La Comisión Nacional para la Mejora Continua de la Educación (MejorEdu), organismo público descentralizado, no sectorizado, del gobierno federal, dio a conocer hace unos meses el documento denominado “Indicadores Nacionales de la Mejora Continua de la Educación en México. Edición 2021: Cifras del ciclo escolar 2019-2020. Principales hallazgos”.

Aunque los datos que nos proporciona este documento oficial no constituyen información que dé cuenta de problemas nuevos en el sistema educativo nacional (SEN), es interesante ir a ellos y comentar una muestra de las cifras dadas a conocer sobre hechos o procesos educativos recientes, a efecto de contextualizarlos en el ámbito de las políticas públicas educativas del actual gobierno federal.

Tamaño del “sistema” según la población atendida

“Durante el ciclo escolar 2019-2020 el sistema educativo mexicano les proporcionó servicios a 38 millones 108 mil 096 estudiantes en las modalidades escolarizada, no escolarizada y mixta, cifra que representa una tercera parte de la población total del país y que hace del SEN el tercero más grande del continente americano. Del total nacional, 37 millones 23 mil 218 estaban matriculados en las modalidades escolarizada y mixta, y fueron atendidos por 2 millones 20 mil 605 docentes en 259 mil 022 escuelas y planteles.” (p. 11)

Cabe recordar que durante el ciclo escolar 2019-2020 se inició el confinamiento y la suspensión de clases debido a la crisis sanitaria causada por la pandemia de la enfermedad Covid (marzo, 2020). Ese referente cronológico y estadístico representa un punto de partida para evaluar y dar seguimiento a los problemas agravados de desafiliación de estudiantes del sistema escolar, sobre todo en los niveles de educación básica y media superior (educación obligatoria).

Sostenimiento de las escuelas: cifras actuales

“El SEN es predominantemente de sostenimiento público: 84% de los estudiantes de las modalidades escolarizada y mixta asiste a escuelas o planteles cuyas gestión y operación son financiadas mediante recursos del gobierno. Sin embargo, con la excepción de educación inicial –donde 57% de sus estudiantes estaba inscrito en centros de sostenimiento privado–, se advierte que la participación del sector privado es mayor conforme se avanza en los tipos educativos: en Educación Básica 11.4% de los estudiantes acudió a escuelas privadas; en EMS el porcentaje llega a 18.1%, y en superior alcanza el máximo de participación, con 35.7%.” (p. 12)

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Estos datos dan sustento a la hipótesis que hemos sostenido desde hace algunos años, en el sentido de que la tendencia gradual de privatización de la educación tiene su más clara expresión en la educación superior en México. Eso significa que durante los últimos 20 años cada vez hay menores oportunidades para las/los jóvenes de matricularse en las instituciones de educación superior públicas.

Estudiantes indígenas. Graves rezagos.

Evolución de la matrícula y problemas de cobertura en preescolar

“La población del grupo de edad de 3 a 5 años, en edad idónea para cursar preescolar, tuvo una tasa de crecimiento nula entre 2010 y 2020. Al mismo tiempo, la matrícula aumentó sólo en 0.2% promedio anual entre los ciclos mencionados, por lo que las cifras guardan cierta congruencia. Sin embargo, debido a la baja cobertura que registra el nivel de preescolar, no se explica el hecho de que el crecimiento en la matrícula sea mínimo. Tal problema se relaciona con la disponibilidad de infraestructura y de personal docente, lo que demuestra la importancia de la planeación de los servicios de educación preescolar, pero también de educación inicial.” (pp. 12-13)

El problema de la falta de cobertura nacional de la educación preescolar se agudiza específicamente en el rango de edad de 3-4 años (primer grado del nivel), pues según cifras dadas a conocer en 2018 por la propia SEP alrededor del 50 por ciento de las niñas y los niños ubicados en ese rango edad se encontraba matriculado. Una nación como la nuestra no debe perder la oportunidad de lograr que la educación preescolar sea de cobertura universal.

Problemas en el esquema escolar multigrado

“Durante el ciclo escolar 2019-2020 las escuelas multigrado representaban 37.5% de los preescolares, 41.8% de las primarias y 33.1% del total de las telesecundarias y secundarias comunitarias e indígenas. En preescolares unitarios estaban inscritos 450 mil 383 estudiantes, lo que representa 9.7% del total en este nivel, sin contar a los preescolares matriculados en los Cendi. En primarias los estudiantes matriculados en escuelas multigrado representaron 8.6% del total, y de los inscritos en telesecundarias, secundarias indígenas y comunitarias, poco más de 10% asistía a centros educativos con este tipo de organización. Los docentes que laboraban en centros escolares de organización multigrado representaron 14% del total en preescolar, 12% en primaria y 13.9% en telesecundarias, secundarias comunitarias e indígenas.” (p. 14)

Esto significa que se registra una alta cantidad de escuelas públicas multigrado en el país, pero su población es escasa tanto en cantidad de docentes como de estudiantes. La mayor población escolar del país, en educación básica, se concentra en las cabeceras municipales y zonas de marginación media o baja, misma que es atendida en el formato de escuelas de organización completa.

Si a través de las políticas públicas educativas se da más y mejor atención (con recursos humanos, materiales y financieros) a las escuelas de organización completa, las escuelas multigrado continuarán en el abandono, con problemas formativos y en situaciones adversas para sus estudiantes en términos del logro académico (generalmente medido a través de pruebas estandarizadas).

Ubicadas en zonas de alta marginación social, las escuelas de organización multigrado representan los más altos índices de desigualdad social y educativa existentes en el país.

Los pendientes del derecho pleno a la educación y datos de rezago

“La existencia de población en edad escolar fuera del sistema educativo, ya sea porque no puede asistir o porque nunca se matriculó, es un indicativo de que el derecho a la educación no se ha garantizado para todas y todos. En 2020 alrededor de 5.7 millones de NNAJ de entre 3 y 17 años se encontraban fuera de la escuela. Éstos constituían 17.5% de la población en ese rango de edad. Si además se incluye al grupo de 18 a 24 años, en edad típica de asistir a la educación superior, el monto se incrementa considerablemente, ya que, únicamente en este grupo de edad, el porcentaje que no asiste es de 67.5%.” (p. 14)

Problemas acentuados de cobertura en educación preescolar y media superior “Para la población de 3 a 5 años, el porcentaje de no asistencia a la escuela es de 37.9%, el más alto entre los grupos con edad para asistir a educación obligatoria; para la que tiene de 6 a 11 años la no asistencia representa 5.5%; en la de 12 a 14 años, 10.3%, y entre aquellos en edad típica para asistir a la media superior (15 a 17 años), el porcentaje fue de 28.2%.” (pp. 14-15)

El galopante rezago educativo

La definición generalmente aceptada del rezago educativo es la siguiente: Personas mayores de 15 años de edad o más que no han concluido o no han iniciado la educación básica. “Aunque la mayor parte de las y los niños de 6 a 11 años asiste a la escuela, a partir de los 12 años el porcentaje de población que no asiste tiende a aumentar considerablemente, pues alcanza 22% en los 15 años y 33.8% en los 17.” (p. 15)

Alumnos de la Universidad Aguascalientes

Avances en matriculación oportuna

“En el ciclo escolar 2019-2020 la tasa de matriculación oportuna fue de 97.2% en educación primaria, de 92.8% en secundaria y de 77.8% en EMS. En comparación con los valores que tomó el indicador 9 años antes (2010-2011), se observa una mejoría en la matriculación oportuna para los tres niveles educativos: en educación primaria el incremento fue de 1.5 puntos porcentuales, en secundaria de 12.4 y en la EMS de 15.1 puntos. La proporción de mujeres que ingresa a cada uno de los niveles educativos en las edades idóneas es mayor que la de hombres; además, conforme se avanza entre los niveles educativos, la diferencia entre ambos sexos tiende a ser más grande, lo que sugiere que las mujeres experimentan en menor medida que los hombres la reprobación o la suspensión temporal de sus estudios.” (p. 17)

Docentes con funciones directivas, sin descarga de grupo

“La importante presencia de directivos con grupo en las escuelas públicas de educación básica también es una característica constante. Si bien se observa una reducción de 1505 agentes con esta doble función docente y directiva entre los ciclos escolares 2018-2019 y 2019-2020, al pasar de 84 mil 033 a 82 mil 528 directivos con grupo, no se espera que estos agentes tiendan a desaparecer, debido a que, si bien una parte de ellos puede ser relevada de la doble función al completar las plantillas de directivos y docentes en las escuelas donde falta un recurso humano, las circunstancias de otro conjunto de ellos están ligadas a la existencia de escuelas de organización multigrado, donde alguno de los docentes debe asumir la función directiva. Cabe señalar que las escuelas multigrado atienden mayormente a comunidades pequeñas y lejanas, las cuales se encuentran dispersas en todo el territorio nacional. Respecto al total de los registrados en el Formato 911, los directivos con grupo de las escuelas públicas representan a 62.3% de los de preescolar, 48.2% de los de primaria y 39.5% de los de secundaria.” (p. 21)

La existencia de docentes con funciones directivas, sin descarga de grupo, es un factor estructural del sistema educativo nacional que tiene efectos adversos en la formación integral de niñas, niños y jóvenes, así como en la gestión educativa, que demanda de la profesionalización de directivos en la escuela pública.

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