Ayer los economistas Daron Acemoglu, James A. Robinson y Simon Johnson fueron galardonados con el premio Nobel de Economía por sus trabajos académicos en materia de desarrollo y combate contra la desigualdad  y la pobreza en el mundo.

Me refiero con el encabezado de este texto a una de las más ilustrativas obras relacionadas con el porvenir de las naciones. “Why nations fail?” o ¿Por qué fracasan las naciones? de los autores Acemoglu y Robinson, narra espléndidamente la historia y desarrollo sobre como pueden los Estados ser conducidos a un democracia funcional o a sus antípodas, así como sus inevitables consecuencias en términos económicos.

Mediante la descripción de sociedades “extractivas” o “inclusivas”,  los autores exponen los mecanismos de incentivos existentes, y cómo la debilidad institucional conduce inexorablemente a la perpetuación de regímenes corruptos caracterizados por una ausencia de Estado de derecho y por una rapaz élite gobernante dedicada al saqueo de los recursos del país, en detrimento de la mayoría de la población.

Hoy en México el texto está más vigente que nunca. El régimen obradorista, ahora continuado bajo el gobierno de Claudia Sheinbaum y por una camarilla de legisladores, pretende desmantelar al poder Judicial y a los organismos autónomos, con el propósito de implantar un gobierno sin contrapesos que imponga una sola visión de Estado.

Apenas el fin de semana pasado los mexicanos presenciaron un bochornoso espectáculo en el Senado, en el momento en que, bajo la conducción de Gerardo Fernández Noroña, se sometieron a “insaculación” los cargos de jueces y magistrados que serán “electos” en 2025.

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Bajo una interpretación de “Why nations fail?” México, si bien ha sufrido en el pasado de “instituciones extractivas” (como bien señalan los autores en relación con el empoderamiento de Carlos Slim) transitaría ahora hacia un crudo período de mayor debilitamiento institucional, menor transparencia, menor rendición de cuentas y ante un renacimiento de partido hegemónico que difícilmente podría conllevar mayor democracia.

Recomiendo respetuosamente al lector la obra cuyos autores han sido premiados con un reconocimiento que, a pesar de las vicisitudes de los nuevos tiempos, continúa gozando de un inobjetable prestigio internacional.