Alejandro Gertz Manero se mantiene firme en la Fiscalía General de la República, pese a cargar con una serie de escándalos que ya hubieran tumbado al mejor equilibrista y ante la mirada atónita de propios y extraños.
Esta anomalía hace pensar a más de uno que la inmovilidad del fiscal obedece a un asunto de lealtades con la 4T, o bien a alguna especie de pacto con el presidente López Obrador.
Pero la realidad es que, si bien Gertz Manero y AMLO tienen décadas de relación estrecha, el fiscal conservará su puesto -al menos durante lo que queda del sexenio- por motivos meramente prácticos; esto es, para evitar una negociación innecesaria con el suspirante presidencial incómodo Ricardo Monreal.
Recordemos: si Gertz Manero es removido de su cargo o se le convence de renunciar, el presidente de la República se verá obligado a proponer un sustituto al Senado, instancia controlada nada más y nada menos que por el zacatecano.
AMLO lo sabe bien: junio de 2022, con la elección presidencial a sólo 24 meses de distancia, es el peor momento para negociar con Ricardo Monreal un nombramiento clave en la administración federal.
En este escenario, Monreal es capaz de cabildear en contra de lo que proponga el presidente y luego hacer como que da su brazo a torcer para que la votación luzca como un favor del senador al Ejecutivo.
Y eso es precisamente lo que López Obrador no quiere: deberle un favor al legislador, pues sabe que equivale a darle un cheque gordo canjeable en 2024. Si esto alcanzaría al zacatecano para amarrar una candidatura presidencial -todo indica que no-, eso ya es tema de para otro día, pero sepamos que se trata de un escenario que el tabasqueño busca evitar.
En resumidas cuentas, la permanencia de Gertz Manero como fiscal es una prueba de que el presidente no confía ni quiere tener tratos con Monreal, a quien percibe como alguien que sólo jala agua para su molino, un personaje que podría incluso llegar a la traición con tal de obtener lo que quiere.
Así las cosas, México seguirá teniendo un fiscal muy cuestionado y desprestigiado, gracias que un supuesto aliado de la cuarta transformación mantiene casi secuestrada a la cámara alta.