Voy a analizar el artículo “La verdadera 4T” de Juan Enríquez Cabot, quien es el principal promotor de Marcelo Ebrard en Estados Unidos. Antes de entrar al fondo de ese escrito publicado en Reforma haré dos cosas: la primera, aclarar quién es el autor, de acuerdo a personas que lo conocen bien; la segunda, citar un artículo de 2018 del New York Times acerca del desarrollo de Santa Fe en la Ciudad de México.

¿Quién es Juan Enríquez Cabot?

  • Es “como si fuera hermano de Marcelo”.
  • Es nieto de Henry Cabot, quien acumuló una de las grandes fortunas de Estados Unidos.
  • Colabora en el periódico Reforma.
  • Se hicieron hermanos Ebrard y Enríquez Cabot cuando trabajaron juntos con Manuel Camacho en el gobierno del Distrito Federal durante el sexenio presidencial de Carlos Salinas de Gortari.
  • Enríquez Cabot fue el inventor de Santa Fe en la Ciudad de México, con todo lo que ello significó.
  • Es hijo de Antonio Enríquez Savignac, secretario de Turismo con Miguel de la Madrid.
  • Vive en Estados Unidos y es el principal promotor de Marcelo Ebrard en aquel país.

“Los últimos campesinos de Santa Fe”, reportaje de Paulina Villegas

El 15 de febrero de 2018, en el New York Times, Paulina Villegas publicó el reportaje “Los últimos campesinos de Santa Fe”. Trata de la familia Carmona, que ha desarrollado su vida “en un microcosmos rural en medio de un gigante de concreto y torres de lujo en Ciudad de México”. La periodista describía a la mencionada familia como “el último vestigio de un modo de vida que hasta hace tres décadas era común en esa zona, un fragmento de la historia del desarrollo urbano y sus contradicciones”.

En su escrito, la reportera Villegas cita a Margarita Pérez Negrete, profesora e investigadora del Centro de Estudios Superiores en Antropología Social, quien asegura que en el desarrollo del plan de Santa Fe “no hubo un proyecto de intercambio social o armonía entre los distintos grupos que vivían ahí y los que llegaban”.

Según la especialista, en Santa Fe “se dio un proceso de asimilación bajo el reconocimiento de una imposición de que sus valores (rurales) nunca van a coincidir con los valores que están ahí”.

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Paulina Villegas entrevistó al empresario Juan Enríquez Cabot, quien tuvo la idea del proyecto Santa Fe en tiempos en que el entonces llamado Distrito Federal lo gobernaba Manuel Camacho. El señor Enríquez Cabot contó a la periodista que Camacho “le pidió buscar algún espacio disponible donde acomodar el proyecto de expansión y transformación de la Ciudad de México de finales de los años ochenta”.

Así, Enríquez montó en un helicóptero y, desde el aire, se dio cuenta de que “la única área que le pareció factible para hacer un proyecto a gran escala era la de Santa Fe: ubicada a unos 13 kilómetros del Zócalo, al lado de la carretera que va desde la capital hacia el Estado de México; históricamente, en esa zona había minas y depósitos de arena, que ya no seguían explotándose porque resultaba demasiado costoso”.

Enríquez Cabot le dijo a la reportera que en Santa Fe “se encontró con los tiraderos de basura de la ciudad y un par de asentamientos de pepenadores, rodeados por pueblos como Santa Lucía. Terrenos que en esa época no valían nada”.

Como los terreno de Santa Fe no valían nada en aquella época, Enríquez Cabot y su entonces jefe, Manuel Camacho, decidieron darles valor desarrollando lo que hoy es Santa Fe.

Para la periodista Paulina Villegas “el proyecto de Santa Fe respondía a una lógica de desarrollo que imperaba en el país: la apuesta por un modelo neoliberal de apertura comercial que incluyó la privatización de empresas paraestatales, el desmantelamiento de subsidios, la reducción del proteccionismo y la apuesta por la inversión extranjera”.

En esa lógica neoliberal actuó Enríquez Cabot: “Se reunió con inversionistas nacionales y extranjeros para convencerlos del proyecto, pero también con la gente que vivía allí, principalmente con los asentamientos de pepenadores en los tiraderos”. A los inversores les pidió que pusieran dinero, y a los pepenados intentó convencerlos de que mejorarían las vidas, si no de ellos, sí de sus nietos. Los empresarios pusieron dinero y ganaron. Los nietos de aquellos pepenadores siguen en general tan amolados como sus abuelos. La historia de México, pues.

La reportera Villegas en su nota vuelve a citar a la investigadora Pérez Negrete. En opinión de la experta, “el proceso fue medido según una única perspectiva, centrada en lo monetario”. Y es que “el megaproyecto de Santa Fe implicó un desplazamiento radical de los pepenadores y la adaptación obligada para quienes habitaban en pueblos adyacentes. No se trató realmente de un proyecto de intercambio, dice la politóloga, sino más bien de la imposición de una nueva realidad”.

La periodista Villegas concluye que la historia de la familia Carmona “representa, en muchos sentidos, un choque de visiones y las contradicciones que se vivieron en distintos rincones el país desde finales de los ochenta, cuando la apuesta por la liberalización económica comenzó a producir, además de beneficios, una mayor desigualdad económica”.

“La verdadera 4T”, según el inventor de Santa Fe y promotor de Ebrard en Estados Unidos.

Sintetizo el texto de Juan Enríquez Cabot de ayer viernes 7 de abril de 2023 en el periódico Reforma:

  • “Ha habido 4Ts a nivel mundial”.
  • La 1T “inició a fines de los 1700s con la mecanización-industrialización”.
  • “México llegó muy tarde a la 1T y sufrió enormes consecuencias”.
  • La 2T “también nos tuvo sin cuidado. A fines de los 1800s el mundo desarrollado empezó a electrificar, producir en cadena y automatizar”.
  • “A fines de los 1950s y los 1960s lo digital empezó a establecerse como la lingua franca mundial, desencadenando la 3T”.
  • “Hoy hay dos versiones de la 4T, la mundial y la de los populistas autoritarios”.
  • La primera versión de la 4T la “dominan tecnologías relacionadas con robótica, el espacio, la inteligencia artificial, la nueva red digital. Esto genera riqueza y crecimiento sin precedentes”.
  • La otra 4T “ocurre en países autoritarios plagados de marxismo trasnochado”.

¿La 4T de AMLO es marxismo trasnochado?

Es lo que claramente afirma el principal promotor de Ebrard en Estados Unidos, aunque no se atreve a mencionar al presidente Andrés Manuel López Obrador. Sus palabras no dejan lugar a dudas:

  • “México tiene una oportunidad histórica para estar a la par, para aprovechar la enorme 4T”.
  • “Pero esto requiere identificar, celebrar y apoyar a lo mejor de nuestros emprendedores, maestros, investigadores, científicos, programadores y creativos”.
  • “Se necesita claridad de propósito, coraje, ambición. Claro que se puede. Pero tendríamos que dejar a un lado la vieja 4T…”.

Marcelo Ebrard seguramente está más que puesto para dejar atrás la vieja 4T, la de AMLO. Ya se verá si puede, esto es, si la gente lo deja llegar a la presidencia.