Volvió la Fórmula Uno, después de tres meses de vacaciones se corrió el Gran Premio de Bélgica y, para irnos por partes se tiene que señalar que el de ayer fue un carrerón; hay que decirlo, porque Spa-Francorchamps ha demostrado por enésima vez que es un circuito histórico, y que por ninguna razón debe de salir del calendario de la Gran Carpa.
Este fin de semana, se comentó que Liberty Media y la dirección del circuito renovaron su contrato para que el Gran Premio de Bélgica regrese para el próximo año, pero eso no es suficiente, el contrato debería de ser multianual porqué Spa, es sinónimo de emociones al mil por hora.
La carrera de ayer nos dejó con una gran cantidad de peleas, rebases y acciones en pista más que agradables. De entrada, con casi media parrilla penalizada y arrancando desde el fondo, vimos una gran remontada de Max Verstappen, quién largaba décimo tercero y terminó ganando la carrera con un margen de tiempo bestial por sobre el resto.
El #MadMax corrió solo la segunda mitad de la carrera, sin tener que mirar sus retrovisores para preocuparse por algún posible perseguidor; quizás su única conversación relevante con su ingeniero de pista fue solo para gestionar sus neumáticos y motor, por el restó de la carrera.
Ningún contratiempo para el piloto neerlandés que no se subió a su monoplaza al iniciar la carrera, se subió a un auténtico misil que dominó aplastantemente toda la carrera, incluso mientras intentó, con rotundo éxito, remontar desde la P13 hasta la P1.
Hablando del mexicano, Sergio Pérez sufrió mucho en la largada inicial y en la re-largada provocada por un safety car apenas iniciando la carrera. En ambas oportunidades salió mal en cuanto a tracción y no pudo competir contra Carlos Sainz y su Ferrari, quien fue líder durante buena parte de la primera mitad de la carrera.
Al final, con estrategia desde el pit lane, Pérez pudo sobrepasar al español; aunque con el cohete que Verstappen traía, el tapatío sólo pudo conservar el mismo lugar en el que salió para la carrera.
Con todo, el segundo lugar para Checo le sabe a gloria porque le permitió recuperar el subliderato en el campeonato de pilotos, y de paso ayudar a Red Bull con la cosecha de puntos que también afianza al equipo de las bebidas energéticas en el punto más alto del campeonato de constructores.
Hoy por hoy, tanto Max Verstappen como Red Bull son más virtuales campeones en ambos rubros que nunca. Tendría que pasar una verdadera tragedia de resultados para que siquiera, tanto Ferrari como Mercedes, se les pudieran acercar.
Sin embargo, en Mercedes no se vio la mejoría que se esperaba luego del parón veraniego, y luego de los buenos resultados que los de las flechas plateadas obtuvieron en el cierre de la primera parte de la temporada.
El incidente en pista entre Lewis Hamilton y Fernando Alonso dejó fuera de la carrera al piloto británico, quien ya en el paddock aceptó su culpa por el toque con el asturiano.
La reacción del todavía piloto de Alpine, también fue polémica en su team radio donde - palabras más, palabras menos -, mencionó que Hamilton solo sabe competir cuando sale de líder, rememorando un poco el álgido ambiente cuando ambos pilotos fueron compañeros de equipo en McLaren y hasta perdieron un campeonato del mundo para el equipo por su encarnizada lucha en pista.
Y lo de Ferrari y sus pésimas decisiones estratégicas -en cierto sentido cómico en un principio-, ahora es triste, lamentable y patético. Un equipo que con tanta historia, se haga el harakiri Gran Premio tras Gran Premio es de preocuparse, sobre todo, cuando lo tiene todo para poder dar un buen espectáculo y para conseguir resultados más que exitosos.
Lo que ayer pasó con las estrategias de Charles Leclerc es como para escribir un manual de todo lo que no se debe de hacer en un Gran Premio.
Que le pregunten al piloto cuál es la estrategia correcta para que él mismo la decida, deja entrever una falta de capacidad de los ingenieros de pista en su pit lane; lo peor, es que al final le manden una estrategia mal calculada para poder hacer el punto extra por vuelta rápida, que no funcionó y por la que incluso el piloto fue penalizado por exceder los límites de velocidad cuando ingresó a los pits.
De tener un cómodo quinto lugar en carrera, se arriesgó todo para al final perder esa posición y esos puntos claves que hoy podrían significar el mantener una leve esperanza para no dar por perdido el campeonato.
Este Gran Premio era justo y necesario para los aficionados de la máxima categoría, y los equipos y pilotos ya lo tienen todo preparado para la siguiente semana. Próxima parada, el #GranPremioDeLosPaísesBajos en el circuito de Zandvoort.