“Encuesta EF: ¿Quién es la o el gobernador de Morena con mejor aprobación? (Spoiler, no es Sheinbaum)”. Vaya título de una nota de ayer en El Financiero. Sus editores no destacan a quien tiene el mayor porcentaje, sino a quien, precisamente, no lo tiene.
No voy a discutir si la encuesta de El Financiero está bien hecha o no porque de ninguna manera caeré en el juego de descalificar a los gobernadores líderes entre los de Morena, Rubén Rocha y Miguel Ángel Navarro, de Sinaloa y Nayarit respectivamente, quienes han trabajado muy bien en las administraciones públicas que encabezan.
Sin intentar refutar los números del encuestador Alejandro Moreno —él sabrá cómo y por qué llegó a los mismos—, solo diré que no coinciden con los de MetricsMx publicados en SDPNoticias: en estos últimos la aprobación de Sheinbaum es bastante más elevada.
Antes de continuar presentaré a los gobernadores y gobernadoras de Morena mejor aprobados en la encuesta de El Financiero:
1º Con aprobación de 61%, Rubén Rocha, de Sinaloa.
2º Con aprobación de 55%, Miguel Ángel Navarro, de Nayarit
2º Con aprobación de 55%, Evelyn Salgado, de Guerrero.
3º Con aprobación de 54%, Lorena Cuéllar, de Tlaxcala.
4º Con aprobación de 50%, Claudia Sheinbaum, de Ciudad de México.
4º Con aprobación de 50%, Alfonso Durazo, de Sonora
4º Con aprobación de 50%, Marina del Pilar Ávila, de Baja California.
5º Con aprobación de 49%, Víctor El Profe Castro, de Baja California Sur.
Primer comentario
Hay 8 personas en la anterior lista, cuatro hombres y cuatro mujeres. Una demostración más de que las señoras gobiernan tan bien como los hombres. Esto contradice la tesis, tan difundida por la comentocracia, de que México no está preparado para tener una presidenta.
Segundo comentario
Siete de los gobernadores y gobernadoras con mayor aprobación en la encuesta de Alejandro Moreno, de El Financiero, siguen en su luna de miel: no han llegado al primer año de gobierno.
√ Lorena Cuéllar tomó protesta como gobernadora en agosto de 2021.
√ El Profe Castro empezó a gobernar en septiembre de 2021.
√ Miguel Ángel Navarro también en septiembre de 2021.
√ Alfonso Durazo igualmente en septiembre de 2021.
√ Marina del Pilar Ávila en octubre del año pasado.
√ Evelyn Salgado también en octubre del año pasado.
√ Rubén Rocha asimismo en octubre de 2021.
Entonces, ellas y ellos no han sufrido mayor desgaste. Será en 2024 cuando empiecen a vivir la pesadilla de gobernar; ocurrirá inclusive después de las elecciones presidenciales.
El ejercicio del poder deteriora a los políticos y a las políticas. Ya lo experimentarán Cuéllar, Castro, Navarro, Durazo, Ávila, Salgado y Rocha.
Tercer comentario
La otra en la lista de ocho anteriormente mencionada, Claudia Sheinbaum, inició su tarea al frente del gobierno de la Ciudad de México en diciembre de 2018.
Es decir, hace ya bastante tiempo ella llegó al momento de mayor desgaste de cualquier persona que gobierne a una población determinada.
Tiene mérito rebasar el tercer año de gobierno con una aprobación positiva, y sin duda la que le da El Financiero a Sheinbaum lo es, aunque se quede corta en relación a otras encuestas, como las de El Universal (60.5% en marzo de 2022) y Reforma y SDPNoticias de finales del año pasado, en las que la jefa de gobierno supera el 65% de aprobación.
Sin duda, Claudia Sheinbaum vive ahora la peor parte de la peor pesadilla: no solo ha gobernado más de tres años a la ciudad con los mayores problemas de México, sino que lo hace en este momento como puntera en la carrera por la sucesión presidencial, lo que se traduce en fuertísimos —y en su mayoría injustos e injustificados— cuestionamientos en su contra, no solo diarios, sino muchas veces al día, tanto en redes sociales como en los medios de comunicación tradicionales, por así llamarlos.
La prensa no informa acerca de lo que ella hace bien o mal: literalmente se le ataca. Como en la nota de El Financiero en la que no se destaca al mejor evaluado entre el grupo de gobernadores y gobernadoras de Morena, sino que se subraya en el título que ella se ubica en la parte media de la tabla.
¿Por qué la saña contra Sheinbaum?
Son cinco las razones:
1.- Porque Claudia es mujer. En un país machista como el nuestro puede ser pecado mortal en alguien que aspira a la presidencia.
2.- Porque Sheinbaum durante más de un año ha encabezado las encuestas de preferencias electorales presidenciales. Lógicamente sus rivales, de dentro y fuera de Morena, la agreden. Peca de inocente quien piense que hay unidad en el grupo de personas cercanas a AMLO que buscan alcanzar la titularidad del poder ejecutivo en 2024.
3.- Porque la jefa de gobierno no duda en apoyar las transformaciones de izquierda del presidente Andrés Manuel López Obrador. Sobra gente en los medios de comunicación y en los círculos empresariales decidida a combatir el proyecto político de la 4T, que ella defiende más que nadie. De hecho, es la mayor crítica que se le hace, no solo con razones y argumentos ideológicas, sino aun con calumnias e insultos.
4.- Porque Claudia Sheinbaum no pertenece a la clase política. Es una mujer dedicada a la academia y a la ciencia que, por puro idealismo, ha apoyado a AMLO desde que este fue jefe de gobierno del Distrito Federal. En la política ella no ha conocido un jefe que no sea Andrés Manuel, y no lo conocerá. Si es presidenta, será la que mande; si no lo es, volverá a su cubículo en la UNAM. Es decir, se le detesta porque no es como los políticos de toda la vida —Marcelo Ebrard, Ricardo Monreal, por ejemplo— que tantas veces han cambiado sus principios: lo hacen en función de lo que más les conviene; que no han hecho otra cosa en sus vidas que solo grillar y grillar, y volver a grillar; que con facilidad, y sin pena alguna, han sido salinistas y lo contrario, lopezobradoristas; que frecuentan los restaurantes para hechizar periodistas con buen vino y buena comida, eso sí contándoles toda clase de chismes para que presumen de informados en sus columnas. Sheinbaum no hace nada de eso; entonces, se le golpea. Es tan obvio que los medios —y su principal aliado, el sector empresarial— no están dispuestos a soportar un sexenio más como el de AMLO, que si un logro ha tenido, y por eso es tan querido, es el de haber gobernado con sencillez, honestidad y particularmente entregado a la gente de abajo, lo que ha significado eliminar privilegios a periodistas y hombres y mujeres de negocios.
5.- A la señora Sheinbaum e le detesta —y se le teme— porque al no pertenecer a la clase política no domina el arte que ha hecho crecer a tantos en el sistema, el de tragar mierda. Saben quienes pretenden culparla de lo que no hizo, la Línea 12 del metro capitalino —un desastre absoluto desde su construcción—, que ella no se va a aguantar callada, que no permitirá que se le enlode. Que sabrá explicar quiénes sí y quiénes no se corrompieron al diseñar, construir y financiar esa obra y no han pagado nada por su mala conducta. Si actuar con respeto a sí misma la lleva a perder la presidencia, la perderá con gusto. Pero no se va a ensuciar solo para llegar al poder. No es como los otros, los que van del salinismo al lopezobradorismo y se regresan en función de lo que más les beneficie.