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Tiene un mes y medio que 36 millones de ciudadanos elegimos a Claudia Sheinbaum Pardo como nuestra próxima presidenta de la república y con ello le refrendamos el apoyo a la llamada “Cuarta Transformación”, a partir de varias promesas, pero una en particular muy metafórica que es la de hacerle un segundo piso a la transformación propuesta e impulsada por Andrés Manuel López Obrador.
También estuvieron como ingrediente la necesidad de hacer una serie de reformas a la Constitución para cambiar la lógica en que opera el poder judicial, garantizar que los programas de bienestar se mantengan como derechos y en el futuro sean inamovibles, así como la creación de otros nuevos; adicionalmente hubo quienes votamos por la no reelección de alcaldes, diputados y senadores, y al final se trató de todo un paquete, consistente con una serie de visiones que se nos mostraron en la campaña.
Hoy quedan 73 días para la llegada del nuevo gobierno y creo que en este lapso que ha transcurrido desde el día de la elección, hemos podido apreciar quién es y qué quiere Claudia Sheinbaum.
Está claro que ya presentó a la mayor parte de su gabinete legal, incluyendo los perfiles develados ayer jueves, con Marath Bolaños como el más significativo porque fue confirmado como secretario del trabajo, una de las dependencias que más y mejores resultados le ha dado a la 4T, al igual que la Secretaría de Hacienda con Rogelio Ramírez de la O al frente y la de bienestar con Ariadna Montiel como titular.
El hecho de que ellos 3 repitan nos es gratuito, lo mismo que ver a Rosa Icela Rodríguez como secretaria de gobernación, a Alicia Barcena en medio ambiente y a Marcelo Ebrard en economía.
El mensaje que manda Claudia Sheinbaum es de un equipo probado, capaz y sólido, si agregamos que por ejemplo en turismo se decidió por una promotora muy respetada y reconocida en el medio como es Josefina Rodríguez Zamora y que en cultura la doctora Sheinbaum, optó por quien fuera su secretaria del ramo en la Ciudad de México, es decir Claudia Curiel de Icaza, tendremos que entender que la patente es que haya resultados de inmediato, sin titubeos, y que se avance hacia el país con el que Claudia soñó al aceptar la nominación como candidata presidencial.
Y eso me lleva a la pregunta con la que iniciamos esta entrega:
— ¿Qué busca Claudia Sheinbaum?
Y es en esta interesante cuestión donde me he detenido a analizar sus palabras, sus mensajes y las actividades que desarrolló en estos casi 50 días.
El interés de la Dra. es acabar con la profunda desigualdad que lleva como marca indeleble México desde la época de la colonia y de los años como país independiente.
Para esto está determinada a impulsar una política de movilidad y equilibrio social, por eso el plan de apoyo a las mujeres de 60 a 64 años, por eso también las becas a estudiantes de todos los niveles.
Los resultados del programa de bienestar para adultos mayores y personas con discapacidad, han sido extraordinarios, y ahora Claudia Sheinbaum busca ir al foco de las personas de mayor vulnerabilidad, las mujeres pobres y las indígenas, se trata de un grupo de población de aproximadamente 3 millones personas, pero en ellas está la clave de la desigualdad social que vive el país.
En el caso de los jóvenes estudiantes, me queda claro que con las becas, lo que busca la presidenta es abatir la deserción escolar y lograr que haya más egresados de los niveles intermedios y superiores, pues no es un secreto que las empresas que vienen a México necesitan recursos humanos altamente calificados.
La clave de esto, me la dio el lunes que pude dialogar con ella, su apuesta es a que en medio de la relocalización de inversiones, estas empresas ofrezcan salarios mejores, salarios dignos de una economía que aporta mente de obra y no mano de obra barata.
El punto es que Claudia Sheinbaum hace desde ya una apuesta crucial por una mayor movilidad social, que llevará al país a una revolución económica e industrial pocas veces vista, pero que podrán transformar a México en un país de primer mundo en el corto plazo, pensando en emular lo que hizo un país como Singapur que lo consiguió en solamente 2 lustros y pasó de ser una de las economías más pauperizadas y con peores perspectivas para su población, a uno de los países más ricos del sudeste asiático.
En cierta medida eso responde el segundo cuestionamiento, es decir:
—¿Cómo lo hará?
Y mire, la presidenta electa es una mujer práctica, de resultados, que tiene en sus manos las llaves y la clave para cambiar la historia de México.
Conocer y entender lo que busca Claudia Sheinbaum y acercarse al personaje con su base ideológica, y el marco teórico en el que se mueve es crucial, por qué nos muestra cómo y en qué está pensando.
Y se lo digo de una buena vez, la diferencia entre Claudia y Andrés Manuel es que mientras él viene de un proceso histórico de lucha social y electoral, ella viene de las causas de la izquierda, tiene una formación centrada en atender sí a los pobres, pero con su origen en la clase media ilustrada, la clase media universitaria, Sheinbaum es un catalizador de las búsquedas y anhelos de generaciones y generaciones de mexicanos que hemos dicho ¿y por qué México no?
Andrés Manuel encabeza un gobierno popular, sustentando en la lógica de hacer justicia social y darle al pueblo lo que quiere.
Claudia Sheinbaum encabezarán gobierno enfocado en la justicia de clase, porque ella es una mujer de izquierda, con fuertes convicciones y con una claridad pasmosa de qué y cómo se tiene que hacer.
A mi lo que he visto y he escuchado hasta hoy de Claudia Sheinbaum como presidenta electa me tiene entusiasmado y convencido de que a México se le viene una gran etapa, estoy optimista y entiendo al presidente López Obrador cuando dice que su sucesora es mejor.
Claudia al igual que Andrés Manuel marcará un antes y un después en la historia de México.
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