El Plan C contempla, entre otros elementos, una profunda reforma al Poder Judicial que incluye la elección de jueces y magistrados por voto directo; es decir, que los mexicanos, mediante el sufragio universal, decidan quiénes integrarán el Poder Judicial.

En palabras de AMLO y de Claudia Sheinbaum, la reforma responde a la necesidad de limpiar la corrupción del Poder Judicial y de poner a los magistrados al servicio del pueblo de México y no solamente en favor de los intereses de la oligarquía.

Se trata, a mi juicio, de un despropósito, tanto desde el punto de vista de las ciencias políticas como de su operación. Enseguida enumero razones de toda índole que pretenden justificar mi argumento, con una especial atención en la elección de los ministros de la Suprema Corte:

1) La legitimidad de la Suprema Corte no deriva del apoyo de las mayorías. A diferencia del Ejecutivo y del Legislativo, la responsabilidad del Judicial no es el ejercicio de la voluntad de las mayorías, sino velar por el respeto de la Constitución y de los derechos de las minorías, así como la salvaguarda de éstas frente a los eventuales abusos cometidos por los otros poderes.

2) La propuesta morenista supone la captura del Poder Judicial por parte del partido mayoritario. Si bien serían los mexicanos quienes “elegirían” a los ministros en las urnas, de acuerdo a la propuesta, el Ejecutivo, el Legislativo y el Judicial propondrían a los candidatos.

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3) En la idea de que Morena y Claudia Sheinbaum contarán con el control absoluto del Ejecutivo y del Legislativo ( y del Judicial) será el partido oficial el que determine las listas, lo que promoverá, en los hechos, la lealtad de los ganadores de los “comicios” hacia el partido hegemónico.

4) La elección de los ministros provocará una politización mayor del Poder Judicial. Si bien este fenómeno es una realidad presente, el hecho mismo de introducir a los candidatos en una dinámica electoral los hará vulnerables ante el conflicto de interés, el financiamiento ilegal y la “devolución” de favores hacia sus principales acreedores de campaña.

5) Es una invitación a que el crimen organizado penetre en el Poder Judicial. No es sorpresa para nadie que los carteles de la droga tienen presencia en una gran parte del país, y por tanto, dominan territorios, asesinan candidatos e influyen en los comicios.

Éstas son, desde mi punto de vista, algunas de las razones por las que la reforma al Poder Judicial, y en particular, la parte que corresponde a la elección de ministros por sufragio universal, conllevaría un retroceso, un asalto a la democracia liberal,  una mayor degradación de la independencia de los jueces, y en suma, una grave afectación a los intereses del pueblo de México.