TENGO OTROS DATOS
La decisión de las autoridades rurales y Fitosanitarias de Estados Unidos de levantar la suspensión del programa de inspección de aguacates en Michoacán y así reactivar las exportaciones de la fruta qué está entre los productos del campo mexicano más vendidos en el mercado internacional ha significado una excelente noticia y un alivio para los productores de esa región del país.
Las exportaciones del “oro verde” como es conocido el aguacate son de gran importancia para la economía nacional y en especial para el estado de Michoacán; pero el cultivo de este producto agrícola y comercialización también tiene implicaciones sociales, afectación al medio ambiente y está lejos del consumidor mexicano de bajos ingresos por su elevado precio, cuestiones que debe ser atendida por las autoridades lo más pronto posible.
El bloqueo de la venta en el mercado norteamericano del producto agropecuario mexicano duro una semana. El Departamento de Agricultura de los Estados Unidos determinó reanudar de inmediato su programa de inspección que había sido suspendido el pasado 11 de febrero y levantado el viernes 18 del mismo mes.
El motivo para que el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos suspendiera temporalmente las importaciones del llamado “oro verde” se debió a que un inspector fitosanitario estadounidense que trabajaba en México recibió una amenaza creíble de muerte después de negar el permiso para enviar un cargamento de aguacate al mercado norteamericano desde el estado mexicano de Michoacán.
Durante una rueda de prensa celebrada el pasado jueves 17 de febrero el gobernador michoacano informó sobre los acuerdos a los que se llegaron en Uruapan sobre el protocolo de seguridad, que incluyen generar una figura de inteligencia independiente dentro de la Asociación de Productores y Empacadores Exportadores de Aguacate de México., que estará en comunicación directa con las autoridades norteamericanas.
El mandatario estatal también, dijo, que se establecería una célula de actuación de seguridad con instancias federales, la Guardia Nacional, la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) y la Fiscalía General del Estado (FGE) de Michoacán, mismas que implementarán un protocolo de actuación en 63 municipios que comprende la zona del aguacate en la entidad para dar respuesta a cualquier eventualidad o riesgo que tengan los 90 inspectores de la USDA durante sus labores.
Michoacán es una de las entidades federativas más violentas del país y el crimen organizado quiere controlar la producción y comercialización del fruto además de tener que lidiar con los productores de otros estados que quieren hacer pasar su producto agrícola como si tuviera su origen en la región michoacana y así poder exportar al mercado norteamericano.
Según datos del gobernador michoacano Alfredo Ramírez el estado “recibe por concepto de remesas 4 mil millones de dólares al año y por exportación de aguacate 3 mil 100 millones de dólares”; lo que habla de la gran importancia de este fruto para la economía de la entidad federativa.
Entre los productos agrícolas y agroindustriales de México, el aguacate ocupa el tercer puesto en exportaciones, siendo superado tan sólo por el tequila y la cerveza. En 2021 se vendieron más de 3 mil millones de dólares de aguacate en el mercado internacional, de los cuales 2 mil 778 millones de dólares provinieron de compras de Estados Unidos.
Aunque el país cuenta con una decena de estados productores, los huertos michoacanos generan 75 por ciento del volumen nacional. Poco más de la mitad de esa producción se reserva para consumo interno, mientras que el resto se exporta. Michoacán es el único estado con certificación para vender aguacate al mercado norteamericano.
Hasta hace dos décadas, los consumidores estadounidenses no tenían acceso al aguacate mexicano. El gobierno de los Estados Unidos mantuvo la prohibición de las importaciones durante 87 años, ya que las consideraba un riesgo para la agricultura. En 1997 se confirmó que Michoacán estaba libre de los efectos del gusano taladrador, y comenzó la exportación masiva del aguacate. Las exportaciones se beneficiaron en gran medida del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN); en 2005 el aguacate mexicano ya estaba en todos los supermercados de los Estados Unidos, país que constituye el mercado más importante del planeta en cuanto a fruta. El consumo en este país se ha duplicado en tan solo diez años. “Avocados from Mexico” (Aguacates de México) fue la primera marca del sector agrícola que pagó un anuncio en televisión en la Super Bowl.
A pesar de esta creación masiva de valor y éxito, la producción extensiva de aguacate conlleva unos costos y perjuicios ambientales sustanciales e irrecuperables. La enorme y desproporcionada demanda de esta fruta está generando un efecto sobre el cambio climático. Se han destruido paisajes forestales con una diversa vida silvestre para producir aguacate, y muchas otras tierras se han quemado intencionadamente para permitir una recalificación de tierras en favor de la agricultura comercial en lugar de los bosques, si se perdían a raíz del incendio.
Normalmente se cortan arbustos y árboles viejos para que los aguacateros reciban más luz solar, lo que contribuye a la deforestación y, en consecuencia, al calentamiento global y al cambio climático. Actualmente la zona de producción de Michoacán ha experimentado un aumento de las temperaturas y de los aguaceros impredecibles. Los estudios del Campus Morelia de la Universidad Autónoma Nacional de México detectaron una nueva tendencia en el estado al aumento de la sequía y las temperaturas, con una intensidad menor de las estaciones frías, necesarias para mantener el equilibrio ambiental, y una ampliación de las estaciones cálidas extremas, con un aumento de las cifras irregulares de lluvias y ciclones más intensos. La pérdida de cubierta forestal y otros cambios climáticos implica un descenso de la tasa de llegada de la mariposa monarca a Michoacán.
Diariamente se utilizan en torno a 9,500 millones de litros de agua para producir aguacates – el equivalente a 3,800 piscinas olímpicas, lo que exige una extracción masiva de agua de los acuíferos de Michoacán. La excesiva extracción de agua de estos acuíferos está teniendo consecuencias imprevistas, como que se están produciendo pequeños terremotos.
Una hectárea de aguacate con 156 árboles consume 1.6 veces más que un bosque con 677 árboles por hectárea. Dado que sus raíces son bastante horizontales, cuando se riegan los aguacateros, el flujo a través de la infiltración preferente es menor, lo que dificulta que el agua se filtre al subsuelo; 14 veces menos en comparación con el pino.
Benjamín Revuelta Vaquero, reconocido investigador de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo (UMSNH), una de las principales instituciones educativas del país, alertó que el cultivo del aguacate en Michoacán no cuenta con una regulación adecuada, lo que ya ha derivado en inicio de una grave crisis ambiental.
El también profesor universitario explicó que Michoacán enfrenta una grave realidad en la que, entre el 80% y 90% de las hectáreas de aguacate, se encuentran en condiciones de ilegalidad. Es decir, sin cumplir normas ambientales como el permiso de cambio de uso de suelo para la actividad aguacatera.
El aguacate es un gran alimento, rico en vitamina E cargado de grasa vegetal saludable; debido a su cremosidad era conocida como la mantequilla de los pobres, ya que era un producto de bajo costo, pero los tiempos han cambiado y el fruto ha alcanzado un alto precio en el mercado mexicano y está lejos del alcance de las familias de menores ingresos.
El 2022 comenzó con un aumento considerable en los precios de varios de los productos de la canasta básica en México, por ejemplo, el limón y el aguacate.
De acuerdo con la Secretaría de Economía, en la segunda semana del año que recién arranca el costo en promedio del querido cítrico pasó de 15.90 pesos a 75 pesos por kilo, en tanto que el aguacate ha llegado hasta los 90 pesos por kilo.
Una disminución temporal en la producción de aguacate y un aumento mundial de la demanda, han propiciado un incremento en su precio de hasta 80 pesos por kilogramo en mercados de la República mexicana.
México, es responsable del 50 por ciento del aguacate que se comercia internacionalmente, “entonces, cualquier cambio en la producción de México impacta a los mercados mundiales”, señaló el también productor.
En particular, el estado de Michoacán produce el 78% del “oro verde” nacional, pero en estos momentos, la entidad atraviesa por una disminución en los rendimientos por hectárea, de alrededor de 20%.
En resumen, la producción de aguacate es un gran negocio, pero lleva implícitos problemas económicos, sociales, daños al medio ambienta y una baja en el rendimiento productivo y aumento de la exportación que ha causado que el producto no pueda ser adquirido por un gran número de familias mexicanas.