vez en favor de los dirigentes comodinos.
Creo que la novela Alito-Beltrones dará de qué hablar en el futuro. Me parece que hablar del PRI actualmente es meramente el seguimiento del ocaso del otrora hegemónico partido. Ahí, ya no hay nada para nadie. Ni plataforma política, ni apoyo a causas sociales, tampoco espacios. Solo hay lugar para Alito y sus ‘cuates’.
X: @vanessafelixmx