Esta mañana del viernes 10 de mayo —a las 6:30 AM—, en la soledad de mi vivienda estoy desarrollando tres actividades a la vez:
- 1. Lo menos importante que estoy haciendo: la lectura de columnas políticas de la prensa mexicana.
- 2. Lo más importante que estoy haciendo: estar atento en Claro Sports a la etapa contrarreloj del Giro de Italia.
- 3. Lo que siempre hago a estas horas: tomar apuntes acerca de lo que leo en diarios digitales, escucho en radio o TV o me llega por WhatsApp; me sirven para mis articulos.
Los comentaristas de Claro Sports respondieron a la pregunta, que no sé si alguien les hizo, de por qué en España le llaman culote al pantalón corto de los ciclistas: porque en francés se dice culotte.
Después de comentar lo anterior, uno de ellos explicó la razón de que a los aficionados del equipo de futbol Barcelona se les diga culés o culers: porque hace muchos años, cuando jugaban en un estadio muy pequeño, la gente lo llenaba y había quienes debían sentarse en el borde de la tribuna más alta, lo que determinaba que desde la calle se viera una larga fila de traseros o culos.
La combinación de los culotes, los culés, los trasesos de la tribuna del viejo estadio del Barcelona y las columnas políticas me llevó a recordar un curioso ensayo que había leído sobre un todavía más curioso poeta, Juan Manuel García Tejada, clérigo nacido en Colombia en 1774.
El ensayo que he leído y he consultado de nuevo lo elaboró Guillermo Molina Morales. Su título es sin duda interesante, “Todo culo caga Mierda pura. La reivindicación de los excrementos en la Canción cantable de Juan Manuel García Tejada”.
Al mencionado poeta se le ha cuestionado por ocuparse de algo tan sucio. Un historiador dijo: “Hubiera inmortalizado su nombre si hubiera escogido más limpio asunto. Diole pie para su pequeño y asqueroso poema… aquel artículo cuyo nombre se calla”. Ese artículo innombrable es, naturalmente, la mierda.
El inmundo poema del citado clérigo se titula Canción cantable, o jácara que si oliera, el diablo que la tuviera, “compuesta en España, por donde circulaba de forma manuscrita hasta su publicación en Perpiñán en 1836″.
Aunque “la crítica tradicional ha tendido a realizar comentarios superficiales y despectivos hacia esta obra”, hubo alguien, un tal Arango Ferrer, que la calificó como “un tratado de carcajadas filosóficas”.
Filosóficamente considerada, la defecación sirve para entender la enfermiza obsesión del columnismo mexicano actual: calumniar, insultar y hasta amenazar al presidente Andrés Manuel López Obrador, lo que ha llevado a nuestra comentocracia a apoyar fanáticamente a Xóchitl Gálvez en la contienda presidencial que lidera, con enormes ventajas en las encuestas, la candidata de izquierda Claudia Sheinbaum.
Lo que hacen la mayoría de quienes escriben en los periódicos cuando hablan de Andrés Manuel y Claudia no es análisis, sino incontenible evacuación del vientre.
Así las cosas, del largo poema sobre la mierda del clérigo García Tejada —más de 1 mil 600 versos—, tomo lo siguiente para comprender lo que hacen la mayoría de los y las columnistas de México que, sin éxito, han tratado de acabar con la reputación del presidente López Obrador y la futura presidenta Sheinbaum:
Canto el dulce cagar, canto la Mierda…
Habla el lenguaje sencillo
Que dicta naturaleza;
Al pan, pan i al vino, vino
I a lo que se caga, Mierda
CANCIÓN CANTABLE
Dicho y publicado en SDPNoticias lo anterior, me concentro ahora en el final de la contrarreloj del Giro de Italia que transmite Claro Sport. Va ganando el italiano Filippo Ganna, quien estuvo a punto de irse al suelo porque lo empujó una emocionada mujer. Hay posibilidades de que lo superen el esloveno Tadej Pogačar y el británico Geraint Thomas.