Estamos viviendo tiempos nuevos. Es increíble como las cosas están cambiando en el ámbito sociopolítico, tan es así que estamos viviendo un mundo al revés. Los que siempre se habían encargado de dejar al pueblo en el olvido, hoy, descaradamente salen a marchar a las calles con el único objetivo de recuperar sus privilegios, aparte de manera obscena se dicen ser los salvadores de las familias que mantuvieron abandonadas a su suerte. No hay peor vergüenza para ellos mismos que tener que mentirse como siempre lo han hecho para poder regresar a una vida de corrupción; poco les importa vender su alma al mismo diablo con tal de conseguir sus objetivos terribles.

En cada rincón del país existe un político corrupto -buscando regresar a un cargo público- que hizo mucho daño a las arcas públicas y por lo tanto que dañó terriblemente la economía de los bolsillos de las familias mexicanas; tienen tan pocos valores que no les interesa hacer reuniones privadas para pedir el voto de quienes ellos mismos mancillaron, claro que pocas veces los vemos recorriendo las calles, porque se encuentran de cara con el rechazo y descontento popular y otra razón es porque no son gente de a pie, son personas que aunque salieron de la clase media, perdieron piso y jamás regresaron a compartir con las personas que más los necesitan y por las que supuestamente iban a luchar desde posiciones de poder.

Hoy quiero decirles que tenemos una verdadera revolución de las conciencias y que cada vez la vida pública es más pública, que la ciudadanía, no permitirá que opositores del buen gobierno, vengan a ocupar puestos que son para verdaderos representantes del pueblo, para gente que realmente lucha por llevar bienestar a las familias mexicanas que más lo necesitan y que seguirán luchando para mantener al país en el camino de la transformación.

Todos los días el presidente Andrés Manuel López Obrador nos abre los ojos y nos insta a que luchemos por la democracia que ayudará a la construcción del segundo piso de la cuarta transformación, esta revolución pacífica busca consolidar las bases del movimiento humanista que encabezará la futura presidenta de México, la doctora Claudia Sheinbaum Pardo.

El Plan C es la llave de la democracia participativa del pueblo, la llave para que se lleven a cabo las reformas constitucionales que harán que los programas sociales iniciados en el periodo de AMLO sean elevados a rango constitucional, así como para echar abajo las reformas laborales y energéticas que dañan la economía de las familias mexicanas, que se llevaron a cabo en el periodo neoliberal.

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Los prianistas en su desesperación por recuperar la Presidencia de la República y sus privilegios perdieron toda dignidad, nosotros como pueblo bueno tenemos que ponerles los pies en la tierra y dejarlos en el basurero de la historia, porque la historia también tiene sus capítulos negros, que es a donde pertenecen, como bien dice el futuro senador por Sonora, Heriberto Aguilar Castillo. Esos personajes oscuros de la política no llegarán con el voto popular porque el pueblo no los quiere, otra razón más para eliminar las plurinominales a la que llegan políticos corruptos e indeseables por acuerdos en lo oscurito; en cambio el método de encuesta e insaculación que es promovido por MORENA es una prueba más de que el pueblo pone y el pueblo quita.

Sigamos haciendo historia y compartamos el mensaje de que la continuidad de la transformación es el camino de la verdadera revolución pacífica que inició con la llegada de Andrés Manuel López Obrador en el 2018, todos desde nuestra trinchera impulsemos el Plan C para arropar a la futura presidenta Claudia Sheinbaum Pardo. Abrazo revolucionario, pacífico y fraterno a la distancia.