El 15 de octubre de 2021 Joaquín López-Dóriga publicó en Milenio el artículo “Ebrard no volverá a declinar”. El columnista contó que al finalizar 2011 coincidió con Marcelo Ebrard en una boda. Después de saludarse, Joaquín le dijo a Marcelo: “Estoy decepcionado”.

¿Decepción? Es decir, “pesar causado por un desengaño” (Real Academia Española). En efecto, entristeció al periodista de Radio Fórmula y Milenio que Ebrard hubiera perdido la encuesta de 2011 frente a AMLO. Recordemos que ese fue el método para seleccionar al candidato de izquierda que competiría en las elecciones presidenciales de 2012.

López-Dóriga se sintió engañado por Ebrard: “Me dijiste que ibas con todo por la presidencia y declinaste”.

En 2011 el columnista citado pensó que Marcelo jamás iba a volver a tener otra oportunidad para llegar al poder. Se equivocó, tal como escribió Joaquín apenas el año pasado: hoy Ebrard “tiene otra oportunidad, la más sólida de su vida para ser presidente de la república”.

Y en esta ocasión, sigo con los argumentos de López-Dóriga, no va a declinar porque “independientemente de las circunstancias, Ebrard buscará la candidatura y, no tengo duda, estará en las boletas de 2024. Él dice que con Morena. Y yo que con Morena, o sin Morena, pero estará”.

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¿Por qué no creer en lo que dice Marcelo?

La pregunta tiene sentido: ¿Por qué si Marcelo insiste en que no romperá con Morena no le cree un columnista como López-Dóriga que lo conoce tan bien y de tantos años?

Conocemos la respuesta todas las personas que analizamos la política en México: Ebrard será absolutamente leal al proyecto de AMLO solo hasta el momento en que el partido de izquierda, Morena, entregue la candidatura presidencial a otra persona.

Y es que, ni hablar, en el caso del canciller ni duda cabe de que su lealtad, como el yogur, tiene fecha de caducidad: terminará exactamente en el momento en que se le informe que no le toca ser el candidato principal de Morena en el 2024.

La rebeldía de Monreal... y la de Ebrard

Del senador Ricardo Monreal se piensa lo mismo: su fidelidad en relación a AMLO, que ha sido absoluta durante más de dos décadas, empieza a morir hoy que tiene claro su destino en Morena: cualquier posición menos la candidatura presidencial de izquierda.

Comentócratas serios como el director de El Financiero, Enrique Quintana, no tienen duda: la pregunta no es si Monreal romperá con AMLO, sino cómo y cuándo ocurrirá.

Ayer el señor Quintana dedicó su columna a analizar el caso del senador zacatecano, pero no pudo dejar de mencionar la posible rebeldía del actual secretario de Relaciones Exteriores: “Tampoco hay que excluir del todo la posibilidad de que Marcelo Ebrard siga el mismo camino”.

Todo el mundo opina en estos días sobre el hecho innegable de que Monreal está ya en plan de abierto desafío al presidente AMLO. Pero desde que inició la carrera de las corcholatas han sobrado columnistas que pronostican el rompimiento de Ebrard con el presidente.

Juan Manuel Asai, en Crónica: “La oposición está perdiendo mucho tiempo. Su parálisis conduce a pensar que la oposición ni suda ni se acongoja porque tiene dos buenos candidatos para el 2024: Marcelo Ebrard y Ricardo Monreal, que serán desechados por Morena una vez que se formalice la candidatura de Claudia”.

Raymundo Riva Palacio, en el Financiero: “Con la decisión tomada por López Obrador (supuestamente a favor de Claudia Sheinbaum), la pregunta es cuándo se irán de Morena los otros dos aspirantes a la candidatura presidencial, Marcelo Ebrard y Ricardo Monreal”.

Óscar Cedillo, director editorial de Milenio: “Ebrard deberá decidir si se alinea a los designios de AMLO, como lo hiciera en la elección de 2012, y empieza a hacerlo en todo lo que se refiere a la política exterior, o si se lanza al ruedo, en la que sería su última oportunidad. A diferencia de sus rivales, Marcelo ya tiene asegurada la candidatura. Aunque no sea con Morena”.

Lógicamente se piensa que la candidatuara será de Claudia no solo porque Andrés Manuel la prefiere, sino porque en todas las encuestas va ganando; Ebrard suele decir otra cosa, pero no tiene los clásicos otros datos para probarlo, así que no se le toma en serio.

¿Por qué nadie dice que Claudia romperá con AMLO? ¿Por qué sí Marcelo y Ricardo?

Es decir, ¿por qué en ningún lugar se ha comentado la posibilidad de que Claudia Sheinbaum se enemiste con Andrés Manuel López Obrador si Morena no la hace candidata presidencial?

Respuesta: porque Claudia no peleará con Andrés Manuel por ningún motivo. Académica por formación y vocación, antes de ser invitada por AMLO a participar en política, el activismo de Claudia —siempre de izquierda— se había limitado a los temas universitarios.

En posiciones partidistas o de gobierno, todo lo que Sheinbaum ha hecho ha sido posible gracias a AMLO; así que no lo traicionará. Es lo que pienso y evidentemente coincide conmigo la comentocracia mexicana.

Pero, un momento, se ha dicho aquí repetidas veces que la inmensa mayoría de los y las columnistas opinan que Marcelo Ebrard y Ricardo Monreal sí se pelearán con el presidente López Obrador si Morena no les entrega la candidatura presidencial. Pero no se ha respondido la pregunta de por qué se cree que ellos terminarán traicionarán a AMLO.

Se piensa que Claudia no romperá con Andrés Manuel porque ella no es —no la sido nunca— una mujer que entró a la política por ambición de poder. Si se dedica a esta actividad se debe a que la invitaron a colaborar en un proyecto ideológico con el que simpatiza, y con responsabilidad ha aportado al mismo su mejor esfuerzo.

La respuesta a las razones de Monreal y Ebrard para romper con AMLO es la misma, pero de signo contrario: combatirán al hoy presidente si no les da lo que ellos buscan desde muy jóvenes, cuando dieron el primer paso en la política: el poder absoluto que ambicionan. ¿Ambiciosos vulgares, diría AMLO? Pues eso.

Por cierto, ya tienen Monreal y Ebrard un lugar garantizado en Movimiento Ciudadano, el partido de Dante Delgado. De ahí a pactar con el PRI de Alito Moreno solo hay un paso; en el panismo no se les aceptará si se imponen los militantes con principios más sólidos, como el gobernador de Querétaro, Mauricio Kuri.

Posdata: ¿Y Adán Augusto?

El secretario de Gobernación también es leal a AMLO y nadie ve posible que traicione al presidente de México, pero...

Don Adán Augusto López Hernández no ha crecido en las encuestas, entonces no cabe en el análisis. Es lo lógico, desde mi punto de vista.

Cuando Adán mejore en los estudios de preferencias electorales será adecuado meterlo en comparaciones como la de este artículo. Antes, no tiene mucho caso.

La verdad sea dicha, no se trata de ser políticamente correctos, sino meteorológicamente precisos. No creo que sea difícil de entenderlo.

Confío en que lo comprenderá un hombre inteligente como Adán Augusto. Y si no lo entiende, me disculpo, pero si su jefe, Andrés Manuel, insiste en que obtendrá la candidatura de Morena quien gane la encuesta, entonces el titular de Gobernación no tiene posibilidades. No ahora.