Interrumpo mi serie periodística anterior para atender esto que me parece relevante.

Escribo este análisis a sabiendas de que los líderes del país tienen la pésima costumbre (finalmente son rasgos de una cultura política autoritaria) de no escuchar a los analistas y académicos que optan por la crítica propositiva o bien, la propuesta complementaria. Desprecian lo que las instituciones públicas de educación superior, y los esfuerzos económicos privados han invertido para formar cuadros que acumulen un cierto capital intelectual. Solo responden ataques. Lástima. Espero para mis conciudadanos les resulte interesante. Seré lo más claro posible

El 10 de julio en auditorio cerrado el Mtro. Marcelo Ebrard Casaubón, dio a conocer una propuesta muy sintetizada sobre lo que llamó “Inteligencia Artificial para la Seguridad”. Haremos un primer análisis sobre ella considerando que es un planteamiento en esencia, sintetizado que puede desarrollar y ampliar ulteriormente y presentará aspectos que hoy no conocemos, que completen el planteo de origen.

En primer lugar destaca la propuesta por que cambia el eje estratégico de la discusión sobre los temas de la seguridad a partir de que modifica la base de sustentación tecnológica para la inteligencia de Estado (civil, policial, militar y criminal) que son una base fundamental de soporte para proveer la seguridad a la nación, a los ciudadanos y a las instituciones a las que está involucrado constitucionalmente el Estado, por la capacidad de reemplazo del trabajo operativo.

La eclosión y desarrollo de la IA desde sus primeros pasos ha generado inmensas posibilidades y capacidades de cambio en los diversos espacios del orden social, y en particular en el ámbito de la seguridad posee un potencial enorme al ser quizá la tecnología más importante de nuestro tiempo, en el contexto de lo que los especialistas llaman “la tercera ola de la digitalización”, particularmente debido a sus aplicaciones en la industria tecnológica de la seguridad, incluyendo la empresarial. También hay muchos que le temen por su capacidad de reemplazo de trabajos operativos.

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Por sus aplicaciones y desarrollos tecnológicos para la seguridad y contra el crimen transnacional organizado, hasta las “smart cities”, la infraestructura estratégica, el rastreo de virus y la prevención de desastres, los líderes se orientan por soluciones vinculadas al uso y desarrollo de IA. Tenemos entonces un binomio dinámico nuevo: IA/Seguridad que es el eje de la propuesta de Marcelo Ebrard y que modifica sustantivamente los términos de la discusión respectiva y búsqueda de soluciones, porque provee instrumentos inéditos de control y anticipación a los hechos empleando algoritmos, siendo capaces tales instrumentos de aportar vigilancia y control preventivo, identificación precisa de tipología de incidencias, víctimas o consecuencias de hechos y se convierte por todo ello, en base de un nuevo paradigma para la seguridad.

Este es desde nuestra perspectiva el primer gran mérito.

En segundo lugar: en las instituciones de inteligencia en distintos países que han avanzado en estos usos, aplicaciones y desarrollos tecnológicos de última generación, mediante el análisis e investigación de señales de comunicaciones y tecnologías de video vigilancia, la inteligencia nacional accede a información exhaustiva que maximiza la efectividad de sus tácticas y estrategias contra el crimen transnacional con la operatividad de IA aplicada a la seguridad. En suma efectividad, conocimiento en tiempo real, prevención de incidencias, identificación mediante análisis de imágenes, detección de patrones de comportamiento delictivo, detectando anticipadamente ataques cibernéticos y prevención de incidencias.

Este consideramos es el segundo gran mérito de la propuesta hecha.

Ahora una crítica también preventiva: en el pensamiento contemporáneo de la última revolución tecnológica, de la “era digital”, de las TIC, etc. Se tiende a sobredimensionar la capacidad y potencial de la tecnología moderna para solucionar los problemas agudos del orden social contemporáneo. No olvidar, como ejemplo, que cuando surgieron las TIC y el comercio electrónico se llegó a sostener que “las crisis económicas del capitalismo contemporáneo habían desaparecido”, era la “Nueva Economía”, corriendo miles de toneladas de tinta sobre este despropósito falaz.

Pero haciendo a un lado este “endiosamiento” con la revolución tecnológica de nuestro tiempo, no utilizar todo el potencial y desarrollos, usos y aplicaciones de la IA para potenciar, reconvertir y aumentar nuestras capacidades al máximo en las instituciones de inteligencia y seguridad sería un gravísimo error histórico. Adelante entonces con el impulso de este nuevo paradigma del binomio virtuoso IA/Seguridad.

Ahora bien: todo esto exige la inversión para la reconversión tecnológica, pero también, la reconversión organizativa que implica lo administrativo, lo operativo, los recursos humanos y la estructura jerárquica, y por supuesto, el marco jurídico de avanzada para todo ello. Personalmente he disentido del actual gobierno en la omisión intencional que ha hecho sobre los temas del nuevo marco constitucional para replantear toda la organización de la inteligencia nacional.

He dicho, que no hay nueva Ley de Seguridad Nacional (la actual es de principios del siglo y debe incluir la ciberseguridad), tampoco una Ley de Inteligencia Nacional (que plantee la transparencia en todo aquello que sea posible y prohíba y penalice rigurosamente el espionaje privado desde plataformas compradas mediante corrupción con proveedores), que debe establecer con mucha mayor rigurosidad la adquisición de equipos tecnológicos de alto valor financiero (que favorece la corrupción) , y la falta de un Sistema Nacional de Inteligencia, SNI (que hay en casi todo Sudamérica), imperativa también, una reconceptualización teórica para no llamar a todo crimen un tema de “seguridad pública”, concepto superado como visión del siglo XX para la seguridad de los Estados nacionales y que el poderío del crimen transnacional modificó radicalmente. La seguridad es un sistema institucionalizado que comprende la conjunción integrada y organizada de siete instituciones (no hay espacio para desglosar). O funciona todo el sistema o no se garantiza la seguridad. Pensar solo en la policía, el ejército, la guardia y la tecnología parcializa la problemática del sistema institucional.

Esta es toda la agenda pendiente de la inteligencia y la seguridad para México, dentro de lo cual personalmente integraría la parte del recambio tecnológico y organizativo-operativo que plantea el Mtro. Marcelo Ebrard. Como podemos apreciar el tema tecnológico-operativo es crucial pero no único.

El tercer gran mérito de la propuesta hecha es que plantea no sólo el uso de las aplicaciones e instrumentos existentes de IA, plantea la construcción de los propios como robots y drones capaces de realizar tareas físicas y operativas usando sensores y sistemas de vigilancia y control sobre ellos, que permiten a las instituciones tener capacidad de interpretar y analizar mediante imágenes diversas objetivos señalados y/o la detección de objetos (armas), así como la identificación facial morfológica, generando información situacional en tiempo real. Todo ello requiere otro gran esfuerzo en la capacitación y alta especialización del recurso humano, reduciendo la estructura administrativa, como se ha hecho en todo Sudamérica. Por cierto, he estudiado la experiencia de 8 países de nuestro subcontinente que han transitado desde la doctrina de seguridad nacional de las dictaduras hasta nuevos paradigmas en la función de inteligencia para la seguridad.

El cuarto gran mérito, va en sentido de lo que ya hemos dicho sobre el manejo del software adecuado para nuestro sistema de IA/Seguridad el cual deberá ser operado por analistas altamente capacitados que sean capaces de identificar falsificaciones posibles y/o anticiparse a eventos desfavorables. Tendríamos por delante un inmenso camino de capacitación altamente especializada que recorrer, sobre todo en la inteligencia civil y policial. Para el tema de la ciberseguridad necesitaríamos también profesionales altamente calificados. El ejército puede ayudar en su capacitación. Nunca se parte de cero, algo existe ya.

Es evidente que la propuesta es provocar en forma planificada un gran salto tecnológico (technology big bang) que pondrá en la línea de obsolescencia acelerada o quizá sólo de la necesidad de un cierto proceso avanzado de adaptaciones o interconexiones, lo que hoy son los equipos y el software fundamentales de la inteligencia para la seguridad, que son las plataformas tecnológicas de contenido ofensivo y defensivo, que hoy provee la telemática.

En suma el potencial de transformación y asentamiento de un nuevo paradigma tecnológico aplicado a la inteligencia y la seguridad en el binomio planteado AI/Seguridad conlleva un cambio tecnológico que acelera el desarrollo de procesos y su optimización.

Continuaremos.