“Nos reservamos derecho de admisión”.
“Espacio libre de humo”.
“Este boleto es personal e intransferible”.
Avisos
Listos para la Cumbre de las Américas 2022, en su IX edición. Se llevará a cabo en Los Ángeles, California el próximo 6 de junio.
El anfitrión, de acuerdo a la tradición, invita a todos los países de América cuyos gobiernos hayan sido electos de manera democrática. En otras palabras, no son bienvenidos dictadores, autócratas, absolutistas y similares. Therefore, Cuba, Nicaragua y Venezuela no fueran convocados.
Pero “Don Metiche”, mejor conocido como Andrés Manuel, ya intercedió por sus amigotes y dijo que él no acudirá a dicho evento si no se le extiende la invitación a los tiranuelos que están al frente de los gobiernos de los países antes mencionados.
Joder a México es lo suyo, puesto que los temas a tratar en dicho evento serán la migración, el tráfico de armas y la integración económica. Tres asuntos fundamentales para nuestro país y que nos incumben de forma directa.
Quizá el presidente de México quiera ahorrarse la embarazosa situación del fracaso de las acciones contra narcotraficantes y narcotráfico de su gestión. A menos que tolerarlos sea sinónimo de “hacer algo”.
Pero vuelvo al punto: López Obrador es un consumado testarudo, pues, siendo francos, ¿quién quiere dejar pasar a casa a personas que traen caca embarrada en la suela de sus zapatos?
Nadie invitaría a almorzar a quien censuraría la charla en nuestra propia mesa.
¿Moscas revoloteándoles por su añejo olor a podrido? No gracias. Y me refiero, por supuesto, a los individuos que meten a la cárcel a sus opositores por el simple hecho de serlo.
Estados Unidos se reserva el derecho de admisión en esta cumbre. Y no estaría de más que hicieran extensiva esa política a quienes alientan, solapan y consienten a nefastos caudillos como lo son Miguel Díaz-Canel, Daniel Ortega y Nicolás Maduro.
Si no se admiten a los impresentables de América, habría que pensar muy bien sobre los motivos por los que López Obrador sí desea que asistan.
No solo eso, recordarle que aquello de “ser el hermano mayor de los países de Centroamérica” comienza por no apoyar a los líderes que tienen sojuzgados a sus pueblos.
Está claro que Venezuela, Cuba y Nicaragua adoran “el humo”, mientras que en nuestro vecino país del norte eso está mal visto. Pero si López Obrador quiere que también le pongan “un pero” a la comitiva mexicana que irá a la Cumbre de la Américas, ¿qué tal llevar a Manuel Bartlett?
Con suerte, los gringos hacen “humo” su retorno a México y detienen al director de la CFE en cuanto pise suelo norteamericano.
El “ABC” de la diplomacia señala que:
a) Los convocados no pueden imponerle al anfitrión invitar o dejar de invitar.
b) Las invitaciones no son transferibles ni sujetas a que asista un tercero.
c) Al mejor estilo “Fidel Velázquez”, quien se mueve no sale en la foto. Entiéndase: todo este asunto no se trata de los amores del tabasqueño, sino de relaciones y reglas de convivencia entre países.
“No quiero que continúe la misma política en América y quiero, en los hechos, hacer valer la independencia, soberanía y manifestarme por la fraternidad universal”, dijo el tabasqueño. Pues bien, con su dicho no hace valer la independencia de los pueblos que viven a merced de dictadores. Tampoco, por cierto, la fraternidad universal al abogar por semejantes déspotas.
El aviso que López Obrador no ha entendido, entonces, es que se busca tener una Cumbre de las Américas libre de tiranuelos, aunque estos sean muy de su querencia.
Verónica Malo en Twitter: @maloguzmanvero