El tema sobre la seguridad aérea está “candente”, y aprovecho para preguntarles ¿saben ustedes quién o qué es el SINACTA? El Sindicato Nacional de Controladores de Tránsito Aéreo, mejor conocido por sus siglas como SINACTA, es un sindicato de reciente creación dentro de la industria aeronáutica.
Nacen gracias a un fallo en un proceso promovido por ellos, el 12 de mayo de 1999. La Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) declaró inconstitucional el artículo 68 de la Ley Federal de Trabajadores al Servicio del Estado (LFTSE), que decía “En cada dependencia sólo habrá un sindicato. En caso de que concurran varios grupos de trabajadores que pretendan ese derecho, el Tribunal Federal de Conciliación y Arbitraje otorgará el reconocimiento al mayoritario.”
Y desde ahí comienza su periplo, pues el órgano desconcentrado Servicios a la Navegación en el Espacio Aéreo Mexicano, Oficinas Generales (SENEAM) considera que no es necesario tener trabajadores sindicalizados, chocando con la premisa de SINACTA que considera que es importante que los controladores aéreos estén sindicalizados.
Dentro de la Ley Federal del Trabajo se encuentran enmarcados sus derechos laborales; concretamente en el Título Sexto titulado “De maniobras de servicio público en zonas bajo jurisdicción federal”; es cierto que ellos están sujetos a la LFTSE, reglamentaria del Apartado B) del Artículo 123 Constitucional, pero este mismo ordenamiento, en su artículo 11, deja plenamente establecido que “En lo no previsto por esta ley o disposiciones especiales, se aplicarán supletoriamente, y en su orden, la Ley Federal del Trabajo, el Código Federal de Procedimientos Civiles, las leyes del orden común, la costumbre, el uso, los principios generales de derecho y la equidad”.
El SENEAM y el SINACTA han mantenido una relación de “estire y afloje”. En el año 2020 los trabajadores aglutinados en el SINACTA fueron demandados por el Coordinador Regional del órgano desconcentrado donde estos trabajadores prestan sus servicios, es decir por el SENEAM. Raúl Campilla acudió ante el Tribunal Federal de Conciliación y Arbitraje para solicitar la disolución del sindicato, así como la destitución de su Secretario General, Alfredo Covarrubias Aguilar.
Y ante estos hechos, nos quedamos esperando un posicionamiento de Luisa María Alcalde, titular de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social, porque es su función legal, porque sería deseable que hiciera labores de mediación y porque sería lo más congruente que pudiera hacer la funcionaria que llevó a cabo la implementación de la Reforma Laboral del 2019, cuyo tema principal es la democratización de los sindicatos. Sí, yo sé que la reforma legal provino del Congreso de la Unión, pero el pasado 1º de Mayo, la Maestra Alcalde Luján mencionó la reforma como un gran avance de la dependencia a su cargo.
¿Por qué permite la titular de la STPS que una dependencia desconcentrada del gobierno intente acabar con un sindicato democrático? los controladores de tráfico aéreo no son cualquier trabajador; sobre sus hombros pesa una responsabilidad de características mayúsculas. La autoridad federal no debe minimizar el derecho de los trabajadores a tener un sindicato que cuide y tutele sus derechos laborales.
¿Qué fue lo que pasó para que se llegara a tal encono entre el SENEAM y el SINACTA? El Gobierno Federal recortó el 50% del salario de los controladores aéreos y el SENEAM pretende que en operaciones de carácter civil, sean militares quienes realicen dicho trabajo. Esto ha desatado una encarnizada lucha entre el gobierno actual y el sindicato.
Pero por impresionante que parezca, el gremio de los controladores aéreos no es el único afectado, pues en el caso de la Asociación Sindical de Pilotos Aviadores (ASPA) y la Asociación Sindical de Sobrecargos de Aviación (ASSA), en aras de mantener a cualquier costo la fuente de empleo, han aceptado recortes a sus derechos laborales, lastimando de manera profunda a sus trabajadores, que al día de hoy viven con la presión de llegar a fin de mes, perdiendo lo más vital que se tiene en el mundo aeronáutico: certeza y claridad mental.
Lo mismo está ocurriendo con los controladores aéreos; los usuarios y las tripulaciones aeronáuticas quedan a merced de variables tan absurdas como que el controlador haya tenido un mal día, derivado de una mala paga, o que la presión política por parte del SENEAM sea tanta que lo haga cometer un error; y es que en la aviación, estimados lectores, los errores son mortales.
Mientras no se atienda de fondo el tema laboral, no sólo de los controladores aéreos, sino de todos los que trabajan en la industria aérea, ellos están vulnerables a cometer un error. Los “incidentes” de los que tanto se ha hablado en fechas recientes (Carta de IFALPA), culpando a los controladores aéreos de falta de capacitación, están íntimamente relacionados con este conflicto. Simple y sencillamente, una razón por la cual no son reportados algunos de estos eventos por parte de los pilotos, es el cansancio que traen a cuestas, como para todavía alargar su jornada de trabajo realizando papeleo burocrático.
No hay mucho margen de movimiento: es responsabilidad de todos acabar con prácticas neoliberales que siguen permeando en algunas dependencias de gobierno, así como en la industria privada. Coadyuvará que velemos y cuidemos el sindicalismo democrático, como lo es el SINACTA. Lo necesitamos, a fin de ser un contrapeso al sindicalismo de corte patronal, que no va a desaparecer por arte de magia, ni de la noche a la mañana.
De corazón espero que la relación entre el SENEAM y el SINACTA mejore, y la actual administración se percate de la importancia de fortalecer a los sindicatos verdaderamente democráticos. De poco sirve que registremos “aumentos históricos al salario mínimo”, o haberle ganado la batalla al “outsourcing”, si al mismo tiempo le pedimos a la burocracia que “se apriete el cinturón”. Pagar bien por el trabajo es algo que como país nos merecemos.