Honestamente me gustaría muchísimo ver una oposición articulada, fuerte, que pudiera competirle a la 4T. Eso abonaría a un México de equilibrios y contrapesos. Permitiría construir una democracia más sólida para nuestro país, sobre todo en tiempos donde las democracias están en recesión a nivel internacional.
La realidad es que no. En la oposición todo el sexenio han ido al remolque de López Obrador y su narrativa. No han sabido capitalizar el desgaste natural de gobernar.
Incluso al día de hoy, su método para elegir “candidato” es estrictamente paralelo al de la 4T, y con un modelo muy similar.
En mi opinión, la oposición navega a la deriva por diversas razones:
Primero, como comentaba jamás lograron posicionar en la agenda pública los temas de interés para su movimiento. A la gente realmente no le interesa lo que tengan que decir desde la alianza y eso es preocupante.
Segundo, su movimiento parece ser un movimiento de las élites creado para ellos mismos. Se asumen de la sociedad civil pero no hay una representación clara del grueso de la población en estado de vulnerabilidad. Nombres como el de Claudio X. González dañan más de lo que abonan.
Tercero, la oferta es difusa, porque van de Santiago Creel a Xóchitl Gálvez, por ejemplo. Ambos perfiles panistas pero con visiones diferentes. El conservadurismo y el lado más progresivo pretenden converger y no ofrecen una plataforma clara. Envían, eso sí, un mensaje de confusión. En ese mismo sentido, vemos personajes como Enrique de la Madrid, el neoliberal por excelencia y a Beatriz Paredes heredera de los ideales de la justicia y la lucha social del priismo más sólido, pero ambos con Alito Moreno de lastre en la dirigencia tricolor.
Cuarto, no logran amalgamar, porque no hay factores que puedan unir. Su lucha es dispersa, como tienen ideologías y visiones diferentes, el discurso no impacta y en consecuencia parecieran que son voces débiles en el desierto cuando el mensaje debería ser contundente, poderoso, y unidireccional para cada segmento de votantes.
Quinto, verdaderamente “son los mismos”. La gente que votó por la 4T tiene algo claro, saben que votaron por el cambio porque no querían más del PRI y del PAN -tampoco del PRD-, no volverán atrás porque en la psique individual no está la admisión de culpa de un eventual error a la hora de votar, todo lo contrario, el electorado “se muere con la suya”, las encuestas indican que la 4T va.
La oposición lo tiene demasiado cuesta arriba. No tienen el tiempo que quisieran para articular un proyecto triunfador. Ya iremos viendo.
. - ÁNGEL de Marcelo
Le dedicaré a esto un párrafo, y me parece que la propuesta de seguridad de Marcelo Ebrard es incompleta, es una ocurrencia y es un engaña bobos. Su principal estrategia de seguridad es literalmente comprar tecnología al extranjero. No hay estrategia verdadera, es solamente el anuncio de una inversión y nada más.
La seguridad en México requiere un análisis profundo, tropicalizado y de trabajo con proyección de resultados a corto, mediano y largo plazo. Invertir en inteligencia está bien, pero la capacitación, los salarios, el combate a la corrupción, el capital humano y la operatividad eficaz son los que terminan dando resultados.
Claudia Sheinbaum lo demostró en la CDMX, Omar García Harfuch ha dado grandes resultados y en este rubro le llevan 3 días de ventaja a un ex canciller que intenta vender “espejitos”.
Vanessa Félix | Twitter: @vanessafelixmx